Black Nails- JoongNine

Navidad

Nine sonrió al joven que realizaba su manicura. Sus uñas usualmente negras ahora lucían un hermoso color rojo. Normalmente adoraba parlotear con Patrick pero no en esa ocasión, estaba tan desanimado que solamente escuchaba a medias al hombre que no se percataba de su mal humor. Patrick seguía fanfarroneando de su lindo novio y de cómo pasarían las fiestas juntos. Nine suspiró. Quería pedirle que se callase pero él no era una persona desagradable y mucho menos alguien grosero… a menos que debiese serlo. Era veinticuatro de diciembre y la mayoría de lugares se encontraban cerrados, sus amigos en casa y su novio con su familia. Suspiró nuevamente.

Se despidió de las personas en el lugar y salió al frio. Las calles de Tailandia brillaban en vida y aun cuando no eran blancas como en otros países, no eran menos preciosas. Nine se sentía frustrado pero no le amargaría el día a su novio. Tomó su móvil y fotografió sus uñas temáticas para enviársela a Joong. Añadió un mensaje alegre y meloso aunque no se sintiese de esa manera ¿Por qué no comportarse como niño berrinchudo? Simple, era el mayor en la relación y no quería que su novio se sintiese culpable por algo tan tierno como ir con su familia. Nine conocía su lugar y estaba bien con ello aunque estuviese triste momentáneamente. Sus padres habían ganado un viaje por las fiestas y no dudó en decir que estaría bien por su cuenta por más que desearía rogar que se quedasen. Podía pensarlo pero era algo que no estaba bien. Siguió caminando y revisando las decoraciones del centro comercial.

—Nine.

El joven giró hacia la voz y se encontró con la brillante sonrisa de Pavel. Nine no necesitaba lo que se acercaba pero su mal humor no iba a encerrarlo. Dome saludó moviendo la mano libre, la derecha la tenía atrapada su novio como era usual.

— ¿A dónde te diriges?
—Iré a comprar la cena.
— ¿Ahora? — Dome se sorprendió.
—Tenía ganas de caminar un rato.
— ¿Quieres venir con nosotros? — Pavel ofreció amablemente—. Benjamin se unirá a nosotros en un momento.
—Oh. — la idea no sonaba del todo mal pero quería una navidad tranquila—. Les agradezco pero tengo compras que terminar.
—Que lástima. — Dome sonrió mostrando su lindo hoyuelo—. Si cambias de opinión puedes llamarnos y pasaremos a buscarte.
—Un viaje en motocicleta al alcance de una llamada. — Pavel le guiñó un ojo.
— ¡Oh!

Lo había olvidado por completo pero se alegró de ver a la pareja. Rebuscó en su bolsa y de esta extrajo tres cajitas rojas decoradas sencillamente. Días atrás había comprado chocolate para hacer distintas formas y regalarlas. Pensó en cocinar galletas pero con su estado de ánimo tardaría una semana en terminar todas las unidades necesarias. Dome y Pavel sonrieron pero la sorpresa era clara en sus rostros.

—Quería agradecerles por ser tan amables conmigo durante estos meses.
— ¿Tú los hiciste?
Nine asintió.
—Oh. — Pavel observaba el obsequio como si de pronto fuese a llamarlo papá.
—No era necesario. — Dome se había sonrojado algo que hacía regularmente—. Pero sin duda te has ganado el corazón de mi novio… y mío. Quisiéramos haber preparado algo.
—No lo hice para conseguir algo a cambio. — se apresuró a aclarar—. Simplemente es agradable encontrar personas tan buenas como ustedes que aunque solamente sea el novio de su amigo jamás me han tratado de mala manera.
—Eso es porque también eres nuestro amigo. — el joven de la motocicleta aun observaba la caja en sus manos—. Eres una buena persona y nos alegra que hagas feliz a Joong de paso.
Dome sonrió y asintió ante las palabras de su novio. Su móvil sonó y revisó el mensaje. — Benjamín está en la comisaría.

Lo extraño no era escuchar que su amigo estaba en la cárcel, lo que Nine encontró realmente raro fue el hecho de que ni dome ni Pavel se inmutaron. Si alguien de sus amigos le hubiese llamado para que lo fuera a sacar de la cárcel sin duda se hubiese desmayado. Seguramente en su rostro se leía fácilmente que su cerebro estaba en corto circuito ya que Pavel le explicó la situación sin necesidad de preguntas.