Thomas deslizó su mano derecha tras mi espalda hacia arriba, ahí parando justo cuando sus dedos se metieron en mi pelo y en un suave desliz quitó la liga que sostenía mi cabello. Cayó sobre mis hombros en cascadas y risos que él deslizó suavemente hasta la punta sin apartar la mirada de la mía.
—Me gusta así — dijo ronco — me pregunto si cubrirá tus... — sus ojos bajaron a mis pechos y me mordí el labio para ahogar una sonrisa avergonzada. El se tomó su tiempo para acariciar mi pelo y luego, deslizó su mano derecha para tocarme el rostro y detenerse a verme los ojos — perfecta.
—¿Mis ojos siempre van a estar así? — pregunté en un hilo de voz cuando él bajó sus dedos hasta mis labios.
—No. En teoría eres una neófita. Tu poder y toda tu esencia está fuerte y suelta — deslizó su pulgar por mi labio inferior — Tal vez ese color tan particular, tenga que ver con... tus poderes de hechicera.
Me reí por lo bajo y juguetee con un botón de su camisa.
—Yo no soy tal cosa — musité — ni siquiera sé atarme bien los cordones de los tenis Thomas.
—Podemos descubrirlo — se relamió los labios — luego... — miró mis labios.
—Luego — concordé acercándome a él.
Juntó sus labios con los míos despacio, moviéndose lento. Metió mi labio inferior en su boca, lo chupó y lamió como se acaricia un cristal. Subí mis manos sobre sus hombros sintiendo la dureza bajo esa tela suave y cara y gemí contra él cuando abrí la boca para sentir más sus labios. Él lamió los míos con su lengua, los dientes. Como si estuviera jugando.
Maldito.
—Tan impaciente princesita — ronroneó ronco, con una sonrisa que sentí sobre mis labios. Pero no dije nada. Me sentía demasiado ansiosa y desesperada como para seguir aguantando. Cada minuto contaba, aunque tuviéramos una eternidad, tal vez yo jamás me iba a poder aburrir.
Así que rodee su cuello con mis manos y lo acerqué más, finalmente Thomas metió su lengua dentro de mi boca y encontró la mía para deslizarse sobre ella como un amante al encontrar el cuerpo desnudo del que ama. Acarició mis sentidos. El fuego en mi interior y yo me lancé al vació de su toque, perdiéndome en la locura de sus gemidos cuando me levantó del suelo y mis piernas rodearon su cintura.
Thomas me cargó sobre el escritorio y lanzó al suelo algunas cosas que había ahí para sentarme libremente. Siguió besándome y tocándome, sus manos subiendo arriba y abajo, sobre la tela del sostén, sobre mis hombros, sobre mi espalda. No se detuvo. Eran besos. Solo besos llenos de pasión, de deseo, de amor. Besos que no nos habíamos atrevido a darnos desde que nos habíamos conocido. Yo lo besé enojada, pensando en lo que él creía, que no merecía mi amor. Que no me merecía a mí. Como si yo fuera mucho afecto de devoción. Lo aferré a mí, sintiendo esa dureza deliciosa entre sus piernas, pidiendo a gritos ser liberada. Y yo desee, tocarlo. Hacerle sentir a través de mis caricias cuando lo amaba. Cuando yo lo necesitaba.
Sostuvo mi cabeza entre sus manos y bajó con besos furiosos y pasionales por mi mentón. Llegó a mi cuello y tiró de mi blusa rompiendo un botón. El sostén que cubría mis pechos se asomó entre sus ojos y Thomas enterró la cara entre ellos, aspirando mi aroma, mordiendo lo blando que sobresalía del sostén, desesperado por... liberarlo y yo... aunque tenía la boca cerrada deseaba gemir ante el calor del momento.
Pero entonces, Thomas y yo nos quedamos quietos. Él gruñó enojado y enterró su cara entre mis pechos casi sin otro movimiento y yo, me quedé muy quieta con los ojos muy abiertos mirando hacia la ventana. Donde un gato enorme de color negro, con los ojos más azules que nunca antes había visto en un gato, se enroscaba entre la cortina emitiendo ese particular sonido que hacen los gatos cuanto están felices. Con la cola hacia arriba el gato avanzó hacia Thomas y se le enredó entre las piernas.
ESTÁS LEYENDO
Cinco Razones ━ Thomas Sharpe.
FanficElla no sabe nada sobre el oscuro mundo que la rodea. Cree tener todo en calma al haberse enamorado de alguien como él ¿Pero que va a hacer cuando se entere de que hay otros cuatro iguales? Todo lo que tiene en el mundo es a Loki ¿Podrá resistir el...