Pequeño Murciélago

Capítulo 7

Severus no estaba feliz cuando se despertó al día siguiente. Su mente volvió a revivir lo que había hecho ayer y las consecuencia que sus padres le habían puesto. Se sentía muy  ridículo teniendo que aceptar ese castigo. Pero debía aceptar que aunque tuviera treinta y cinco años, actualmente era un bebé de ocho meses y sus padres estaban a su cuidado. Lo que significaba no entrar en el laboratorio de su padre sin su permiso, ya que a él tampoco le gustaría que un niño pequeño o bebé entrará en el suyo. También debía aceptar que no podría hacer pociones ni ser maestro en Hogwarts, y eso no le gustaba, amaba las pociones y siempre fue así y no concebía pasar más de unas horas sin tocar algún ingrediente o ponerse a realizar pociones. Pero algo que  realmente no  extrañaba era corregir ensayos, porque generalmente de los veinte ensayos que tenía que corregir solo dos o tres  estaban bien, de veinte!! Así que dejaría esa odiosa tarea para Horace. Se sentó en su cuna pero no llamo a sus padres, no sabía porque realmente pero no quería tener que ver mucho con ellos, prefería estar solo. Tampoco sabía cómo sentirse con ellos, estaba molesto pero a la vez los entendía. Aún así lloraba más seguido que antes, estaba más irritable diría el, tal vez era por el castigo que le habían dado. Pero había algo más que no había podido averiguar, algo muy en el fondo lo molestaba. Snape analizó la situación por varios minutos hasta que dio con el resultado. Estaba dolido, esa era la palabra , dolido porque sus padres le negaron volver a la normalidad, volver a ser profesor de pociones, algo que tanto le gustaba y le hacía feliz. Pero porque lo habían hecho? Si, por meterse en el laboratorio, pero sabía que había otra razón del porque y que no le explicaron, tenía la rara sensación que se debía a su padre. Severus escucho unos pasos acercarse y miro hacia arriba encontrando la cara de Albus que lo miraba con una sonrisa, Snape solo lo miro

— buenos días Severus — saludo amablemente el director sacándolo de su cuna

Snape no respondió, Albus comenzó a cambiarle los pañales y la ropa, que milagrosamente su padre decidió ponerle un buzo abrigado con una serpiente en el en vez de Gryffindor como solían hacer solo para molestarlo. Dumbledore llevo a su hijo a la cocina donde lo esperaba un platito con cereales. Snape se negó a comer eso

— no quieres comer ?— pregunto Albus  tranquilamente

Severus no estaba de humor, así que negó con la cabeza

— desayuna Severus, será un día largo — comento Albus acercando la cuchara a la boquita del bebé

Snape lo miro interrogante

— Minerva y yo estamos ocupados hoy y no podremos cuidarte— explicó el director — por eso hemos quedado que te cuidará alguien más por el día—

Severus entrecerró sus ojitos, no le estaba gustando donde iba  está conversación. Sabía que su padre sería capaz de dejarlo con alguien que sería capaz de matarlo sin problemas, y el diría que es buena persona. Pero no pudo pensar mucho ya que tuvo que volver a esquivar la maldita cuchara.

— no— dijo firme el bebé

— Severus — hablo firmemente Dumbledore

Snape solo lo miro, no quería comer eso!! Se removió inquieto en la silla y se quejó, fue una mezcla de llanto y algo que no pudo identificar. Sin pensarlo se llevó una de sus manitos a su boca, logrando sentir un  pequeño alivio. Su padre le sonrió y Severus volvió a quejarse

" Malditos dientes " pensó molesto el pocionista 

— creo que esto te puede gustar más — dijo Albus cambiando los cereales por yogurt

Snape no dijo nada, pero decidió probar ese maldito lácteo. Estaba frío y ayudaba con sus encías doloridas. El yogur ayudo a que parte del mal humor de Snape se fuera yendo. Bueno eso hasta que termino su desayuno y el dolor volvió. Albus lo saco de su sillita y lo sentó en el sillón con algunos hechizos para que no se cayera, alguien toco la puerta, Dumbledore le dedicó una sonrisa a su hijo y fue a abrir a su visita