¿Quién eres?

Capítulo 3

Danielle:
Soy una persona que no suele creer en el amor. Es como si negara su existencia. Suena bastante tonto, y lo es pero realmente no sabes lo que es hasta que lo tienes en tus manos, o mejor dicho, entre tus labios.

Para aquel entonces aún no la conocía mucho. Habían pasado un par de semanas desde que la conocí. Algo en ella me dijo que me marcaría y que sería importante en mi vida. No se si fue su precioso cabello que se deslizaba y se dejaba caer por sus hombros, sus ojos mirando todo con una ilusión y esperanza casi ficticia, o por su tremenda personalidad, es de esas personas que por mucho tiempo que pases con ellas no te cansas, te hacen reír, llorar, soñar, desear y sentirte querida.

Me acuerdo de un día en concreto, un día que empezó siendo una mierda y terminó siendo uno de los mejores días de entonces. Yo me acababa de despertar. La noche anterior fue horrible ya que me sentó mal la cena y me pasé media noche vomitando. Por esta razón al levantarme y desayunar, decidí que la mejor opción sería tomarme algo. Era un día "festivo", ya que el día anterior rodamos más de lo previsto y nos dijeron q mañana podríamos tener el día libre, por ello decidí que mi plan maravilloso para mi día de vacaciones era ir al cine. Se que suena estúpido después de contar que me pase la noche vomitando, pero es que realmente es algo que me apasiona y no suelo tener mucho tiempo para ir, por eso, en cuanto tengo algo de tiempo libre, aunque me esté muriendo, tengo que ir a ver cualquier cosa, ya sea una película de terror o la comedia romántica más empalagosa del mundo. Al mirar la hora pienso que no estará aún el cine abierto, pero luego recuerdo que hay uno, justo en la otra punta de la ciudad que si que abre por las mañanas.

Cojo mis cosas y me pongo en marcha hacia el cine. Al salir de casa, me doy cuenta de que hace un día algo malo, ya que lo que ayer era un cielo completamente azul, hoy es una capa grisácea de algodón. No pienso en llevarme paraguas ya que dentro del cine no me haría falta y por el camino rezaría para que no lloviera.

Al llegar a la taquilla miro que películas estaban anunciando. Este cine, al ser algo más especial, las películas que proyectan no solo son las que han sacado ese mismo año, sino que también cada mes ponen unas cuantas más viejas para aquellos (como yo), apasionados a ver películas antiguas que en su momento no tuvieron tiempo para disfrutarlas. Lo bueno de esto, es que la entrada es mas barata, debido a que la película no es nueva. Miro el listado con estas películas, la verdad que la mayoría ya las había visto, pero aun así termino eligiendo Orgullo y prejuicio. El libro me lo leí hace tiempo y la película me la vi una tarde que me aburria en mi casa, pero al recordar que me gustó, creo que hice una buena decisión al entrar a ver esta película. Compro la entrada. La chica que estaba en el mostrador me indica que es en la segunda planta, la sala 6. Antes de subir, miro el reloj, dándome cuanta que aun me daba tiempo a comprarme algo para tomar. Cinco minutos después me encuentro de camino a la sala con un gran bote lleno hasta arriba de palomitas.

Las luces de la sala seguían encendida por lo que no tuve mucha dificultad para encontrar mi asiento. Me doy cuenta de que la sala no esta muy llena, ya que solo veo una pareja al fondo y un trio de amigas en uno de los laterales. Yo en cambio, estaba justo en el centro de la sala.

La luz tenue no deja ver nada más que no fuera la gran pantalla frente a mí. A pesar de la poca luz que hay en la sala, consigo ver como otra persona se sienta justo delante mío. El centro es el mejor sitio para ver una película, por ello supongo que se sentó ahí. Enseguida comenzó a reproducirse la película.

Yo me encontraba totalmente embobada viendola cuando de repente la pantalla se pone completamente en negro. Las luces no se encienden. Las pocas personas que nos encontrábamos en la sala estábamos preocupados por lo que estaba sucediendo. En el instante en el que comencé a ponerme más nerviosa, un trabajador entró en la sala.