VIII

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Tsukishima intentó llegar, pero por desgracia, había tenido un día demasiado pesado en su trabajo ya que su hermano se encontraba de viaje y sus padres estaban ocupados ayudando de meseros en el restaurante.
Cuando llegó a la librería ya estaba cerrado así que se maldijo internamente por no haber alcanzado.

Al llegar a su casa envió un mensaje al menor.

Para: Pecas

Lo lamento, fué un día largo y no logré llegar a tiempo.

El rubio no esperaba una respuesta inmediata así que se sorprendió cuando escuchó la notificación en su teléfono.

De: pecas
No te preocupes, tu mayordomo de confianza te entiende 🤓😊

Continuaron hablando, y de conversación en conversación fueron pasando los días.
Con el paso del tiempo, Tsukishima había añadido a su rutina ir a la biblioteca en donde trabajaba Yamaguchi, pues ambos debatían sobre algunos libros u otros temas que para ellos eran "geniales." 

Generalmente el rubio solía llevarle un café o unos postres al menor para hacer de sus charlas más amigables. Yamaguchi cada día notaba más su gusto por el rubio, pero claro; no lo iba a decir, no quería ser rechazado aunque en ocasiones pensaba que el contrario sentía lo mismo que él.

Al tener conversaciones por teléfono empezaron a conocer más cosas del contrario, empezaron a tener planes más seguidos en los que algunas veces salían a cenar y otras veces solo miraban películas en la casa del mayor.

Ya habían pasado 3 meses desde aquel día en el que fueron a comprar los audífonos de Tsukishima e intercambiaron números.
Hoy se encontraron en una situación bastante rara.
Se encontraban en el apartamento de Kei, era fin de semana así que estarían solos viendo documentales y películas, Kei aún no había comentado nada sobre Yams a sus amigos pendejos, pues no quería soportar su modo "papás protectores" porque eran un fastidio.

—veamos mundo jurásico!! —dijo el peli-verde emocionado, pues desde que se conocieron esa se volvió la película favorita de ambos.

—podemos ver otra si quieres, no tienes que verla si no te gusta—dudoso respondió

—a mí me encanta... Así que pon esa— se acomodó en el sillón y se fijó en como el rubio ponía la película.

Tsukishima al terminar, se acomodó en el sillón y Yams procedió a recostar su cabeza en las piernas del contrario. Ambos se habían acostumbrado a estar juntos así.

La película comenzó y a medida que iba avanzando Kei solo se fijaba en las reacciones de el pecoso, le parecía adorable y sus reacciones le parecían preciosas pero eso no era algo que dijese todos los días.

Yamaguchi se dió cuenta y no dudó en ver al rubio, ambos se desconectaron de todo... Solo estaban los ojos del contrario, no había ruido, no había movimientos, solo estaban los dos.

—por alguna razón, siento que me miras mucho— dijo Yams con una sonrisa a lo cual Kei solo se sonrojó y contestó en un balbuceo.

—l-lo siento... Es que... E-eres demasiado lindo, ¿sabías?— se arrepintió de admitir eso en voz alta, últimamente su lado "rudo y frío" había comenzado a desaparecer cada vez que estaba junto al pecoso.

—gracias... —sonrió aún más y se sentó al lado del contrario sin alejar su mirada timida.

Kei sentía la necesidad de tocar el rostro del peli-verde, quería sentir que tanta calidez transmitía. Se acercó a este y posó su mano en la mejilla del más pequeño. Yamaguchi solo recargó su cara en la mano de este, cerró sus ojos y al abrirlos quiso besar al contrario y maldita sea, ese pensamiento lo estaba apoderando...

—Yams... — Tsukishima se acercó a este hasta el punto que sus labios rozaron. No se quería detener, pero tampoco quería forzar nada.

—no te preocupes... — soltó en un susurro y finalmente cerró el espacio que había entre los dos, por fin pudo sentir aquellos labios rosados que tanto habían llamado su atención.

El beso no fue desesperado, mucho menos profundo. Fue un beso tierno en el que torpemente ambos conocían y recorrían cada espacio de los labios del otro. Tsukishima acercó más a Tadashi agarrandolo por la cadera y moviendolo hacía él, mientras Yams sólo pasaba sus manos por el cuello del contrario.

Ninguno tenía intención de alejarse del otro, tanto así que no escucharon el ruido de la puerta al abrirse.

—¡nuestro pequeño tiene novio! —gritó el de cabello bicolor señalando a los jovenes que se encontraban en el sofá 

—crecen tan rápido... Pronto nos cambiará por él —  Kuroo fingió secar lágrimas que caían supuestamente por sus mejillas.

Tsukishima solo se levantó rápidamente del sillón, acomodó sus lentes y maldijo a sus amigos en un susurro para después decir muy irritado.

—¿que mierdas hacen aquí? Se supone que están con Kenma y Akaashi ¿ya los cansaron imbéciles?— dijo con su expresión sería.

Ambos chicos en la puerta se voltearon a mirar y luego Akaashi soltó:
—¿oya? — asomando su cara por detrás del albino.
— ¿oya, oya? — soltó Kenma con la cabeza clavada en su PSP siguiendo al peli negro.
—¿oya, oya, oya?— dijeron gato y búho al unísono entrando por la puerta con una gran sonrisa, cerrando y acomodándosen en la sala junto a Tadashi quien estaba lo más rojo posible y junto al rubio quien la rabia lo consumía.

—a ver cuervito, presenta adecuadamente a tus papis... ¿Quién es el pecoso y que intensiones tiene con nuestro cuervito? — dijo Kuroo tomando a Kenma de la mano para después abrazarlo y poner cara de serio.

— verdad, ¿quién eres? Identificate— dijo Bokuto mientras miraba a Yamaguchi y acariciaba el cabello de su novio.

El rubio blanqueó sus ojos y miró al pecoso quien se reía algo nervioso. Tomó su mano y habló.

— es Tadashi Yamaguchi... No jodan más y expliquen por qué volvieron— se dirigió a Kenma quién estaba apagando su consola —¿destruyeron tu casa? —

—no, no... Solo que Kuroo y Bokuto dijeron que te podías sentir solo...nos hicieron volver por ti, pero al parecer tenías buena compañía— dijo riéndose de la situación. Tsukishima se sonrojó y habló.

—estoy bien, gracias por arruinar el momento, ahora ¿harán pijamada acá o que piensan hacer niños revoltosos?— se dirigió a sus mejores amigos y estos solo rieron.

Claramente sería una larga noche.

Dulce Melodía (Tsukiyama)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora