La Serpiente Blanca

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El día era tranquilo, estaba en medio de una misión junto con Naruto. El ninja rubio se quejaba en su mayoría, después de todo era una misión de clase C, solo trataba acerca de recolectar algunas plantas. El día estaba pasando por las doce de la tarde y el calor se sentía, pero aún así ella y su compañero tenían puesta su capa de su Aldea. 

A Sakura ya no le molestaban las quejas del rubio, pues ya se había acostumbrado a estas y además, prefería eso a hacer dichas misiones sola. Amaba la paz, pero desde que su otro compañero se fue, ella empezó a apreciar más la compañía de cada persona con quien se topaba.

—Sakura-chan... No entiendo porqué tenemos que estar aquí... ¿Acaso no había más personas en la Aldea? Es decir, muchos en la Aldea son ninjas médicos... Incluso la loca de Ino es médico —argumentó naruto con los brazos detrás de sus hombros, mientras veía a su compañera agachada recolectando un tipo de las, según él; setenta plantas que tenían que buscar.

—Naruto, no hables así de Ino. Y sobre lo otro, puede que existan más ninjas médicos, pero aquí hay plantas que no posen tantos estudios, y hasta cierto modo, son muy desconocidas. —explica la kunoichi analizando un par de plantas que se veían muy similares, a excepción de la terminación de sus hojas— por ejemplo, una de estas dos plantas es venenosa y la otra no, tienen un sistema de defensa llamado aposentismo* el cual permite... —la ninja no había terminado de hablar cuando su compañero la interrumpió.

—Sí, sí apo... lo que sea. El punto es que tenemos que apurarnos, al parecer va a llover. —Sakura con la rabia contenida lo miró molesta y siguió con lo suyo después de suspirar.

—Puff, no tienes remedio—dijo en un suspiro.

Miró por unos segundos las dos plantas para terminar de analizar cada una y llevarse una muestra de ambas. Sacó de su mochila una caja de herramientas pequeña para este tipo de casos, que en su profesión se presentaban muy a menudo. Apenas cerró al bolsa con ambas muestras de las plantas escucho un grito de su compañero que la alarmó

—¡¡Sakura-chan!! ¡Hay una serpiente al lado tuyo! —ante el grito de este ella miró a su lado para observar una serpiente de color blanco con los ojos negros.

—¿Eh? — la joven no se asustó en lo más mínimo, solo veía como la serpiente se acercaba de manera sigilosa. Al llegar donde la mujer el reptil levantó la cabeza de manera que quedó a su misma altura.

Al ver más detalladamente al animal la joven vio que sus ojos tenían un brillo rojo que hipnotizaban de manera increíble sus orbes jade.

La serpiente se acercó más a la chica y sacó la lengua, haciendo que está riera un poco. El reptil se acercó aun más y sin mucho esfuerzo se subió al brazo de la pelirosa dejándola aún mas impresionada. Cuando sus caras estuvieron a pocos centímetros de chocarse, la chica miró mejor los ojos de la víbora, notando de manera inmediata que sus ojos tenían un enorme parecido al Sharingan, no solo por el color, sino que la pupila era idéntica al color negro característico del clan de su excompañero.

En lugar de alejarse, sonrió de manera traviesa para después pasar por una muy dulce sonrisa. Ante la atenta mirada de su compañero rubio juntó su nariz con la cabeza del animal sin dejar de lado su sonrisa y cerrando los ojos de manera suave. 

Para Naruto toda esta situación le parecía muy rara, ¿Desde cuándo Sakura besaba serpientes? Pero más raro aún, era que después de aproximadamente tres segundos en esa posición, la ser serpiente se fue, ya aunque le parecía loco al ninja, vio como si la serpiente se hubiera sonrojado.

¿Eso era posible?

—Oye... ¿Sakura-chan?— Su compañera, quien estaba riendo muy bajito y de forma risueña, traviesa y apenada lo volteó a ver tranquila.

Sasusaku: One Short'sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora