Sundrop no sabe como lidiar con personas que sobrepasen los 10 años, eso te convierte en un niño grande.
Esta bien, no debe haber tanta diferencia entre un infante y un niño grande...¿verdad?
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Tus ojos se sentían pesados, realmente no habías considera el hecho de salir un domingo a la noche te cobraría factura el lunes; el día de tu examen.
Perdiste las dos primeras clases y habías corrido media universidad para llegar al salón. Cassandra te había dado apoyo moral desde la comodidad de tu cama y casa, esperabas que te recibiera con la cena mínimo.
Apenas podías comprender el concepto de las preguntas, ¿Cuál era este tema?¿Que habías estudiado exactamente? Parecía que tus propios pensamientos solo se enredaban entre si como hilos, tejiendo una imagen mental sobre cierto animatronico soleado y su contraparte que intentaba ocultar de una manera no muy disimulada.
Una adormilada mueca alegre se te escapa, una renovada motivación te llena de golpe, pasas tus palmas por todo tu rostro en un intento de eliminar el sueño. Exigiendo a tu cansado cerebro a recomponerse, borrando los desvaríos de las anteriores respuestas, comienzas con más seriedad tu examen.
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Arrastras los pies todo el camino hacia la guardería, gracias a cualquier deidad Cassandra si había cocinado para todos mientras alardeaba anticipando tu buena nota en ese estresante examen; La única que tenía fe en ti en esa mesa. Bostezas apoyando tu tarjeta de entrada en el escáner, cada segundo parecía eterno mientras la persiana metálica subía y agregaba un peso invisible a tus párpados. Te dabas una palmadita imaginaria por haber soportado todo este día, solo otras seis horas más y serás libre.
Ese era el plan original antes de que tu propio cuerpo agotado comenzará a actuar raro, te quedaste unos segundos considerando bajar por las escaleras o simplemente deslizarte como siempre por aquel tobogán; aunque tu madre te regaño por los moretones que te causaba golpearte contra el cilindro en tu descenso. Pues claro, no se espera que un adulto baje por ahi.
Ignorando el revoltijo de pensamientos y la lógica en si misma para con torpeza sentarte frente al tobogán, planeabas deslizarte de cabeza como el primer dia. Simplemente ignorando el recuerdo de ese dia y de como termino por la misma decisión.
Repitiendo el mismo patrón de ese dia hasta que hundiste la parte superior de tu cuerpo solo dejando tu retaguardia al aire, magnifico. No es sarcasmo, ¿Por qué estabas tan asustado esa vez? la sangre viajando a tu cabeza comenzaba a seducirte al mundo del sueño eterno. Con tanto placer te hubieras dejado envolver de no ser por tu fiel compañero de turno solar rescatandote.
—Hey Sunny, hola mi solcito—murmuras un peculiar saludo distinto a lo habitual. Que para fortuna de tu mente embriagada de sueño el animatronico estaba más enfocado en arrastrar ambos cuerpos hacia el borde de la piscina sin separarse del estrangulador abrazo en el que los enjaulo.
