Mi padre me contó que tenía que irme, que no podía seguir allí por razones obvias.
Mi tío Manuel me estaría esperando en una casita en el sur de Londres , el era también miembro del gobierno y sabía tanto o mas sobre los zombies como mi padre.
Había reservado un vuelo , el vuelo era solo de ida y solo había un billete, rápidamente comprendí que algo le pasaba a mi padre,( aparte de la inminente invasión zombie)
-Heyla- dijo algo triste -Hay algo mas, yo no podré ir contigo.- añadió apenado.-tengo la obligación de ir con el gobierno a un submarino que han creado para proteger a la gente mas importante- dijo.
No tuve palabras para responderle, me iba a quedar sola, en una invasión zombie y fuera de mi país.No pude responderle, no hacia falta.
Me armé del poco valor que me quedaba y le dije a Nohemi que me abriera la puerta para irme, Nohemi era muy maja, era rubia y alta, y me dio otro bocadillo para el camino, lo acepté, ya que me haría falta.
Antes de salir mi padre me dio mi copia de las llaves, -Heyla, coje solo lo necesario y corre al aeropuerto tan rápido como puedas.
Corrí y corrí por la calle principal, había solo un par de zombies , me las pude arreglar, llegué a la calle donde estaba mi casa, había ventanas rotas, gente entrando y saliendo. Yo vivía en una urbanización de apartamentos. Ese mismo diciembre teníamos planeado mudarnos a nuestra propia casa, a unos pocos kilómetros de donde ya estábamos alojados.
Esos sueños nunca se cumplirían, ni esos ni ninguno de los que tenía, no sabia que iba a ser de mi vida de ahora en adelante, no tenía ni idea de como sería el mundo, ni sabía si podría llegar a ser esa veterinaria que tanto había deseado.
Sin darme cuenta ya estaba en mi casa, cogiendo todo lo necesario : una pequeña bolsa en la que metí toda la ropa que pude, un par de cepillos de dientes y dos tubos de pasta. Metí también unos libros y una foto de mi madre, mi padre y yo. Cuando iba a salir le eché la ultima mirada a la casa, las camas estaban aún sin hacer, y eso que eran las siete de la tarde, probablemente se quedarían así para siempre. Cerré la puerta al salir.
Mi casa, bueno mi ex-casa, era un bajo asique tardé bien poco en llegar otra vez a la calle atestada de pánico, aunque no había ningún zombie.
Lo que durante años había sido un gran problema y algo sobre lo que quejarse en ese momento me pareció que era lo mejor del mundo,el aeropuerto estaba tan cerca de mi casa que siempre oíamos los aviones despegar. Tardé apenas 10 minutos en llegar al aeropuerto .
Como era de esperar estaba lleno de familias llorando, gritando y con maletas mal cerradas, intenté ir a la terminal a la que debía dirigirme ,también estaba llena de gente. Por suerte para mi conseguí entrar en el avión sana y salva y sentarme en el asiento que me habían asignado.
Me había tocado en la ventanilla y aún no había nadie sentado a mi lado, de hecho apenas 5 personas estábamos en el avión, lo cual me pareció muy extraño.
Por suerte o por desgracia, no se, al cabo de 10 minutos el avión se fue llenando de gente nerviosa, de mucho ruido y de muchos llantos, pero aun no había nadie a mi lado, de pronto, entró un hombre haciendo mucho ruido, iba con la camisa por fuera de unos pantalones un poco raídos y rajados , tenía el pelo despeinado y un poco de sangre en la cara
Rezé y rezé para que no fuera mi compañero de asiento.
Alguien escuchó mis plegarias, porque pasó de largo y entró directamente al baño. Le cojeaba una pierna y tenía una mirada que helaba el ambiente. Todo el mundo se quedó en silencio.No volvió la gente a la normalidad hasta que entró un chico, como de mi edad, se le veía buena persona.
Él era Karli , y era mi compañero de asiento.
Se sentó a mi lado y rápidamente entabló una conversación.
-hola , me llamo Karli- dijo con un tono bastante alegre , a pesar de lo que estaba ocurriendo
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Condenados
General FictionLa raza humana está condenada. Una enfermedad muy contagiosa se propaga a niveles internacionales por todo el planeta. Solo queda mantenerse con vida el mayor tiempo posible. Dos chicas de 14 años tendrán que aprender a sobrevivir en un mundo al bor...