Capítulo 16: Un revés, otra vez

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Día 568:
Querido Diario... La noche anterior fue un caos total. Gritos iban y venían. Tal y como lo decía, las cosas salieron muy mal. Papá llego demasiado alterado a la reunión y nuevamente comenzó con sus discursos. Al rato, llegó Pete igual de alterado y desde ahí comenzaron los gritos. Su rabia y frustración hizo que matara por accidente al esposo de Deanna con la katana de Michonne. La líder al ver esto, le dio la autorización a mi padre para que matara a Pete de un disparo en la cabeza. Justo cuando pasó eso, Morgan, el señor que conocí en la visita a King County, llego a la comunidad. No es que haya visto todo esto, es solo lo que escuche de diferentes relatos de las personas que estuvieron presentes en esa reunión. Mientras todo eso ocurría, me quede en casa con Judith sentada en el porche de la casa. Mi hermano para ese entonces se fue hasta donde estaba Enid sentada en una plataforma. Ron los miraba desde la distancia con el ceño fruncido. Algo que no te conté es que Ron y Enid son novios, osea son pareja y andan de la manito sudada, aunque no tanto últimamente. No le debe de gustar que su novia pase mucho más tiempo con otro chico. Solo espero que no genere bronca con mi hermano como lo hicieron nuestros padres... ya sabes lo feo que termino eso. Con respecto a lo que paso hoy, la verdad es que no paso demasiado porque por petición de mi padre, me tuve que quedar en casa mientras ellos se encargaban de la situación de anoche. Créeme que a veces me dan ganas de salir a explorar como lo hace Enid. Lo que pasa es que, en secreto, ella logra subirse al muro de Alexandria y logra salir al bosque de vez en cuando. Nadie lo nota porque nadie está a cargo de ella, osea... no tiene padres. Hace un par de días me contó su historia y a decir verdad es muy triste. Estar ahí sola... sin que nadie te resguarde, debió ser muy frustrante para ella. Aquella vez le dije que ya no está sola y que me tiene como amiga. Desde ese día nuestra amistad comenzó, aunque no es tan fuerte como la de ella con Carl. Volviendo al presente, papá había salido con Morgan para enterrar el cuerpo de Pete a las afueras de la comunidad. Pero cuando volvieron, a todos nos dio la noticia de que había una especie de cantera llena de caminantes y que tarde o temprano, estos podrían invadir la comunidad o al menos acercarse a ella. Así que entre todos tenemos que ponernos mano a la obra y evitar que los caminantes salgan de la cantera y en caso de que salga, intentar que no lleguen a los muros de Alexandria. Se armaron diferentes grupos, algunos estaban encargados de guiar a los caminantes (Daryl, Sasha y Abraham) y otros de controlar a la horda entre ellos, Papá, Morgan, Michonne, Glenn, Nicholas, Tobin, Heath y Francine (estos dos últimos recién los conocí hoy). Mientras que el resto (incluida yo y mi hermano), estaríamos al pendiente de la seguridad interna de la comunidad, es decir, cuidar a los alexandrinos que se quedarían dentro de los muros. No me quejo después del todo ya que el trabajo del resto era mucho más complicado.

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Día 572:
Querido Diario... Tras cuatro largos días en los que elaboramos un plan para evitar a los caminantes de la cantera, al fin llegó el día clave. Temprano por la mañana, todos se prepararon para ir a sus puestos y comenzar el plan, mientras que mi yo, mis hermanos, Carol, Maggie, Eugene, Deanna, los Anderson, entre otros nos quedamos en la comunidad. Aunque no lo creas, el día no estuvo tan aburrido, todo lo contrario... muy estresante. Mi día empezó con un paseo familiar de hermanos. Carl estaba paseando el coche de bebé de Judith y nos turnábamos de vez en cuando. De repente, Gabriel se nos acerca para decirnos que quiere aprender a defenderse, incluso nos ofreció unas disculpas por los malos comentarios que hizo de nuestro grupo a Deanna. Por si no lo sabías, Gabriel le dijo que éramos un peligro potencial para la comunidad y que deberían de exiliarnos. Un error que cometió en su desespero por sobrevivir. Según el, ya había comprendido todo y que en esa ocasión no se refería a nosotros, sino que a el mismo. Simplemente le dije a Gabriel que eso debería de hablarlo con el grupo ya que no nos corresponde perdonarlo. Se veía bastante convencido de querer aprender a defenderse, a comparación de aquella vez en la iglesia que seguía siendo el cura asustadizo que conocí. Para finalizar, le dije que nos veríamos a las tres para una lección de machete. En todo ese rato de conversación con Gabriel, mi hermano lo único que hizo fue mirar a Enid y a Ron charlando en el pequeño lago de la comunidad. No quiero pensar que entre ellos dos existe más que una amistad, ya que es muy pronto y apenas se conocen. Pero de que mi hermano quizás sienta algo por Enid, no estaría mal tampoco. Cuando llegamos a casa, Carol nos recibió y dijo que haría una lasaña. Ambos nos alegramos ya que hace tiempo no comíamos una buena lasaña, además Carol ha demostrado ser una muy buena cocinera. Eso si faltaban le faltaban unos 45 minutos para que se cocinara bien la cena, por lo cual, me lleve a la dormida Judith a su cunita. No habían pasado ni 2 minutos y ya se escuchaban gritos de auxilio a las afueras de la casa. Por la ventana se veía como unos encapuchados asesinaban a diestra y siniestra a las personas que paseaban por las calles de Alexandria. Carl agarró su fusil y bajo hasta el primer piso para avisarle a Carol. Ella salió a ver quiénes eran esos bandidos y nuevamente, mi hermano y yo nos quedamos fuera de la acción con el fin de proteger a Judith. Encerramos a Judith en la habitación más segura de la casa y cada uno, custodiamos un piso (Carl el primero y yo el segundo). De repente, escuche gritos de la puerta principal y baje lo más rápido que pude. Era solamente Enid quien había entrado con una copia de llaves. No los quise interrumpir ya que al parecer tenían una conversación seria. Aun así, me deja tranquila saber que Enid está segura aquí con nosotros. Minutos después, sonó una especie de bocina que casi me deja sorda. Al mirar por la ventana, me di cuenta de que un camión había chocado con el puesto de vigilancia. Afortunadamente el sonido se detuvo al instante. Pero ese era el menor de los problemas (aunque no para el grupo de la cantera). A metros de nuestra casa, Ron estaba siendo perseguido por uno de los bandidos hasta que este último se cayó de un disparo propinado por mi hermano. El bandido se hacía la víctima, suplicándole a mi hermano para que no lo maten. Eso resulto ser una estrategia para intentar tomar el fusil de Carl. Por instinto, abrí la ventana, apunte la cabeza del tipo y... pum... le dispare en la cabeza. No era la primera persona que mataba en mi vida de todos modos por lo que no sentí nada, a decir verdad. Carl le pedía a Ron que entrara a la casa, pero este en vez decir gracias, se fue todo enojado hasta su casa. Desde el segundo piso, les grite a Carl y a Enid para que entraran a la casa. Carol aun no llegaba a casa, por lo que quiero creer que se fue a hacer lo necesario para que los vándalos se fueran, aunque lo más probable es que los haya matado. Los ruidos de disparos cesaron y al parecer todo estaba más tranquilo. Judith seguía durmiendo a pesar de toda la bomba de ruido que acontecía afuera... bueno hasta que sonó el temporizador que coloco Carol para su lasaña. Carl apagó el artefacto y subió hasta la habitación para preguntarme si había visto a Enid. Yo le dije que no, pero se puso frenético y le pregunte que le pasaba. Mi hermano me dijo que Enid había venido a la casa solo para despedirse. ¿Despedirse por qué? No obtuve respuesta a esa pregunta porque papá había regresado de la misión y nos pidió que fuéramos al portón principal de la comunidad. Al llegar, comenzó a decir que la mitad de la horda de la cantera se encontraba afuera de los muros y que la solución más factible era no hacer ruido. Aaron se puso a defender el plan de papá para que los Alexandrinos no se sintieran abrumados. Luego procedió a decir que aquella vez que fue con Daryl a una fábrica de comida enlatada, alguien les tendió una trampa y su mochila se perdió y que, gracias a eso, los bandidos lograron llegar a Alexandria. Deanna simplemente se fue a su casa en silencio al igual que todos. No estábamos ni siquiera en la cuadra de nuestra casa y Carl ya me estaba pidiendo que lo ayudara con la búsqueda de Enid. Si bien mi hermano quería hacer eso de buena fe, era una idea bastante estúpida considerando que afuera está repleto de caminantes y que lo más probable, aunque me duela demasiado, Enid este muerta. Mi hermano como siempre obstinado, decidió ir a buscarla por sí solo. Pero antes de que cruzara la puerta, me interpuse en su camino y lo amenace con contarle a papá sobre su idea, además de decirle que, si llegara a salir, o no sobreviviría afuera o papá saldría con un equipo de gente tras él, equipo el cual más de alguno no sobreviviría tampoco. Esos dichos al parecer lo hicieron cambiar de opinión y subió hasta su habitación. Enid también es mi amiga, pero si se quiso ir fue su decisión. Ella sabe cómo es afuera y nosotros no podíamos hacer mucho tampoco para que cambiara de parecer. Horas después, papá aun no llegaba de su guardia y con Judith seguíamos esperándolo en el porche. Al rato, Carl se nos unió y ya con la menta más clara, me pidió disculpa por lo ocurrido. Le dije que no era necesario ya que llevaba más de 14 años conociendo su impulso de idiotez. Ambos nos comenzamos a reír, mientras Ron pasaba caminando con la cabeza baja en dirección hacia el portón principal. Un detalle que no te conté, fue que en memoria de todas las personas que perdimos en el último tiempo, se estableció la idea de colocar sus nombres en los muros de la entrada de Alexandria. Algo que me pareció bastante lindo para nunca olvidar las almas que alguna vez habitaron este lugar. Eso si espero que no aparezcan más nombres en ese muro, o nombres de gente que me importa demasiado.

El Diario de Charlotte: Una historia de The Walking Dead || Volumen 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora