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Fué inevitable el choque de miradas entre el rubio y la mujer de cabello azabache.

Pareciera que solo pasa en las películas, pero realmente sintieron como si el tiempo en ese preciso momento se detuvo. Ambos tenían sentimientos encontrados, lo que más resaltaba en ambos era resentimiento.

Mientras que Gabriel por una parte se encontraba genuinamente sorprendido por verla nuevamente, también quería largarse de ese lugar, no soportaba el hecho de estar en el mismo lugar que Nathalie y sobre todo mirarla.

Pero algo que no podía negar es que ella se veía muy hermosa, más de lo que la recordaba.
¿A caso el destino me odia?- Pensó- Además, se se habla francamente, se le hacía el colmo que precisamente esa niña era la hija de Nathalie.

Nathalie quería desaparecer en ese momento. De todos los lugares en que su hija se pudo escabuir , tuvo que ser en el atelier de Gabriel. Y algo que sinceramente le impactaba es que no haya hecho un escándalo por el hecho de que alguien haya irrumpido en su territorio.

No era algo que le gustara, para nada. Ella se encontraba un poco molesta. ¿La razón? No quería que Gabriel contaminara a su pequeña Violette, un ser de luz. Por que eso hacía Gabriel, arruinaba todo lo bueno a su paso. Y asi fuera por tan solo unos segundos, no quería a SU hija cerca de él.

Después de unos segundos de silencio y de contacto visual, Nathalie bajó la vista para ver a Violette.

-Mi amor, ¿Por que te fuiste? Sabes muy bien que no es correcto que entres y andes por ahí en un lugar que no conoces, que sobre todo no te invitaron a pasar- Habló Nathalie tratando de sonar autoritaria pese a que por dentro se estaba muriendo de los nervios.

- Lo siento mamá- Violette bajó la mirada ante el re prendimiento de Nathalie- Discúlpate con... él- Apenas alcanzó a terminar con la frase.

- Lo siento papá de Adrien, no debi hacerlo- Se disculpó con Gabriel.

- No se preocupe. Habló indirectamente hacia Nathalie- La señorita Violette no causó ninguna molestia. Señorita...- Interrumpió la niña.

- Nathalie... Mi mami se llama Nathalie, señor Rey- Dijo ella inocentemente.

- Mucho gusto, señorita Nathalie. Yo soy Gabriel Agreste- Habló el fríamente. Si Nathalie no conociera demasiado, podría decir que él se encontraba nervioso...- Extendió su mano.

La mujer del mechón rojo se quedó en blanco por un momento, dudando el siquiera acercarse más de lo debido. Todo esto era muy raro. ¿Por que hacía esto ahora? El problema no era el que fingieran no conocerse, de hecho, era lo mejor. Pero, ¿Saludarse? Y sobre todo el fingir amabilidad justamente a ella.

¿No podía simplemente ignorarla y ya?

- Igualmente, Gabriel...- Dudó mucho, pero al final para no hacer esto más tardado le recibió el saludo de mano. La mano le temblaba.

-Vilu, amor- Habló Nathalie- Es momento de irnos, papá nos ha de estar buscando.

- Señor, podría venir aquí otro día? Quiero entrar a todos los cuartos de este castillo- Dijo con mucha ilusión.

- ¡Violette! - Reprendió Nathalie con una notable molestia.

- Claro que sí, será un placer recibirla en este humilde lugar.

-¡ Adiós !- Se despidió energicamente la pequeña

- Adiós Violette- Hizo una pausa-Adiós, Nathalie- Dijo Gabriel.

- Adiós... Gabriel...- Habló muy apenas.

4 años después, en ese mismo lugar, llegó ese adiós que no se pudieron dar.

Lo Que Nunca Te Dije ; 𝐆𝐀𝐁𝐄𝐍𝐀𝐓𝐇 [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora