22. El que lleva tu nombre

6.3K 247 136
                                    

MÁS TARDE

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

MÁS TARDE

- ¿De qué te ríes Torres?

- Nada, que me hace gracia que le hayas puesto a tu consolador mi nombre. ¿Te ha dado buenos orgasmos pensando en mí?

- ¡A ti te lo voy a contar!

- Va Rebe. Quiero saber si ME USABAS MUCHO...

- ¡No tiene gracia! - le digo cruzando mis brazos porque me muero de vergüenza- pero para tu información, le cambié las pilas unas cuantas veces, hasta que decidí ponérselas recargables.

Le hago un frunce de labios a Ferran y lo que hago es ganarme una buena carcajada por su parte.

- Anda ya tonta. Si me encantaría verte en acción con mi sustituto -me dice él con la voz muy melosa.

- Pues vámonos a mi casa y te lo demuestro.

Me muerdo los labios poniendo una de mis manos en su muslo subiéndola de arriba a abajo, provocándolo un poco. Mi mano se va hacia el bulto de sus pantalones y se lo aprieto un poco haciendo que él suelte un ronco jadeo.

- Que si tanto interés tienes Ferrán, te hago una sesión privada en mi casa.

Ferrán, en vez de girar para la derecha e irnos a su casa, gira para la izquierda en dirección a la mía. Por dentro estoy aguantándome la risa porque lo voy a poner más caliente que el palo de un churrero.

- He estado un día sin verte Rebeca, te he echado mucho de menos.

Ferrán agarra una de mis manos y se las lleva a los labios para darle un beso. Siento un cosquilleo después de sentir su boca en ella. Y yo estoy que me derrito por este hombre.

- Yo también te he echado de menos Ferrán . Siento mi reacción del otro día, creo que estaba un poquito celosa.

- ¿De Kira?

- Si, de ella. Es que la veo tan guapa y con ese estilazo, y luego encima se lleva muy bien con todo el mundo, hasta con tus padres...

- Es una suavona Rebeca. Cuando lo dejamos ni le hablaba a mis padres. Pero que vaya que lo hace para llamar mi atención.

- Bueno, tú la dejaste, seguirá enamorada de ti.

- Esa no sabe lo que es el amor. Bueno si, está enamorada de si misma claro.

Permanecemos en silencio unos segundos que a mi me parecen eternos. Es que quiero preguntarle tantas cosas, pero sus respuestas me dan miedo.

- ¿Tú la querías, Ferran?

- Creía que si. Pero después me he dado cuenta de que no, que no la quería tanto.

- ¿Y porqué la dejaste?

- Porque la pillé poniéndome los cuernos

- Oh, mierda. Lo siento Ferrán, de verdad que lo siento.

Mi pequeña locuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora