Forever and Always (Baji Keisuke♡) FINALIZADA

𝓯𝓸𝓾𝓻♡

Pov's Sayuri.

Los últimos días han estado bastante entretenidos, hemos salido a diversos lados con Keisuke y Chifuyu, al igual que con Emma e Hina, ¡que alegría que todo lo que estábamos viviendo!, estoy agradecida de poder tenerlos a ellos, al igual que de poseer bonitos recuerdos de los cuales podré reírme cuando sea anciana. Al fin y al cabo, la vida es muy corta, nunca sabemos cuando se nos puede ir, por eso, debemos disfrutarla a concho, lo que más podamos, nunca volveremos a ser tan jóvenes como lo somos ahora.

Flashbacks♡.

Mis ojos se abren pesadamente, y al mirar el reloj en la pared me doy cuenta que son las 2 am, ¿quien podría estar metiendo ruido a esta hora?!, solo una persona supongo. Asomo mi cabeza por la ventana, allí estaban, el rubio y el pelinegro, haciéndome gestos de que saliera un rato con ellos, ¿era en serio?

Como pude, me coloqué un polerón para el frío, pero que ni soñaran en verme vestida de forma decente, así que aún manteniendo la calidez de mi pijama y colocándome las zapatillas, me dispongo a bajar junto a ellos. Cierro la puerta con el máximo cuidado de no hacer ruido.

–¿Se puede saber que hacen a esta hora?

–A esta hora hay muchos gatitos callejeros Sayu –contestó Keisuke–

–Iremos a darles comida –sonrió Chifuyu–

Entonces desvio mi vista hacia sus manos, ambos cargaban pequeños vasitos desechables, bolsas y latas de comida para gato. Sé que el ojiverde tiene a Peke J, –que de hecho más de una vez al estar en casa de Baji se ha metido por la ventana, incluso se ha metido por la mía de vez en cuando–, ¿pero realmente tenía tanta comida de sobra?

–¿y esa comida?

–Alguna es de Peke J –contestó Chifuyu– otra la fuimos a comprar

–¡¿Y había algo abierto a esta hora?! –exclamé incrédula con los ojos bien abiertos–

–Siempre habrá algo abierto Sayu –contestó el pelinegro– es cosa de saber buscar

Rodee los ojos ante sus dichos, dejando esto atrás, me uno a ellos, avanzando por diversos lugares de donde vivíamos, alimentando gatitos callejeros de todos los tipos; negros, blancos, bicolor, entre otros.

–Mira Baji-San, se parece a mi –exclamó riendo–

Ambos desviamos la mirada hacia el gatito señalado por nuestro amigo, y en en respuesta los dos reimos, honestamente era verdad que tenían cierto aire, aquel gatito de pelaje claro poseía un leve mechoncito que caía entre medio de sus dos orejas. Todos dejamos escapar sonoras carcajadas por la imagen.

Cuando ya por fin terminamos de alimentar a todos los felinos que se cruzaron por nuestro camino, subimos hacia nuestros respectivos departamentos, ya había pasado 1 o 2 horas tal vez, ya es momento de dormir.

–Nos vemos –se despidió Chifuyu con una sonrisa–

–Hasta luego –contestamos al unisono–

Seguido de esto, ambos comenzamos a subir las escaleras, pero al momento de llegar a mi respectivo piso, me doy cuenta de que Keisuke no se ha marchado de mi lado, es más, me ha acompañado hasta la puerta de mi apartamento.

–¿y tú? –encaro una ceja–

–Vengo a dormir –contestó como si nada–

–¿Y con permiso de quién?

–De mi chica, por supuesto

–Mi mamá y la tuya nos van a descubrir

–Me las arreglare, me pasare al balcón de Chifuyu, al fin y al cabo solo es un piso de diferencia de tu casa y la de él –sonrió– ahora vamos a dormir que tengo sueño –reclama–