Capítulo 15: El hogar no es un lugar

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Día 560:
Querido Diario... Nuevo día, nueva vida. No me sentía así desde hace un buen tiempo. Algo así como un año... ya sabes siempre tengo contado los días que pasan. Se siente raro a decir verdad tener que volver a acostumbrarme quizás a un ritmo de vida nuevo para mi o no tan nuevo. ¿Esto significaría volver al mundo anterior? ¿Y si no me siento segura de hacer eso? En fin, si voy a comenzar una nueva vida en este lugar, tengo que conocer a las personas que viven aquí. Ya conocimos a Aaron, Eric, Deanna y Olivia. Ahora era el turno de los Miller. Bob y su esposa Natalie son una pareja de ancianos bastante entusiasmados por así decirlo, ya que apenas vieron a mi hermanita comenzaron a abrazarla y darle mimos. Tienen cinco hijos y doce nietos, los cuales no están aquí desafortunadamente. Aun así, dicen sentirse bastante bien ya que se tienen el uno al otro y están en un lugar seguro. Al rato después papá llego para avisarnos que Jessie (una de las residente de Alexandria) nos invitaba a mí y a mi hermano a conocer a su hijo Ron. Mi gemelo y yo fuimos hasta la casa de los Anderson para conocerlo. Ron es un adolescente de nuestra edad, quizás un poco mayor. Nos dio un tour por su casa y nos mencionó que se reunía ahí con los demás chicos después de la escuela. Ni siquiera me acordaba que eso existía. Al entrar a la habitación de Ron, vimos a otros dos adolescentes. Un chico que se llama Mikey y una chica llamada Enid. Se veían buena onda, a excepción de esta última. Digo no es que me cayera pesada, pero debe ser que por el hecho de venir de las afueras al igual que nosotros. Se notaba que Ron y Mikey nunca habían visto o matado a un caminante porque se veían muy puros, tan así que para ellos era normal hablar de videojuegos e historietas. Yo y mi hermano nos sentimos abrumados al verlos así. Espero que este lugar no me vuelva débil hasta el punto de olvidar todo lo que aprendí afuera en la intemperie. Luego de estar un rato con los chicos jugando videojuegos, Carl y yo nos fuimos a casa... si a nuestra nueva casa. En la casa de King County, Carl y yo teníamos habitaciones por separado. Aquí en Alexandria parece ser el mismo caso. Quizás no esté tan decorada como la que tenía antes, pero con el tiempo estará más que linda. Mientras estábamos ordenando nuestras habitaciones, Carl me conversaba sobre cómo la gente de aquí eran buenas personas y a la vez muy débiles. Yo le dije que opinaba lo mismo y además le añadí que este lugar es perfecto para nosotros dos, papá, Judith y el resto, pero si algo tenía claro es que el mundo en que vivimos jamás debemos bajar la guardia ya que nunca vamos a estar 100% a salvo (prácticamente lo que dijo mamá antes de morir). Ambos nos abrazamos y nos prometimos el uno al otro cuidarnos de nosotros y de los demás. Sabes... eso me inspiró a hacer un dibujo el cual representa todo lo que quiero de aquí en un tiempo... la esperanza de poder vivir en paz. Suena a cursilería, pero ya sabes lo que dicen... soñar es gratis.

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Día 561:
Querido Diario... Durante todo el día de ayer, estuve ordenando la casa donde me quedaría a vivir de manera definitiva. Si bien todos estamos durmiendo en la misma casa, en algún momento nos tendremos que separar. Aquí viviríamos yo, mis hermanos, papá y Michonne. Al principio, ella pensaba irse a vivir con Carol, pero mi hermano y yo no queríamos separarnos de Michonne ya que nos habíamos acostumbrado a la idea de estar cerca de ella después de que abandonamos la prisión. Papá sin duda acepto que se quedara aquí con tal de vernos felices. Solo han pasado 3 días desde que llegamos a Alexandria y las cosas han ido muy bien. Hoy luego de muchos meses, me puse un hermoso vestido que me regaló Deanna y fuimos a una fiesta de bienvenida en su casa. Ella nos recibió de manera muy cordial sobre todo a Judith a quien envidia porque será quien vea el futuro de este lugar. Nunca me había puesto a pensar en el futuro hasta que Deanna dijo esa frase. En la fiesta, conocimos a un montón de gente, entre ellos al resto de la familia Monroe. La líder de la comunidad nos presentó a su esposo Reg y sus hijos Aiden y Spencer. También conocí al hermano de menor de Ron llamado Sam y a su padre Pete. Todas las personas de mi grupo (a excepción de Daryl que no se sentía cómodo en ese ambiente), tuvieron un agradable rato y pudieron olvidar por un día los horrores del mundo exterior. Sin embargo, sabemos que la tranquilidad que brinda este lugar... no será del todo duradera y por eso tenemos que estar alerta siempre.

El Diario de Charlotte: Una historia de The Walking Dead || Volumen 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora