Capitulo 29

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Cassie

Me gustaba la nieve, era una de mis cosas favoritas en el mundo. Y caminar por las calles del pequeño pueblo ahí entre las montañas mientras las botas se me hundían en la nieve era una de las sensaciones más exquisitas del mundo.

Trix iba a mi lado, cargando sus propias bolsas. Habíamos comprado el regalo para nuestro amigo secreto pero también nos habíamos auto regalado muchas cosas. Ropa, en su mayoría. Y acabábamos de salir de una tienda de ropa interior. Yo estuve mirando mucho tiempo una ropa interior de encaje negra, era como de estas que usaban las prostitutas, pero con una elegancia y precio que te volaba la cabeza.

—Sería una puta — dijo Trix tocando la suave tela — pero una puta con mucha elegancia.

Me reí y pasé de largo para escoger otras más sencillas. Pero aún así no dejé de pensar en como se me vería eso. Como reaccionaria Thomas, si me viera dentro de esos delgados tirantes. Ya no avergonzaba admitir que lo deseaba, no después de lo que había pasado en su habitación hace un par de noches. Yo no había podido dejar de pensar en él más que nunca. 

Y por ende, me sentía un poco culpable. Lo que menos quería era hacerle daño a Adam y aunque todo volaba sobre rosas entre los dos, teníamos una conversación importante que tener. Yo, tenía que tener una importante conversación con él. 

Llegamos a la mansión en silencio, por tiempo no habíamos alcanzado a tener una cena de acción de gracias y hubiera dudado en todo caso que ellos, siendo vampiros tuvieran alguna razón para dar gracias antes de Navidad. Aunque según Trix ella tenía motivos para dar las gracias. Lo dijo mirándome con una sonrisa y entrelazando su brazo con el mío. 

Ellos podrían comer, pero los iba a tener a todos con dolor de estomago luego. Así que le pedí a Robert ayuda para conseguir la base de su alimento diario y me llevó con una gracia inusual al sótano donde Thomas tenía un congelador enorme lleno de sangre robada de los hospitales. Tuve que taparme la boca con las manos para oprimir la arcada, pero se pasó en cuanto dejé de pensar en lo viscosa que se veía. 

Así que, solo preparé unas galletas. Varias botellas de vino, whisky y sangre, anotadas con su etiqueta para que no fuera yo a servirme una copa de sangre viscosa. Aunque evitaba hacer contacto visual con Thomas, me atreví a pedirle la noche anterior que soltara a Loki, pero él se negó diciendo que Loki ya no estaba, que lo había dejado irse hace un par de noches. Después de eso, bajé al sótano y me metí en las celdas. Ciertamente, Loki ya no estaba. 

Con el pecho oprimido, intenté seguir con tranquilidad. No me iba a alterar por eso, por él. Ya no más. 

—Todo está listo —Trix dijo sacudiendose las manos — deberías ir a cambiarte. 

—Sí — me quité el delantal de cocina, tenía el pelo enmarañado y las mejillas con harina. Trix se rio.

—Oye, dicen que soy buena peinando y también que tengo un excelente gusto de la moda — me guiñó un ojo, una clara invitación a dejarla vestirme y arreglarme para la cena.

Media hora después, estaba sentada frente al tocador y Trix terminaba de peinarme. Había dejado mi pelo rojo suelto y había echo una trenza holgada de ambos lados.

—Se te vería muy bien con una diadema — susurro con pesar — pero, ya se ve lo suficientemente bien así que da igual. Listo.

Me levante después de no mirarme mucho en el espejo. Trix me giró hacia la cama, donde un vestido azul con un pequeño escote, largo y con tool. No era de princesa, porque no quería algo que fuera muy  elegante y tampoco tan provocador. No quería hacer eso. No esa noche.

Cinco Razones ━ Thomas Sharpe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora