Capítulo 3

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Severus se despertó desorientado, donde estaba? Se sentó en su "cama" y observó que parecía que estaba en la cárcel, miró confundido como todo parecía demasiado grande, porque todo era tan grande? O tal vez el muy pequeño... Pequeño... Su mente comenzó a recordar los eventos sucedidos ayer por la noche. Se había transformado en bebé!! Severus se miró sus manitos que eran demasiado  pequeñas, también noto que tenía un conjuntito entero de... Gryffindor?!! Pero que clase de broma de mal gusto era esto?? Recordó que Albus y Minerva eran de Gryffindor y ahí comprendió todo. Gruñó por lo bajo pero de su boca salió un balbuceo, esto lo  hizo enojar aún más y protesto, pero nuevamente salió un balbuceo.  Severus intentó ponerse de pie pero no funcionó, también intentó llamar a alguien pero con el mismo resultado.
La puerta de la habitación se abrió revelando a Albus Dumbledore que entraba tranquilamente en la habitación

— Buenos días Severus — saludo el director

Snape lo miró mal pero dejó que lo sacara de la maldita cuna donde estaba puesto. Vio como su padre lo depositaba en un cambiador, Severus  negó con la cabeza y su rostro se torno rojo

— lo siento muchacho. Se que es vergonzoso — dijo Albus comenzado a  quitarle el conjunto que llevaba

Severus cerró sus ojitos y dejó que su padre hiciera su trabajo. Pensar que hace  veinticuatro horas atrás era un adulto que no dependía de otro. Snape volvió a abrir sus ojitos cuando Albus lo agarro nuevamente en brazos llevándolo a la sala de estar. Snape se dio cuenta que estaba en las habitaciones privadas del director.
Albus se sentó en el sillón y convocó un biberón que intentó darle a su hijo pero que este rechazaba

— vamos Severus necesitas comer algo — pidió Albus

" eso no es una comida decente!!" pensó Snape furioso

Aún así Severus no tuvo más opción que comer lo que su padre le daba, y descubrió para su disgusto que realmente la leche tibia y dulce no era tan mala como esperaba. Bebió todo lo que el biberón traía mientras trataba de mirar hacia otro lado que no fuera su padre, pero le resultó imposible, recostado sobre los brazos de Dumbledore, Severus sólo podía ver a su padre.
Una vez que terminó su desayuno, se escucho la puerta abrir y cerrarse. Minerva apareció y le dedico a su hijo una sonrisa, Snape la miró mal

— Buenos días Severus — saludo la bruja

—  que traes ahí Minerva? — preguntó curioso Albus

— me lo dio Poppy. Es para ti — respondió la bruja entregándole el papel a su amigo

Albus abrió el papel y lo leyó. Al final terminó riendose, a Severus le dio curiosidad y también intentó leer el papel, pero solo alcanzó a leer : "bebé de ocho meses".  Así que tenía ocho meses, maravilloso. Minerva se acercó a él y lo tomó en brazos, Dios, como odiaba que lo recogieran en brazos. Pero  Mcgonagall no hizo más que agarrarlo y dejarlo en el suelo sentado, Snape miró hacia arriba confundido, que esperaba que hiciera? Aunque el se respondió solito. Estiró sus manitos hacia adelante junto con su cuerpo y comenzó a gatear. Podía moverse!!! Snape se emocionó por esto, aunque claro, su mente infantil se emocionó, la parte adulta de él quería pegarse un tiro directamente. Severus gateo hasta un mueble de caoba que encontró al otro lado de la habitación y se volvió a sentar

— eso es maravilloso Severus — felicito Albus a su hijo

Snape lo miró mal y se sonrojo, no necesitaba que lo felicitara por eso!! Aprendió a caminar hace más de treinta y cuatro años!! Severus miro a su alrededor, que podía hacer ahora? Estaba increíblemente aburrido. Pero no tuvo mucho tiempo para pensar, sus padres se levantaron del sillón y se acercaron a él agarrando  en brazos a su hijo.

— tenemos una reunión de profesores. Vendrás con nosotros — informó Minerva con una mirada cariñosa

Severus no quería ir con ellos, y descubrió que podía decir una palabra mueva

— no— dijo Snape furioso

— no? — preguntó Albus  no quieres ir? —

— no— volvió a decir Snape

— bueno. Podemos dejarte con el señor Potter. Creo que tiene libre hasta después del almuerzo — respondió Minerva casualmente, sabiendo que a su hijo no le gustaría esto

Y evidentemente fue así, Severus abrió grande los ojos y  negó con la cabeza fervientemente. Ambos se rieron de la reacción de su hijo y emprendieron viaje hacia la sala de profesores, donde todo el personal ya los esperaba hablando entre ellos en la mesa. Ellos ya estaban avisados de la situación de su profesor de pociones, pero cuando Albus llegó con el bebé en brazos Pomona no pudo resistirse a la ternura que le inspiraba el pequeño Severus. Ella se acercó al director

Oh Severus, te ves tan adorable — comentó la bruja acariciando una de las mejillas del niño

Severus la miro mal pero no pudo evitar una pequeña sonrisa ante la muestra de cariño de Pomona. A la mente adulta de  Snape no le gustó esto ya que no le gustaba que lo tocarán, pero su mente Infantil estaba muy feliz con la atención que estaba recibiendo. Albus se rio y se sentó en su lugar dando comienzo a reunión. Severus por otro lado fue colocado en un corralito con varios juguetes con los que podía divertirse. Pero en vez de eso se recostó en el dándole la espalda a los profesores y cerró sus ojitos. Dormiría mientras sus padres estaban de reunión. También descubrió que a no ser que lo ayudarán a dormir le era muy difícil conciliar el sueño. Tardo varios minutos en dormirse pero al fin  lo logró.

Luego de lo que parecieron minutos algo lo despertó, un ruido muy fuerte que hizo que se despertará sobresaltado. La sensación no le gustó nada y menos cuando sin realmente quererlo se largo a llorar. Minerva se levantó de su asiento y se acercó al corralito tomando a su hijo en brazos.

— lo siento Minerva. No era mi intención asustarlo — se disculpo el semi gigante

— esta bien. La próxima vez trata de no tirar la puerta abajo cuando entres — pidió la bruja mientras mecia al bebé de un lado a otro

A Severus le costo dejar de llorar, realmente se había asustado y al parecer Hagrid era el responsable de eso. Luego de unos minutos logró su cometido y dejó de llorar.

— estas mejor ahora? — preguntó de forma melosa Minerva

Severus volvió a mirarla mal por enésima vez ese día. Como se atrevía a  hablarle así? Que seguía teniendo treinta y cinco  años!! Al menos mentalmente...  Aun así asintió con la cabeza y dejo que sus padres lo llevaran a donde quisieran.

OoO

Hasta aquí por hoy.

Pequeño MurciélagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora