Tres Años Después...
El sonido de la lluvia lo despertó y el aroma a flores, que tanto conocía y le encantaba, inundo sus fosas nasales. Abrió los ojos al mismo tiempo que estiraba sus brazos y piernas para desperezar su cuerpo al igual que inhalaba aire para llenar sus pulmones y luego lanzarlo en una gran exhalación.
Vio el techo blanco de la habitación pero rápidamente volteo su rostro al lado izquierdo de su cuerpo. Y allí estaba, dormida con su dulce, fino y elegante rostro relajado pero con sus cabellos rubios y ondulados completamente enmarañados por toda la almohada.
Gelda dormía plácidamente mientras lo abrazaba y descansaba su cabeza en su hombro izquierdo.
Sonrió y deposito un suave beso en su frente.
Volteo hacia la derecha para ver el reloj, este marcaba las diez treinta y cinco de la mañana, por suerte era domingo y estaban de vacaciones, no debían de preocuparse. Podían descansar y estar juntos a gusto.
Con cuidado deposito la cabeza de Gelda dulcemente en la almohada para poder levantarse, la rubia sintió que ya no la estaba abrazando y dormida, lo comenzó a buscar con sus brazos. Sonrió con gracia al verla, tomo la almohada que había estado usando, y se la acerco, sonrió al ver que Gelda abrazaba la almohada y continuaba en el mundo de los sueños.
La arropo mejor con las mantas de la cama, la temperatura estaba comenzando a bajar. El verano se estaba despidiendo y el otoño estaba por llegar, y dormir desnuda con las mantas destapadas no era una buena combinación.
Tomo su ropa interior del suelo y se la coloco para ya no estar desnudo, anoche había sido una noche muy activa. No sabría decir a qué hora se durmió.
Zeldris sonrió, feliz de comenzar el día.
Volvió a escuchar el sonido de la lluvia, se acercó a la ventana en donde corrió la cortina y vio el cielo nublado y oscuro con una intensa lluvia cayendo en la ciudad. Miro hacia abajo y vio a las pocas personas que estaban en la calle correr rápidamente para buscar refugio en alguna parte, algunos tenían paraguas, otros no y se cubrían con lo que sea que tenían en la mano pero incluso los que tenían paraguas corrían apresurados para salir de debajo de ese aguacero.
Las personas que conducían en auto no tenían problemas, no se preocupaban ya que no se mojarían pero conducían a una baja velocidad ya que el pavimento podría estar resbaloso por el agua y no querían terminar en un siniestro automovilístico.
Escucho el maullido de Stella a sus pies, el pelinegro regreso la vista al interior del departamento y vio a la gata de pelaje blanco mirándolo con sus felinos ojos azules de manera intensa. Le sonrió al saber lo que quería.
Se dirigió a la sala con la gata siguiéndolo de cerca, allí Felix, el gato de pelaje gris se situó al lado de su compañera felina y ambos gatos se sentaron a esperar su comida. Zeldris abrió la alacena, tomo dos latas de comida para gatos y las abrió con ayuda del abrelatas luego dejo caer el alimento en los respectivos tazones de comida que estaban en el suelo mientras que los gatos se acercaron y comenzaron a degustar su primer comida del día. Zeldris les renovó el agua del tercer tazón que había allí.
Se dirigió al termostato del departamento y subió dos grados la temperatura aunque debía de ponerse más ropa, solamente tenía puesto su ropa interior.
Volvió a la habitación en donde busco algo de ropa limpia en uno de los cajones del armario, había sido precavido en tener dos cambios de vestimenta en el departamento de su novia. Tomo una remera blanca, un pantalón oscuro y unas medias después se encamino al baño para tomar una ducha.
Una vez allí recordó la noche anterior, Gelda y el habían salido al cine y luego dieron una vuelta por el London Eye. Fue magnifico, lo mejor que gracias a la hora tuvieron una cabina solo para ellos, media hora de besos y arrumacos mientras veían la increíble vista de la ciudad de Londres durante su actividad nocturna, pudieron ver el Támesis desde allí arriba.
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El Hilo Rojo Del Destino [Geldris]
FanfictionEn un mundo donde el destino le indica a las personas quien es el amor de su vida mediante un hilo rojo que aparece atado en sus meñiques a cierta edad y etapa de sus vidas. Zeldris Demon teme desde hace años, el día en que su hilo rojo aparezca. Ze...