CAPÍTULO 14 - Runnin'

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Después del largo día de clases de hoy, Kayla y yo decidimos comenzar a investigar lo que pasó con el profesor Perry por nuestra cuenta. Todo lo que pasó con él es muy extraño y nadie parece saber mucho del tema ni de lo que sucedió con él, por lo que decidimos preguntarle a algunos profesores en busca de respuestas; quizás ellos sepan algo más.

Como las clases de los alumnos que van en el horario de mañana han acabado, decidimos aprovechar estos minutos en los que no hay alumnos en las aulas para ir a alguna clase y preguntarle a algún profesor por Perry.

Kayla y yo caminamos unos minutos por los largos pasillos de la universidad y decidimos acercarnos a una clase al azar en la que hay un profesor sentado frente a su escritorio escribiendo algo en su portátil. Nos paramos junto a la puerta y tocamos varias veces con los nudillos, captando la atención del hombre.

- Hola señoritas, ¿buscaban algo? - nos pregunta el profesor de mediana edad apartando la vista de la pantalla y bajándose un poco las gafas de vista para poder vernos mejor.

- Pues la verdad es que sí, queríamos hacerle unas preguntas si tenía un momento.

- No tengo mucho tiempo - admite devolviendo la vista a su pantalla -, estoy bastante ocupado y...

- Por favor - suplico -, ¿podría solamente prestarnos cinco minutos de su tiempo?

- Lo siento mucho señoritas, pero ahora mismo no tengo tiempo - repite esta vez en un tono algo molesto.

- Bueno, gracias igualmente.

Tras darle una corta sonrisa de boca cerrada, salimos de la clase y cerramos la puerta de nuevo.

- Será desgraciado... - murmura Kayla con amargura.

Suelto una pequeña risa por su comentario y le doy un pequeño golpe en el brazo.

- ¡¿Qué?! ¡Es verdad! - se defiende.

Caminamos por el pasillo desierto buscando algún profesor más al que preguntar, bastante decepcionadas y desilusionadas porque el plan no salió como esperábamos.

- ¿Y qué podemos hacer ahora? - pregunto un tanto frustrada.

- Creo que sé a quién le podemos preguntar - dice entonces Kayla.

- ¿En serio crees que nos contestará?

- Tranquila, conozco a alguien que no me dirá que no - me asegura Kayla.

Caminamos unos minutos por los extensos e interminables pasillos de Cavaloug, que tienen las paredes repletas de cuadros de gente importante y grandes ventanales por donde entra la luz de la tarde, iluminando cada rincón a su paso. Entonces, llegamos a un aula y, tras Kayla echarle un vistazo al interior para ver si hay alguien dentro, abre la puerta.

- ¡Señor Martin! - exclama Kayla entrando a la clase con una gran sonrisa.

- ¿Cómo está mi alumna favorita? - le pregunta un profesor alegremente al ver a la chica entrar, también con una sonrisa iluminando su rostro.

Conque este es el famoso y maravilloso señor Martin, eh... He oído hablar demasiado a Kayla de él, sobre todo de lo inspiradoras que son sus clases y de lo buenos que son sus consejos.

Es un hombre bastante mayor, de unos sesenta años. Está calvo en la coronilla y con escaso pelo blanco en el resto de la cabeza. Viste con una camisa de cuadros y unas pequeñas gafas rectangulares. No sé por qué, pero me da muchas vibras del típico abuelo cariñoso.

- Muy bien, la verdad - responde mi amiga.

- ¿Qué tal con la obra? ¿Vas avanzando bien? - cuestiona muy amablemente -. ¿Tenías alguna pregunta sobre el concurso o la obra?

5 días [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora