Delta - Hyunmin

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Regresar a clases era lo peor para Hyunjin.

No le gustaba levantarse temprano para ir a ver a un montón de personas que lo mirarían mal por su aroma.

Pero con solo recordar que volvería a ver a su Seungmo, una sonrisa se formaba en sus labios.

Vaya que lo adoraba...

Cuando Hyunjin llegaba al colegio, solía ir directo a su salón para que nadie lo viera ni lo oliera, pero se sentía tan emocionado por ver a Seungmin que no podía esperar más.

El delta se encontraba en la entrada del colegio esperando la llegada de Seungmin, como un perro que espera por su dueño. De hecho, su lobo movía su cola alegremente.

Por el lazo que tenían, Hyunjin podía también sentir la alegría del omega. Eso lo ponía aún más feliz.

No pasó mucho tiempo cuando a lo lejos, pudo observar al pequeño omega caminar a su dirección.

Hyunjin, que de tanto esperar se había sentado en una de las escaleras de la entrada, se puso de pie y por su altura, fue fácil para Seungmin reconocerlo.

Comenzó a caminar más rápido, hasta correr, cuando por fin llegó hasta él, Seungmin abrazó muy fuerte a Hyunjin.

Algunos de los estudiantes los observaron con asombro.

–¿Min está saliendo con ese delta? – preguntó una chica a sus amigas y amigos que estaban con ella.

– Había escuchado algo parecido, pero no lo creía. – respondió una de las chicas.

– No entiendo como esa cosa ganó a Min, yo intenté varias veces coquetearle y siempre me rechazaba. Eso no es justo. — quien hablaba ahora era un alfa molesto, y como no, si Seungmin era uno de los omegas más codiciados pero nadie podía salir con él.

Y así, más murmullos.

Seungmin tomó de la mano a su novio y caminaron en dirección a su salón de clase. No quería escuchar como hablaban mal de Hyunjin y tampoco quería que su omega lo controlara y comenzara a gritarles a todos.

- Hyunnie, no hagas caso a lo que digan. — Seungmin tomó las mejillas de Hyunjin entre sus manitas y las apretó suavemente.

- Seungmo... ¿es cierto que rechazabas a los alfas que se te acercaban?

Seungmin se sonrojó un poco y soltó una tímida risita. - Pues... si. No me agradaban mucho sus aromas, además de que, probablemente solo me querían usar como un trofeo. - quitó sus manos del rostro ajeno mientras bajaba su mirada.

Cuando Seungmin tenía 16 años, fue donde se comenzó a hacer un poco famoso en el instituto por su amabilidad y ternura.

Un día había ido al baño y cuando estaba a punto de salir del cubículo, un grupo de alfas había entrado también.

- Así que, ¿te gusta Seungmin? - preguntó en un tono juguetón uno de ellos.

Las mejillas de Seungmin comenzaron a sonrojarse.

- La verdadera pregunta es, ¿a quién no? De seguro ha de ser un omega para nada experimentado y virgen.