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Leo

La noche estaba demasiado fría y extrañamente me sentía solo, asustado cuando siempre estuve así, la punta de mi lengua recorrió mi labio interior jugando despacio con este.

—¿Sabias que me gusta mucho que hagas ese gesto? - solté un chillido asustandome al escuchar detrás de mi lanzándole un libro muy grande y escuché un quejido.

—No - solté —No vuelvas a hacer eso joder.

Ríe acercándose a mi, mirando detenidamente mi rostro y relajó sus facciones un poco y un pequeño escalofrío recorrió mi espina dorsal. Me acerco esta vez yo subiendo mis brazos alrededor de sus hombros y sentí como sostiene mi cuerpo tomandome desde mis costillas.

—Me confundes mucho, es como si te conociera desde siempre.

El se quedó quieto, como si pelease con su propios pensamientos y recorrió mi cadera de una forma bastante lenta, sentí mi vientre contraerse ante ese toque.

—Nosotros. . . - comienza y después niega. —Olvidalo - toma mi rostro con delicadeza, subiendo sobre mi rozando nuestras bocas y cerró sus ojos inhalando mi olor acariciando mi piel por debajo de mi ropa. —Olvidalo.- Repitió minutos después, recorriendo mi pecho con su nariz hasta llegar a mi estómago con sus ojos totalmente cerrados.

Cuando iba hablar algo caer sobre saltandome y toque su mejilla de forma lenta notando como aquello le relajaba.

Miré el techo, sintiendome extrañado, cerré mis ojos con fuerza al sentir una leve punzada en mi estómago y apreté mis piernas intentando distraerme de eso, manteniendome con los ojos cerrados.

—Ya cerraron - dice tocando mis muslos, donde estaban aquellas mordidas y sonrió un poco. —Tomé entre mis manos su cabello, amarrando este y alzando la mirada se aleja de mi tocando su mentón.

—Estas actuando muy raro - dije y el movió su cabeza. —Muy, muy raro. ¿Ocurre algo malo?

Caminó de forma lenta, miré aquellas marcas en su espalda, como una que había en su abdomen, muy parecidas a unas marcas que tenía en mi espalda  y vientre.

—¿Sabes de lo difícil de ser inmortal? - susurra mirando la ventana, tirando un libro para después dejarlo en sus manos leyendo de forma este de forma rápida.

Me levanto, alzando la mirada al hombre frente a mi, era tan alto, demasiado alto, apenas yo podía llegar a la altura de su pecho si es que me ponía de puntas.

—¿Que es? - susurro igual.

Me mira, sus rojizos ojos me miraron con detenimiento.

—Perder a alguien y saber que tienes que volver a buscar, volver a perder, volver a buscar. - susurra.

Dejó en un lugar exacto, se recarga en el ventanal, tocando una pequeña planta, la cual estaba descuidada, haciendola crecer hasta que una pequeña rosa salió.

—¿A que te refieres? - llegó hasta donde mi, inclinándose besando mi boca, levantándome, automáticamente mis piernas se enredan en su cadera y abrió sus ojos mirándome fijo.

—Que si te vuelvo a perder moriré definitivamente, Enim- susurra tocando mi rostro, diciendo otro nombre que no era el mío  causando un escalofrío en mi espalda. —Estoy harto de verte morir en mis brazos.

No hablé, necesitaba respuestas y el solo me estaba generando más preguntas que nada, tomé su nuca acercando su rostro al mio, sintiendo esa tensión en ambos, sintiendo mi pecho subir un bajar de la misma forma que el, dejé un pequeño beso.

—No entiendo nada - dije de forma sincera. —No entiendo por qué quiero entregarme a ti sin dudar, no se por qué duele tanto cuando pasa eso, no se por qué duele el mirarte y  sentir que te conozco pero a la vez no.

Tomó mi rostro.

—Todo se va ir aclarando —Murmura, besando mi cuello, oliendo un poco, sintiendo ese caliente aliento y su lengua pasar en la zona. —Lo prometo.

Dudando me abrazo a el, sin saber por que tuve un recuerdo de el.

—Una última pregunta - hizo un sonido —Una última antes de que lo hagamos por que es claro que lo haremos por que ambos lo estamos sintiendo. - Rió asintiendo.—¿Porqué solo apareces en la noche?

Lamió mi garganta, y solté un gemido muy bajo moviendo despacio mi cadera.

—Por qué la noche es lo que más nos gusta a ambos que el día. - y sonreí sabiendo que era cierto.

—¿Prometes que al despertar estarás a mi lado?

Sentí su toque, su caliente piel hacer contacto con la mia, agradeci el hecho de vivir solo y un poco alejado de varias casas, así no me escuchaban, sentí el grueso trozo de carne pasear entre mis glúteos, mojandose entre los fluidos y entre cerré mis ojos mirándolo.

—Lo prometo - susurra de vuelta —Por qué además mañana iremos a un lugar y te terminaré de explicar todo esto.

Asiento confiando ciegamente en el sintiendo como nos volviamos uno, me atreví a explorar su cuerpo, su boca fue a mis pezones y rei por aquello al sentir que mordió.

—¿Tienes una obsesión? - pregunto refiriéndome a su acción.

Sonrió de lado, sentí mi rostro arder.

—¿Por qué no la tendría? Eres -. Sentí aquella estocada haciendo que mi vientre se contrajera por eso y solté un jadeo.

Tomó mis muslos, haciéndome cambiar de posición, sintiendo su húmedo miembro enterrarse dentro de mi mi rostro de hundió en la almohada, alzando mi culo a el, sintiendo como comenzaba a entrar y salir de una forma brusca.

Los gemidos era inevitables en mi, escuchaba el sonido viscoso de nuestras pieles, sintiendo como nuestros fluidos se mezclaban, apreté las sabanas con fuerza soltando un chillido.

Su caliente aliento choca en mi espalda, sintiendo sus dientes hundirse en mi piel, sintiendo mi cadera ser apretada con fuerza, siendo como mi cuerpo se movia con brusquedad, sintiendo aquel cosquilleo en mi vientre  abri mis ojitos llegandome un recuerdo a mi mente.

—Zu - susurro —Más- mordi mis labios con fuerza sintiendolos sangrar y sentí pequeñas lágrimas de placer salir de mis ojos.

Escuchaba uno que otro gemido placentero de su parte, mientras su rostro estaba en la curvantura de mi cuello.

Mi orgasmo llegó con fuerza, sintiendo como mi estómago y las mantas se manchan de mi escencia mientras apretaba con fuerza las mantas, juré sentir su semilla derramarse en mi útero, sabía que no pasaría nada sin embargo fue placentero el senyirlo,sintiendo el calor en mi vientre bajo mis piernas tiemblan un poco y me dió vuelta, y jadeo al sentir algo.

—¿Te acabo de provocar el celo? - ríe de forma encantadora, mi pierna apretó su cadera y dió una pequeña embestida, aguanto una risa sintiendo su boca estrellarse con la mia.

Lo miré a los ojos, teniendo un recuerdo más.

Yo perdiendome entre grandes pastizales, y el abrazandome, haciéndome caer después.

Se sentía. . . Bien.

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⏰ Última actualización: Nov 21, 2023 ⏰

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