Un nuevo juego empezo a ser popular en Mondstad, y Diluc no para de decir que es una tontería que alguien invento para vender dulces.
Para su mala suerte su novia pensaba todo lo contrario, y haría todo lo posible para jugar con el, aunque sea una s...
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¡Importante! Habra algunos spoilers del pasado de Diluc, aun que no muchos, en realidad son poquitos pero por la dudas prefiero avisar.
Cuando elegí la visión que usaría el oc fue un poco difícil. Originalmente iba a ser geo, esto por un vídeo que vi en donde explicaban como los usuarios compartian características de su personalidad con su visión. Después decidí cambiarlo a cryo, porque vi un video que explicaban mas bien el como los deseos estaban relacionados con sus visiones. Básicamente los usuarios crio la activan con un deseo personal, algo para ellos, y ese fue el caso de mi oc. Originalmente lo de su visión iba a tener mas importancia en la trama, por eso me puse a investigar cual podría tener. Pero al final no supe como incluir ese tema a la historia sin que se viera forzado.
Ya el arma fue algo que decidí de manera aleatoria.
Originalmente iba a ser un one-shot, pero al final decidí dividir los capítulos, para que no fuera algo tedioso o molesto de leer.
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El sol empezaba a caer y poco a poco el obsequio del ángel se llenaba de personas, viajeros, comerciantes, aventureros, un poco de todo, pero apenas estaban llegando y aún no habían pedido nada. Por esa razón era que el bar aún seguía tranquilo, dentro de un rato seria todo lo contrario, Diluc ya podía imaginarse echando a un par de borrachos que peleaban o que no entendían que era hora de cerrar, entre ellos estaba Kaeya que ese día había ido con su novia, nada sorprendente, aunque no le gustaba la idea eran buenos amigos y él no era nadie para decirle con quien podía estar, eso es lo que pasa cuando te enamoras de una de las personas más sociales de todo Mondstad…
Aunque también tenía sus ventajas, como que solía venir seguido con algún amigo o ellos iban a buscarla al bar para verla, era como tener un imán de clientes. Para su suerte no todos eran caballeros, había muchos aventureros, lo que tenía sentido porque solía ir a trabajar mucho a fuera de la ciudad, entre ellos se encontraba Bennet, le agradaba bastante, su buena energía era bastante contagiable, aunque nunca lo diría en voz alta,
