Oportunidad 4

70 12 21
                                    

Sofía Montes

Definitivamente nunca imaginé verlo así, y definitivamente tampoco creí sentirme de este modo.

Si alguna vez tuve curiosidad por eso, ya puedo decir qué se siente cuando ves al que siempre viste de nerd pareciendo el típico chico despreocupado, y es que Nate con pantalones rasgados, chaqueta y gafas es toda una bonita escena para ver.

Hace unas horas me avisó que venía a mi casa en busca de otra de sus oportunidades, y mis ojos aún no creen lo que ven.

Y por si se preguntan, la cita de hace unos días terminó tan bien que él aún no lo creía, y para más asombro de su parte lo saludo cuando nos vemos por los pasillos de la escuela.

Vuelve a ser viernes en la tarde en el que no tenía nada que hacer hasta que me llegó su mensaje con su típica firma, El chico de las oportunidades.

De nuevo, como siempre, no sé a dónde vamos y mucho menos qué me espera. A veces el nivel de confianza que le tengo me da pánico porque no puede ser normal que salga con alguien que no conozco casi y confiarle mi vida.

Pero a pesar de ese miedo aquí estoy, subiendo a su auto, esperando a que llegue el momento en el que sepa a donde vamos.

—Te aconsejaría que dieras la vuelta y volvieras, te vas a arrepentir luego.— dice con una pequeña sonrisa ladeada.

—Y eso puede compararse con mucha facilidad a una promesa que le hace un asesino a su víctima.

—Descubriste mi plan— finge arrepentimiento—. Ahora no me quedará de otra que asesinarte y tirarte al río más abandonado.

Ambos reímos por la broma y parecemos demasiado cómodos con esta interacción que estamos teniendo. Y es que a este nivel hemos llegado en tan solo cuatro tardes que hemos pasado juntos.

»Pero de verdad que te aconsejaría eso. Por lo menos para que busques un bikini porque pasaremos por la playa.

—No me puedo creer que por una vez me hayas dicho el lugar al que vamos.

—Era necesario.— es lo único que dice encogiéndose de hombros.

Siguiendo su consejo entro a la casa buscando una mochila donde pongo un bikini apropiado, y a última hora un vestido veraniego que nunca está de más.

—¿Ese es el chico por la que tantas sonrisas he visto?— comenta Elisa desde afuera de la puerta sorprendiendome.

—Solo es un amigo— respondo terminando de guardar todo en la mochila.

—Nunca pregunté sobre eso— me responde con una sonrisa queriendo salir de sus labios.

—Y yo solo estaba aclarando antes de que llegaras a esa pregunta.— me encojo de hombros saliendo de mi habitación para luego cerrarla.

Ella sigue en el pasillo.

—Sofia, te conozco desde hace varios años y sabes que eres bastante parecida a una hermana pequeña para mí. Lo único que diré es que no niegues nada, será peor luego.

—Pero es que no hay nada para negar, Elisa.

—Como quieras, sé lo terca que eres y cuánto vas a querer ignorar lo que te digo—se va a la dirección contraria a la mía, pero a último instante se detiene solo para decirme—. Pero recuerda que no siempre podrás ignorar lo que dice tu corazón.

༺ॐ4ॐ༻

Quisiera decir que el viaje estuvo lleno de alegría, música y bromas entre ambos; pero sería mentir.

Diez oportunidades ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora