Capítulo 11: ¿Amigas?

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Bora repasaba para el último exámen que tenía en la universidad. Era la última cosa que tenía que hacer para por fin tener unas buenas vacaciones y disfrutar las fiestas.

— ¡Vamos Queen Sua! Yo confío en ti.—se dijo a si misma para animarse.

— ¿Estás loca hijita?—preguntó su madre asomando su cabeza por la puerta.

— ¿Mamá? ¿Q-qué haces aquí?

— Como es tu último día en la escuela vine a visitarte.

— ¿Y papá?

— Se quedó en casa, ya sabes cómo es él. Pero me dijo que te mandaba saludos.

— Oh... Supongo que está bien.—contestó desanimada.

— Ya deberías ir, no tienes que llegar tarde si quieres ser una gran abogada como tu padre.

— Sobre eso...

— Luego cuéntame, tienes que irte. El exámen es lo que importa ahora.

— Pero mam—su madre cerró la puerta en su cara— ¿Y si no quiero ser abogada?—dijo para si misma.

Al llegar al salón, sintió como si tuviera zapatos de un metal muy pesado. Su corazón iba a mil por hora y sus ganas de tener a Siyeon para que tome su mano aumentaban cada vez más.

En medio de la prueba, vio a alguien entrar por la puerta. ¿Era ella o su imaginación lo volvía a hacer? Nadie parecía verla así que era la Siyeon imaginaria.

— Tú puedes Borita.—le susurró al oído— Es la C.

— ¿Me estás ayudando?—le habló en su mente esperando una respuesta.

— Claro que te ayudo. Ahora concéntrate.

— Eres increíble Lee Siyeon.

— Tú eres la única increíble aquí. ¡Oh! Esta es la A.

— Me sorprende que sepas las respuestas.

— Estuvimos estudiando ¿Recuerdas?

— La otra Siyeon estudió conmigo.

— Pero es casi lo mismo. Continúa, yo confío en ti.—dijo para luego tomar su mano y guiarla hasta la respuesta correcta.

Sua solo podía mirarla y sonreír, tratando de no verse sospechosa. Siyeon era la única que en ese momento pudo calmarla y darle esperanzas ya que sus amigos también estaban rindiendo.
No podía creer lo que veía a su lado, sentía que la otra chica la amaba de verdad y la forma en la que demostraba su amor era única, incluso si solo era su mente.

Salió despreocupada de la escuela y vio a su madre en su camioneta esperándola. Las dos fueron a pasear un poco por la ciudad para festejar. Ya en una cafetería, charlaron sobre sus estudios.

— ¿Y qué querías decirme mi abogadita?

— Yo...

— ¡Cuéntame!—animó a su hija.

— No quiero ser abogada.

— ¿Qué?

— Así es, no me gusta lo que estudio, es mas lo odio.

— Pero Bora, tu padre y yo trabajamos muy duro por tu futuro.

— Ese es el problema. Ustedes planearon mi futuro y no yo.

— ¿Y a qué se debe este cambio tan repentino? Llevas 3 años estudiando abogacía.

— Ya lo sé pero-

Afterlife |Suayeon|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora