Babies for Harry's [Drarry]

Finale

Fulham, Londres. Diciembre/24, cinco años después. 11:55 pm.

Draco movía las caderas de adelante hacia atrás, con las piernas de Harry en sus hombros, haciendo así sus embestidas más profundas y directas.

— F-falta poco, c-cariño —murmuró Draco, dificultosamente.

— U-uh.

Fue lo único que logró decir. La excitación le consumía el cuerpo, sentía como la lujuria le recorría las venas haciéndolo sentir aún más alto que las mismas nubes. Se sentía como si pudiera volar por el espacio exterior. Muy loco.

El más alto, bajó las piernas de Harry, ahora abriéndolas y tomando su pene. Las pequeñas manos de Harry tiraban del largo cabello de Draco. Sabía que él amaba que jalara de ellos.

— Aguanta un poco más — Draco dijo en un gemido.

Aceleró sus movimientos de cadera y en el miembro de su esposo para que los dos pudieran llegar a la liberación pronto.

No querían que esto acabe, pero se sentían cansados. Estaban a punto de tener su tercer orgasmo de la noche, sin contar los de la tarde y mañana.

Se habían pasado el día compartiéndolo juntos. Los niños se quedaron en casa de la mamá de Draco para que ellos pudieran disfrutar.

— Draco voy a... — no logró terminar la oración, cuando gimió al momento de correrse.

— ¡Harry! — gritó el de ojos grises unos segundos después, viniéndose dentro del más bajo.

Draco dejó caer su platinada cabeza en el pecho desnudo de Harry, poco se importó que éste estuviera manchado de la esencia del otro.

— Para ser un viejo de 32 años sigues haciéndolo bien — bromeó Harry.

— No seas un grosero, tú tampoco eres un jovencito que digamos — alzó la cabeza para mirarlo.

— Me perdonas, pero acabo de entrar a la etapa de los 30. Soy bastante joven aún.

— Si, claro. Feliz cumpleaños, cariño. Feliz aniversario y Feliz, hmm — miró el reloj que descansaba en el buró a un costado de la cama—, feliz Navidad.

— Felicidades a ti también, amor.

Draco rio, acercándose a los labios de Harry para besarlos delicadamente. Se puso a un lado de él y abrió sus brazos para que el ojiverde entrara en ellos.

— Buenas noches, Dray — susurró Harry, besando su pecho.

— Buenas noches, bebé.

Minutos después de unas leves caricias al cabello de Harry por parte de Draco, se durmieron. Ya mañana limpiarían.

La mañana del 6 de enero, Harry se levantó muy temprano para prepararse él mismo y a sus pequeños para ir a la escuela. Hoy retomaban las clases después de unas merecidas vacaciones navideñas.