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La mañana había llegado más rápido de lo que hubiera querido. Tardó mucho en conciliar el sueño, y no entendía el porqué… Es decir, si resultaba que no, bueno, sería tal vez lo mejor, ahorita no se sentía mentalmente preparada, pero si resultaba que sí, obviamente que lo tendría, le causaba emoción el tan solo pensar ser mamá nuevamente...

Cargar a un bebé entre sus brazos... Recordaba que era una de las cosas que más la reconfortaba cuando su pequeña Violette era tan solo una bebé. La conexión tan bonita que se puede tener con alguien que apenas conoces, sentir que en tu corazón no puede saber tanto amor.

Esos recuerdos tan hermosos también la atormentaban y la hacían sentir culpable...

Se sentía tan egoísta. Le negó a Gabriel la oportunidad de ver crecer a su hija.

Aunque también entraba en dilema porque estaba tan agradecida por todo lo que John había hecho por ambas. Él fue un gran padre y amó a Violette como si fuera su propia hija.

Se sentía muy nerviosa.

Se levantó un poco antes de que su alarma sonara y procedió a desactivarla, después comenzó a alistarse.

Terminó de asearse y hacer lo propio antes de salir. Su pequeña estaba totalmente dormida, a lo cual Nathalie no pudo evitar sonreír dulcemente. Salió de la habitación.

Como era un asunto personal le pediría a Gorila que fuese él quien la llevara.

Entró al comedor y ahí se encontraba Adrien desayunando en silencio y tenía su mirada perdida. La cocinera también estaba ahí haciendo lo propio.

— Buenos días, Adrien— Al parecer el rubio no se había dado cuenta de la presencia de la mujer de cabello azabache, así que cuando ella habló, su expresión cambió a una de sorpresa.

Nathalie no pudo evitar sonreír ante la expresión tan graciosa el rubio. Él realmente estaba en su mundo.

— Estás despierto muy temprano...— Lanzó un comentario curioso aquella mujer.

— Hablas como si fuera un holgazán— Colocó su mano en el pecho y fingió indignación. Nathalie solo pudo reír ante su acción.

— Lo digo porque no es muy propio de ti el que estés despierto a esta hora si no tienes algo que hacer— Dijo eso revisando el horario y efectivamente tenía la mañana libre.

— ¿Quieres que te acompañe a la revisión?— Preguntó el rubio de manera suplicante, a Nathalie se le encogió el corazón.

— No es necesario. Gorila me acompañará— Sonrió— No te molestes y mejor disfruta una de tus pocas mañanas libres. No pasa muy seguido.

—... Tengo miedo...— Habló, ignorando lo que Nathalie le dijo hace unos segundos.

Nathalie estaba extrañada. Bien, ella estaba nerviosa pero no sentís miedo.

— ¿Qué es lo que sucede?

— Si te soy sincero... Me emociona el pensar que tal vez estés embarazada— Sonrió levemente— Pero... ¿ Que tal y no es eso?... No quiero perderte.

Para Nathalie escuchar la preocupación que sentís Adrien le hizo querer guardarlo en una cajita, protegerlo de todo y todos. El mundo no lo merecía.

— No tienes porqué preocuparte. Si no es un bebé, seguramente es porque no me estuve alimentando bien a raíz de lo de... John. Pero confío en que no será nada grave— Le sonrió nuevamente— Si te hace sentir más tranquilo puedes acompañarme.

Los ojos del joven muchacho de iluminaron y rápidamente corrió a su recámara por algunas de sus pertenencias. Nathalie rio con su acción. Estaba muy claro; el siempre tendría alma de niño. Él siempre sería SU niño.

Lo Que Nunca Te Dije ; 𝐆𝐀𝐁𝐄𝐍𝐀𝐓𝐇 [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora