I

66 3 0
                                    

Desde la perspectiva de aquel chico rubio su vida era normalmente tranquila: trabajaba en el restaurante de sus padres como contador (ya que esto es lo que había estudiado durante su carrera universitaria), ganaba lo suficiente y no tenía que estar rodeado de tanta gente, por lo menos, no de gente desconocida. Pues sus padres se encargaban de no sacarlo de su oficina a menos de que su trabajo lo requiriese y su pequeño equipo de trabajo estaba conformado solo por 4 personas y una de ellas era su hermano; sus padres sabían bien que su querido hijo menor no era el mejor tratando con las personas, su tacto dirigido a los demás muy pocas veces resultaba ser medianamente bueno, e incluso, al joven le daba igual lo que los demás pensaban de su forma de ser y en especial por ese genio de los mil demonios que generalmente cargaba consigo ... Pero no era algo que se pudiera cambiar de la noche a la mañana ¿verdad?

Tsukishima adoraba su trabajo, todo de este le fascinaba y hacerlo correctamente para el restaurante de sus padres lo hacía sentirse aún mejor, pues se sentía bien ayudando aquellos seres que tanto amaba.
Su horario laboral era normal: entraba a las 8 de la mañana, salía al mediodía para obtener sus dos horas de almuerzo y finalmente regresaba a su casa a las 6 de la tarde. En algunas ocasiones se quedaba en casa de sus padres junto a ellos y su hermano, pero cuando no, solo se dirigía al apartamento que compartía con el gato idiota y el búho retrasado (a decir verdad eran patéticos esos dos, pero eran los mejores amigos del chico).

—Tsukiiiii bienvenido a casa!!— exclamó el chico de cabellera negra, quien en esos momentos se encontraba sentado en el sofá. —adivina quien le ganó a Bokubro en el partido 3x3 de hoy— dijo emocionado levantándose del sofá.

—supongo que el gato teibolero que tengo enfrente mio— rió suavemente y Kuroo hizo un leve puchero. Descargó su bolso en el sofá y se quitó la chaqueta que traía puesta.

—sí fui yo, pero no soy un gato teibolero—dijo con algo de orgullo para después sacarle la lengua al chico que se encontraba arrinconado en la esquina de la sala.

—vamos Bokuto, no seas mamon, a lo mejor y no fue por mucho... Además es solo un partido de práctica— dijo algo harto de la situación y eso que apenas había llegado,pero así era lidear con esos dos.

—me ganó solo por un set el cual tuvo solo una ventaja de dos puntos— dijo el de cabello bicolor poniéndose enfrente de Tsukishima esperando un abrazo.

—¿ves? No fue mucho, lloron...— se sentó en las sillas del comedor ignorando a los dos chicos para después volver hablar —¿que hay de comer?—

Ambos chicos respondieron a la vez —pizza!!— Tsukishima a veces se preguntaba, ¿que tanto los quería para aguantarlos? Y nunca llegaba a una respuesta... Y con "a veces" se refiere a cada vez que llega a casa.

Los tres chicos comieron mientras veían la televisión y cuando finalmente se acabó la comida, sus dos amigos salieron de casa como alma que lleva al diablo recordando que ese día y a esa hora tenían una cita doble con sus novios (sí... Esos dos pendejos tienen pareja y sí, efectivamente son chicos, de hecho Kenma quien es novio de kuroo y Akaashi novio de Bokuto son todo lo contrario a esos alborotados) kei se rió ante la rápidez con la que esos dos se vistieron y salieron corriendo. Siempre se preguntaba como es que tenían pareja siendo tan despistados, pero bueno eso era algo que solo pasaba por su mente.
________    ________
________✨________
Al encontrarme solo entré a mi habitación y busqué mis audífonos para después ponerme nuevamente la chaqueta y salir a dar una vuelta... El frío de la noche se siente bien, y la luz de la luna es perfecta compañera.
Me dirigí hacía un parque cerca del apartamento y me dispuse a caminar admirando las estrellas que ya comenzaban hacer presencia.
Me senté en el frio piso que estaba repleto de césped y finalmente me acosté para admirar mejor el cielo nocturno.

—¡¡Hinata, maldita sea, regresa!!— se escuchó fuertemente cerca interrumpiendo la hermosa melodía que sonaba por medio de mis audífonos.

—¿que carajos... — mi frase quedó al aire pues sentí como un delgado cuerpo caía sobre mí.

—ahh esa naranja con patas me las va...— el chico que yacía sobre mí, detuvo cualquier estupidez que estaba diciendo y me miró a los ojos, dándose cuenta que no había caído directamente en el suelo.

—¿acaso tengo un cartel en la cara pequeño pecoso? ¿Que tanto miras? Quítate de encima— dije un tanto irritado después de mirar fugazmente el rostro de él.

—ups!!— soltó una leve risa y se levantó rápidamente, pidió disculpas y se fue.

—¿ups?— imité tratando de recordar la voz que minutos atrás había dicho eso mismo, para después darme cuenta que mis malditos audífonos estaban rotos gracias al pequeño fastidio que había tropezado conmigo. —genial, ahora solo falta que llueva y me agarre un resfriado— dije en voz alta parándome del suelo para empezar a caminar hacía mi apartamento, pero la suerte no podía estar más en contra mía, pues sí... había empezado a llover.

Holiiii querid@s ... He vuelto con algo que tenía en mente hace bastante tiempo.
Creo que mi forma de escribir ha mejorado un poco, lo importante es que disfruten de esto. Espero se encuentren súper bien y se estén cuidando bastante :3

Dulce Melodía (Tsukiyama)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora