Sundrop no sabe como lidiar con personas que sobrepasen los 10 años, eso te convierte en un niño grande.
Esta bien, no debe haber tanta diferencia entre un infante y un niño grande...¿verdad?
Navegabas por los foros de Internet buscando trabajos que se pudiesen adoptar a tu vida universitaria.
Tal vez un trabajo a la tarde hasta casi el anochecer, querías poder dormir de noche o al menos mantener tus cinco horas diarias de sueño.
Mordiste tu labio inferior mientras que exhalabas exasperada, habían rechazado tu solicitud nuevamente de otro puesto de trabajo.
Chequeaste otra vez tu bandeja de Gmails borrando los mensajes de spam y notificaciones de otras aplicaciones.
Uno de los correos te llamo la atención.
"Vacante libre: ¡Freddy Fazbear's Mega Pizzaplex!"
Arrugaste el entrecejo con confusión ingresando al Gmail. Dejarias de aceptar las Cookies de las paginas de trabajos, a veces mandaban solicitudes como estas; Leíste el pequeño texto que venía acompañando el título.
El texto narraba que tipo de trabajo estaba vacante y los requisitos para obtener dicho trabajo.
"Se requiere a alguien mayor a los veintidós años, sin casos previos de paros cardíacos o con casos hereditarios, el trabajo se ejercerá desde las dos mil trescientas horas hastalas seis mil horas como guardia nocturno en nuestro centro comercial. ¡No pierda la oportunidad y mándenos su solicitud!"
¿Centro comercial? Oh claro. Habías oído sobre dicho centro comercial ubicado en el centro de la ciudad, siendo llamativa para cualquiera que lo viese incluso desde lejos. Inaugurada hace no mucho tiempo, tal vez unas tres o cuatro semanas.
Consideraste seriamente mandar tu currículo, estabas haciendo cuentas mentales de si afectaría o no tu horarios de clases y de dormir.
Claramente no sacrificarías el horario escolar. Tomaste aire mientras que cliqueabas los tres puntitos de la esquina superior, cerraste los ojos y enviaste la solicitud de trabajo.
Adiós cinco horas de sueño, hola madrugarse por trabajar.
—[Nombre] — tu hermana menor ingreso a tu cuarto, alejaste tu vista de la pantalla de tu computadora para mirarla. Diste un leve movimiento de cabeza hacia arriba para indicarle que le prestabas atención— tengo hambre y mamá no dejo dinero, ¿podes pedirle una pizza a la vecina?
Tu miraba relajada cambio abruptamente, tus cejas decayeron logrando que tu mirada ahora fuera molesta.
—Ve a pedirle, yo le pago cuando la traiga.
—No, ve tu. A mi me da vergüenza —luego de eso se fue sin siquiera cerrar la puerta de tu cuarto.
Tomaste el suficiente aire para llenar completamente tus pulmones, agarraste de unas de tus almohadas y la pusiste en tu cara, liberando todo el aire contenido en gritos de frustración.
Ahora tenias hambre.
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