Opciones que matan 5

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– Dennis. – repica  Ana en tono quisquilloso.
– Bueno.  no dudo que Logan te esté cuidando. – menciona Dennis sarcástica con  una sonrisa.
– yo… lo lamento…– expresa Ana aproximándose a la amiga, parada tras el auto.
– ¿qué lamentas? está bien. Mereces un poco de felicidad. – confiesa Dennis tomando las manos de la chica, mientras logan las ve simpáticamente.
– bueno te buscare  lo que me pediste. – dice Logan caminando dentro de la cabaña viendo a Brian adentro por la ventana.

Aun esta  la mesa de la  biblioteca en el Fuerte con los  libros abiertos,  símbolos y escritos antiguos, hechos a mano, algunos con tinta, otros con marcas ensangrentadas, Kevin en una esquina sentado, leyendo, oculto entre un acogedor cuarto cuadrado que forman los libreros. E l joven llora mientras lee los textos, desahogando sus penas, inclusive sobre el mostrador hay cuatro libros con dibujos y escrituras sobre la daga de miguel.
– Hola. – escucha una voz a su espalda.
– Sara. Lo lamento nunca me quise ir de esa manera. –  confiesa Kevin al ver a la chica y se levanta.
– Lo sé, lo sé, no estoy enojada. – responde la  Sra. Ramos
– Estaba… estoy asustado por las cosas que no recuerdo, sé que hice algo muy malo, pero no puedo rememorarlo, además,  a veces hago cosas sin razón. – espeta el Erudio acercándose a Sara.
– Calma, sigues siendo el mismo chico asustado del principio, Si, hiciste cosas malas,  pero no las recuerdas, no eras tú. Fue un demonio, Sabes que… luego que despertemos a Lucí… podemos buscar la manera de restablecer tus recuerdos. – finaliza la mujer.
– Sí.  eso tal vez me ayudara a adaptarme a la época, ni siquiera sé para qué es el Facebook.

Entra Axel platicando con Daniel y Dex a la biblioteca.  – ¡Sara! ¿Dónde estás? –  grita el cazador, la voz de Ramos se oye a lo lejos, sumergida por el mar de libreros que hay  en el ala izquierda. Los chicos se aproximan, Sara se recuesta del cuarto oculto, disimulando, relajada  mientras Kevin  continua buscando acerca del vínculo de Lucí y Claire.
– ¿qué haces? – inquiere Dex.
– deben ver  el  secreto de Kevin. – menciona Sara, toma un libro dorado del librero.
– ¿qué nos ocultó? – duda Axel. – ¿información en ese libro?– añade serio.
– Vean…–  expresa ella, atravesando el librero como si fuera un holograma.
Los ángeles están anonadados, Daniel sonríe de medio lado a sus hermanos, palmea el pecho de Dex y pasa entre los dos, atraviesa el librero,  luego más atrás lo siguen  sus  allegados. Kevin continúa sentado en la mesa investigando con la expresión triste, Sara parada a  un lado de la entrada.
– ¿Cómo fue eso posible? – inquiere Dex. Alarmando al Erudio que disimula su melancolía.
– Pensamos que no quedaban más cuartos secretos. – agrega Axel.
– Todo por este libro. – responde Sara. colocando el texto en su lugar, Daniel toca de nuevo el librero pero ya es sólido de nuevo, sus hermanos merodean el pequeño espacio. Es  extraordinario, por fuera las cuatro largas secciones de libros son sobre objetos encantados, animales hechizados, híbridos, míticos. Pero por dentro la literatura es de temas opuestos, absorción de energía, sangre de ángeles, armas mortales y  sucesos desconcertantes.
Kevin no levanta la mirada, Daniel merodea al igual que sus hermanos, entonces todos se detienen frente al Erudio, Kevin levanta la cabeza a la altura de sus cuellos, no se atreve a verlos al rostro, ninguno hace preguntas, tan solo esperan a que el chico hable,  Kev  saca una página antigua de uno de los textos diciendo. – el monarca de la rosa. –
– ¿A qué  te refieres con esa página?– pregunta Daniel con voz molesta.
– será doloroso, Pero puede romper el vínculo. – contesta Kevin balbuceante.
– ¿Estás seguro? – pregunta Sara.
– Por supuesto. No durare mucho tiempo para reunir los materiales, pero… puedo hacerlo, Necesito que busquen la salvia de la tierra, es similar a una piedra porque esta solidificada. – el joven le entrega a Axel una aguja encantada que los llevaría al paradero.
– Está bien…– contesta Dex.  Hace unas  señas a sus hermanos y se  marchan de la biblioteca.

Axel fue el último en salir del lugar, Sara continua ayudando a buscar más información   acerca del monarca de la rosa entre los libros.
El Cazador camina revisando las  armas que carga, llegando a las escaleras antes de salir, un abrecartas plateado se cae  de la mesa central, el joven se detiene de espalda al gran salón.
– Lo siento. – se escucha decir a una dulce voz conocida, la misma suelta una sublime risa. El muchacho reconoce aquel tono que  revuelve esos sentimientos que intentaba suprimir  desde el principio para ser fuerte, entonces   voltea para asegurarse de que no es un sueño, La felicidad que reflejan sus ojos es indescriptible, la manera en que la calma  es recobrada por un instante, al fin la respuesta a sus cartas,  Axel se aproxima  a la  chica morena, con el cabello que cae hasta su dorso, vestida con  jeans y suéter de tela fina, repitiendo numerosas veces en pequeños susurros
– mi Lucí, mi Lucí, mi Lucí. – 

Bajo el Velo - Al borde del AbismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora