Pronto Martina pareció delante de Jorge. Iba con su albornoz. Jorge tubo un escalofrío pensar que mañana después de ducharse también se pondría aquel albornoz. Hacia un mileno que no tenía un escalofrío. Cada vez lo sorprendía más lo que Martina provocaba en él. La observó serio ¿A que esperaba? aunque ya haya visto gran parte de ella, se moría de ganas de verla...con aquella lencería.
Martina tiró del cinturón y dejó caer el albornoz. Jorge tragó saliva. Ese jodido sujetador y esa jodida tanga le quedaban mejor de lo podría imaginar.
- Gí...gírate.- Le dijo, sin poder articular casi nada. Ella se colocó bien el pelo, haciéndose de rogar y se giró. Eso aún excitó más a Jorge. Se levantó, observando su espaldas, las curvas de su cintura, el perfecto trasero desnudo, solo adronado por ese pequeño hilo que se escondía por un sitio completamente envidiable. Le rodeó la cintura con un brazo y la apretó contra él. Martina apoyó su cabeza en el hombre de Jorge. Jorge besó su cuello, totalmente expuesto para él. Acarició con su mano el vientre de Martina hasta subir hasta uno de sus pechos.
Esto está mal...Jorge es el diablo en persona....
Se arqueó al sentir como los dedos de Jorge acariciaban uno de los pezones. Gimió.
-Eso es...siento lo que te doy...- Como esto sea otro jodido sueño no voy a poder aguantar otro despertar de ese modo. Pero tanto Jorge como Martina sabían que eso era totalmente real.
-Joder, que calor hace aquí.- Se quitó la camiseta y pronto volvió a ponerse, ahora, en frente de Martina. La besó de nuevo como antes y la tumbó en el sofá.- No sabes lo duro que me tienes Martina....-Bajo su mano hasta la mojada tanga y la metió dentro.
