Fuegos artificiales.

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-Es hermoso... -decía la joven de trece años en frente de la gran laguna donde se reflejaban las estrellas de la Aldea de la Hoja. Después de un día de verano, la joven se encontraba disfrutando de ese paisaje que rara vez se veía. Era calmado, no habían vendedores, ni nada parecido, solo silencio y calma, era lo único que pedía.

La tranquilidad de ese lugar era perfecta, sus cabellos rosas se mantenían a flote en el aire que los movía. Cualquiera que viera a esa joven pensaría que ella no sufría, que era un ángel que había caído del cielo, alguien que en algún momento desaparecería sin dejar rastro, más allá de los recuerdos de las personas a su alrededor.

En cuanto a ella, simplemente disfrutaba de esta paz.

- ¿Sakura? -la nombrada dio un brinco, estaba tan concentrada en sus pensamientos que no pudo sentir la presencia de su compañero de equipo. Sasuke.

-Oh, no te noté... ¿Qué se te ofrece, Sasuke-kun? - volteó a mirarlo debajo de su sombrero. El chico estaba vestido con una camiseta oscura solo adornada con el símbolo Uchiha en su espalda, o eso pudo intuir la kunoichi, sabia que él nunca salía sin este emblemático abanico.

Además de esa prenda, traía una pantaloneta clara lo cual contrastaba de manera increíble con su pelo azabache del mismo color de sus ojos.

Ella por el contrario vestía un vestido de baño de dos piezas con una camisa holgada sin botones que permitía que se viera su cuerpo en desarrollo. El vestido le sentaba increíble y como era verano, no tenía tanto frio con este. Además el suave viento que la golpeaba hacía que este estuviera seco.

Los ojos de ambos se encontraron ocasionando un silencio muy cómodo. A la chica no le disgustó en lo mas mínimo. Un sentimiento compartido con el chico.

- ¿Qué haces aquí? -le dijo de manera fría el chico. Sakura se decepcionó un poco, ya que era complicado lidiar con el humor característico del Uchiha, pero no se rindió tan fácilmente. Aun si era por unos segundos, haría que el azabache disfrutara de manera agradable un momento junto a los seres que lo querían.

- Sasuke... creo que eso no importa. Vamos, solo estoy disfrutando el paisaje... -volteó de nuevo a la laguna para ver el reflejo en esta. -¿Acaso no puedo? -se preguntó con una sonrisa soñadora.

-No es eso... -dijo el muchacho con calma, la veía a través del reflejo.

-¿Entonces? -la mujer sintió que ya no se necesitaban palabras entre los dos. De hecho, no necesitaban una conversación, sentía que esta ya había muerto.

Exactamente lo mismo que sintió el Uchiha.

Los dos se quedaron en silencio, ambos pensaban igual. Sin embargo, el momento fue roto por la risa de la pelirosa.

-Lo siento- se excusó la mujer por la mirada del joven. -No lo puedo evitar, el silencio me hace reír. La verdad me parece curioso que tú hayas venido al verme. O no sé a qué.

- Yo tampoco. -se sinceró el Uchiha, no tenía ni idea el porqué había llegado donde Sakura, solamente la vio y quiso acercarse a ella.

-Ya veo...

Otra vez el silencio se apoderó del ambiente, sin embargo esta vez Sasuke fue quien lo rompió.

-No me respondiste.

-¿Eh?

-La primera pregunta que te hice. -le dijo recodándole su curiosidad por saber la razón por al cual ella estaba allí.

- Pues... Verás, mi familia y yo decidimos pasar un día juntos. Sin embargo, no se pudo. -la joven intentó ser lo más esquiva posible, sabía acerca del pasado de su compañero y no quería lastimarlo de manera directa o insultar a su familia. Sensación que fue notada por el adolescente

Sasusaku: One Short'sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora