Esos tiempos...

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Rayos, ¿Cómo es posible que no lo recuerden? Fue un día hermoso.

Bueno, es normal que siendo unos niños, o más bien unos bebés, no lo recuerden... Pero, cielos... Cuánto desearía que lo hicieran... Nunca olvidaré ese día.

//Flash back//

Estábamos con mi esposo y mis hijos en medio de la sala esperando a unos compañeros que Fugaku y yo no habíamos visto desde hace unos meses. La última vez que los vimos me enteré que esa rubia traidora no me había contado que estaba embarazada. Desde pequeñas hemos Sido buenas amigas, y no me cuenta algo tan importante.

Fechas después me enteré que yo también estaba embarazada.

Ja, nunca me quedé atrás, no iba a dejar que esa Sato me ganara, siendo yo una Uchiha, y por nacimiento. Otro punto para mí.

Mebuki cero, Mikoto uno.

En fin, el punto es que estaba sosteniendo a mi Sasuke, un bebé pelinegro con ojos igual de oscuros. Hermoso por cierto, y cómo no lo iba a ser, si es hijo mío.

Mientras estaba ocupada mirando a mi hijo menor cuando escuché un pico de la conversación de mi esposo e Itachi, mi hijo mayor. Igual de hermoso que el bebé que cargaba en mis brazos. Solo que él se parecía más a mi esposo.

— Concentra tu Chakra en las puntas de tus extremidades, de esa manera lo mantendrás equilibrado. ¿Entendido? — le dijo Fugaku.

— Si, padre.

<<Otra vez el mismo tema...>>

— ¿Y si dejan ese tema de lado? Estamos esperando a unos viejos amigos. Me gustaría descansar de tácticas de entrenamiento y peleas. Solo por hoy ¿Si?—, propuse con una sonrisa

— Está bien, Mikoto.— me respondió mi esposo.

— Gracias, Anata (*Cariño*).

Itachi asintió con una sonrisa. A pesar de ser un niño de ocho años, es muy maduro, y estamos orgullos de eso. Sus maestros nos dicen que está en un nivel superior de sus demás compañeros, haciendo que nuestro orgullo Uchiha suba mucho más.

En ese momento Sasuke bostezó. Me dió gracia, y después sonó el timbre. Al parecer Sasuke despertó a tiempo.

—Yo voy—, avisé y me paré con mi bebé para recibirlos.

Caminé y abrí la puerta. Para mí total emoción y asombro, no venían dos integrantes Haruno. Sino tres, con una pequeña niña pelirosa y adormilada. Extremadamente linda. Casi grito por la emoción.

—Soto, ¡Que alegría! —. Me acerqué muy contenta a la mujer subía que tenía cargada a esa hermosa bebé. Ella correspondió el acercamiento para abrazarnos.

Sasuke, que ya había despertado y al parecer lleno de energía, aprovechó ese movimiento para tocarle la mejilla a la bebé. Impidiendo que me abrazara con mi amiga. Las dos reímos por la ternura. Eso hizo que la pequeña despertara, dejando a la vista sus hermosos ojos color jade.

— Es hermosa.— exclamé mirándola.

—Gracias, Uchiha —, comentó Mebuki. —Tu hijo se parece a tí. Igual de curiosos—, agregó.

—Tu hija parece tranquila —. Miré como ella miraba mal a mi hijo, al parecer le gustaba mucho dormir, y odiaba que la interrumpieran. Me rei por eso. — E igual de temperamental que tú. —

—Lo es.

—Sasuke, amor. Déjala.—Intenté quitar su pequeña mano de la mejilla de la niña, pero él se resistió. —Ellos se van a quedar. No sé van a ir.

Sasusaku: One Short'sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora