Claro que no habían tenido un buen inicio, pero Kei no podía negar que aquel chico llamaba su atención de manera evidente.
—Yama- Tadashi... ¿Que planeas hacer? ¿Estás desocupado?— dijo algo sonrojado pero sin sonar intranquilo.
—tenía planeado dar alguna vuelta y volver a casa— sonrió y empujó a Kei para que caminaran en la misma dirección. —y ¿tu?—
—realmente tenía planeado ir a comprar los audífonos que alguien dañó por accidente— le dedicó una sonrisa picara y continuó —¿te gustaría ir conmigo? Es lo menos que puedes hacer después de dañarlos, ¿no?— no esperaba respuesta alguna, solo lo decía en broma, sin embargo el pecoso no notó eso.
— tienes razón, te acompaño en esta busqueda— levantó su puño como si se tratase de un héroe, pero a los ojos de Tsukishima solo se veía adorable.
—no pensé que respondiera— dijo en un susurro y luego habló como suele hacerlo —tengo que ir primero a casa, dejaré la comida que llevo en la maleta y después iremos... ¿Estás bien con eso?—
—no tengo problema alguno, rubio. — se rió timidamente y siguió al mayor.
En el camino Kei habló de lo emocionante que había sido leer el libro, a pesar de aún no haberlo terminado, pero para Yamaguchi era suficiente con que lo hubiese leído un poco, pues sin notarlo, ambos hablaron sin parar del libro hasta llegar al apartamento que no quedaba muy lejos de donde estaban.
Al entrar Kei se puso algo nervioso pues su sala estaba llena de otros libros (algo desordenado para su gusto) además de tener una que otra partitura regada en la mesa ya que había tratado de complementar la melodía que en su mente había aparecido la otra vez.
—perdona el desorden... Sientate en donde quieras—
—no hay problema, mi casa en estos momentos está igual, solo que sin las partituras y más libros— se rió y se sentó en la sala esperando a que el rubio dijese algo más.—¿te gusta la música Kei?— preguntó, tratando de sacar tema de conversación.
—es algo que hago para relajarme, nunca lo tomé enserio— logicamente, mentía un poco al respecto, pues en algún momento de su vida pensó hacer de la Música su carrera y trabajo, pero al final se decidió por la contaduría. —pero de vez en cuando me enfoco en melodías que salen de mi cabeza— rió algo apenado mientras separaba la carne y la ponía en el congelador.
—me gusta la música, mi mejor amigo es amante de ella. Después del vóleibol es su segunda cosa favorita... — dijo, mientras tomaba las partituras para verlas.
—supongo que en eso encajamos, uno de mis mejores amigos es jugador de vóleibol profesional— dijo sonriendo muy orgulloso de ellos y continuó hablando —tu mejor amigo... Es... ¿El chico que perseguías la otra vez? — preguntó dudoso y con un poco de intriga.
—¡sí! Es él... También es jugador de vóleibol profesional, hace poco entró a un equipo de aquí de Japón.— dijo con felicidad por su amigo.
—vaya, eso es genial... A lo mejor y se conoce con Bokuto o kuroo... Bokuto es jugador y kuroo es su representante, sin embargo, también suele jugar en equipos locales.— dijo algo aliviado después de escuchar la respuesta del pecoso.
—la verdad no lo sé, tengo mala memoria para los nombres, pero sería genial que se conocieran— dijo algo entretenido con aquellas partituras, después, empezó a tararear y kei lo miró fijamente al darse cuenta de la melodía que salía de su voz.
—¿sabes leer partituras? — preguntó algo emocionado, pues le traía un poco de sorpresa y alegría saber eso.
— algo, nunca logré entonar bien las notas, pero me agrada bastante la música— dijo sonriendo —esta melodía es genial, me gustaría escucharla completa
—puedo tocar un poco, si quieres— dijo sin pensar dos veces y se sonrojó un tanto, pues no era normal en él actuar sin pensar y mucho menos demostrar tanto su alegría, no era característico en el rubio.
—¿enserio? — preguntó con brillo en sus ojos. ¿Podría ser mas conveniente la situación? No creo.
—sí... —
—¿que esperas? — se levantó rápidamente del sofá, le ayudó a guardar las cosas en el refrigerador y agarró su brazo esperando a que lo guíase para escuchar la melodía.
—hey, calma... Me lavaré las manos— abrió la llave y como dijo, procedió a lavar sus manos, cuando terminó, las secó y se dirigió a la habitación suya, cogiendo al chico pecoso de la muñeca para guíarlo.
Al entrar a la habitación, Yamaguchi se sorprendió pues no esperaba ver una habitación tan ordenada como esa.
Miró con cuidado las repisas con libros y las partituras que tenía pegadas en sus paredes, también se fijó en los afiches y discos de bandas musicales que estaban acomodados cuidadosamente y finalmente se fijó en la organeta que se encontraba al lado de la cama de Tsuki.Miró al chico quien le dio a entender que se acomodara en donde quisiera y finalmente el rubio se sentó frente al instrumento para dar paso a un poco de música relajante para ambos.
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Dulce Melodía (Tsukiyama)
FanfictionSi bien, Tsukishima Kei no era la persona más expresiva del mundo, tampoco podíamos negar que en algunos momentos (tal vez muy cortos) se dejaba llevar por la melodía de la música y se liberaba de aquellos sentimientos que ocultaba... bueno, eso cre...