Capitulo II

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LA NOCHE ANTERIOR...

Gelda regresaba a su departamento con una sonrisa, a pesar de ser casi las diez de las noche no se sentía cansada. Durante la mañana estuvo estresada por el examen, esperaba que haya aprobado, luego paso tiempo con Zeldris.

Zeldris...

Era un nombre muy bonito, y el chico era muy agradable. Paso un buen rato en compañía suya.

Siempre lo veía por el robillo del ojo observarla en el restaurante, cualquier otra chica se sentiría acosada pero ella no se sentía así, se sentía admirada y eso, debía admitir, la hizo sentir alagada. Nunca se consideró ser alguien interesante para los hombres, sus amigas le decían lo contrario pero ella no pensaba así pero era un poco vanidosa y estaba consciente que su belleza atraía la atención masculina pero no le interesaba hacerlo.

Pero con Zeldris, le había parecido adorable que ese chico la mirara desde lejos sin embargo sentía algo de lastima, era obvio que siente un crush por ella pero eso no iba a suceder, ella solamente esperaba a su pareja destinada.

Llego a la puerta de su departamento e introdujo la llave en la cerradura, al ingresar a su hogar encendió la luz y fue recibida por su dos gatos persas.

Felix, el gato de pelaje gris y ojos ámbar, y Stella, la gata con pelaje blanco y ojos azules. Ambos gatos tenia collares con una placa con el nombre del animal y detrás la dirección y número telefónico de su departamento, los collares eran de color azul para Felix y rosa para Stella.

-Hola mis bebes, mama les trajo un regalo.-dijo Gelda sacando dos latas de atún de su bolso. Los gatos maullaron al ver el alimento.

Gelda se dirigió a la cocina dejando su bolso sobre la mesada, busco el abrelatas en el cajón y abrió las latas luego deposito cada uno del contenido en los tazones de comida de los gatos. Las mascotas se acercaron a degustar su alimento luego les renovó el agua del tercer tazón y se dispuso a ponerse más cómoda.

Minutos después, ya vestida con su pijama sentada en el sofá delante del televisor y con sus gatos dormidos a cada lado de ella se dispuso a comer de la pizza que había ordenado y que acababa de llegar. Cambio los canales hasta que dejo uno en donde estaban pasando película de terror, estaba comenzando La Llamada.

Retomo lo que estaba pensando al llegar al departamento, su pareja destinada.

Desde pequeña su madre le había enseñado sobre el hilo rojo, aparece cuando era el momento de conocer a tu pareja destinada. El hilo rojo de sus padres había aparecido cuando aún estaban en preparatoria.

Pero el suyo aun no aparecía, tenía veintidós y dentro de unas semanas cumpliría los veintitrés.

Suspiro con algo de melancolía.

Profesionalmente quería ser psicóloga y estudiaba arduamente para ello pero para su vida personal e íntima quería formar una familia, un esposo amoroso, una casa grande y unos cuantos hijos. Si quería más de dos no debía tardarse demasiado en tener al primero, Jericho le decía que aún era joven que no debía preocuparse por eso pero no podía evitar sentirse vieja cada vez que cumplía años pero su amiga tenía razón, tenía veintitrés aún era bastante joven pero su hilo no aparecía y por ende aun no podía conocer a su pareja destinada, y estando segura al ciento por ciento, por ende a su futuro esposo.

Aunque Ren le dijo que podría ser mujer.

Negó con la cabeza, no tenía problemas con las parejas del mismo sexo. Tenía compañeros que sus parejas eran del mismo género pero personalmente ella no quería eso.

¿Por qué su hilo no aparecía? ¿Acaso su pareja no estaba lista o seria ella? No, ella estaba lista o al menos así pensaba.

Desde los quince llevaba esperando ansiosa su hilo rojo, siempre le había resultado romántico y encantador que un hilo uniera a las personas que estaban destinadas a estar juntas. Siempre se preguntaba cómo sería su futura pareja.

El Hilo Rojo Del Destino [Geldris]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora