Capítulo 34: Reencuentro

25 4 0
                                    

Luego de algunos años, quince para ser exactos, Minji recaudó el dinero para su viaje a Italia. Después de mucho trabajo y cansancio podría ser capaz de volver a ver a Yoohyeon.

— Espero que todo salga bien.

— Claro que saldrá bien, tú puedes Jiu.—la animó su mejor amiga.

— Creo que es momento de irme.

— ¡Suerte!

— Gracias por estar siempre conmigo chicas.—abrazó a Sua y Siyeon antes de dirigirse a la puerta de su avión.

Y así sin más se fue. Las novias, ahora esposas, volvieron a su hogar, en donde su perro Lucky las esperaba.

— Espero que la encuentre.

— Yo igual, lo bueno es que sabe en qué pueblo está.

— Hubiese sido más complicado si no lo supiera, imagínate viajar por todo un país para encontrar a alguien.—se levantó del sofá y buscó fotos viejas en un cajón. Al revisar encontró paquetes de cigarrillos— ¿Qué es esto amor? ¿Por qué hay como 40 cajas de cigarros?

— Yo...

— ¿Desde hace cuánto sigues fumando? ¿Lo dejaste en algún momento al menos?

— Cariño puedo explicarlo.

— Explícate, tengo todo el día.

— Intenté dejarlo pero no puedo, es incluso peor. No sirve de nada que lo deje.

— Ya sé que tienes los pulmones hechos cenizas pero es preferible eso a que sigas fumando y te termines muriendo.—estaba a punto de llorar pero retuvo sus lágrimas— ¿Cuántos te fumas?

— No voy a decirte.

— ¡Dime!—le ordenó mientras lloraba.

— Dos paquetes.—dijo avergonzada.

— Esto trae 20 cigarrillos. ¡¿Te fumas 40 cigarrillos?!

— Lo siento amor.

— Soy una idiota por pensar que dejarías tu vicio. ¿Sabes qué es lo peor? Que no piensas en mi, ¿y si te mueres qué hago yo? ¿Acaso me busco a otra y le pago para hacerle lo que quiera? Así por lo menos no me mentirá y podré tener todo el sexo que quiera, porque al parecer los sentimientos no importan en una relación.

— Basta Siyeon.—las palabras de la menor la hirieron, no sólo hirió sus sentimientos, sino que también lastimó su orgullo.

— No, tú para. ¿Vas a dejar que eso ocurra?

— No.

— Entonces deja de fumar. Tienes problemas y yo no quiero volver a intentar arreglarte, porque nunca funcionó.

— Puedo mejorar, sabes que es difícil para mi. Déjame mostrarte que puedo hacer un cambio en mi vida.

— Tuviste la oportunidad de hacerlo pero simplemente arruinaste todo. Me voy.

— ¡No te vayas!—suplicó de rodillas.

— Ahora buscas mi ayuda, nunca buscarla antes ¿no? Eres patética.

Lucky fue con Sua y comenzó a lamerla para que estuviera mejor. Allí se quedó con su dueña, en el suelo de madera, acostado a su lado. Bora había dejado de respirar y el perro se percató de esto. Como loco comenzó a aullar y ladrar; lo hizo lo suficientemente alto como para que Siyeon, que se encontraba a unas pocas cuadras, lo escuchara.

La mujer regresó a su casa corriendo y al entrar vio a su esposa tirada en el piso inconsciente. Lo primero que hizo fue tomar las llaves de su camioneta y subirla, luego fueron directamente al hospital.

________________________________

Jiu había llegado a Roma y solamente debía tomar un tren hacia el pueblo de Manarola en el norte del país.

El viaje duró unas 6 horas y Minji estaba exhausta pero debía llegar y encontrar un hotel para poder descansar y al día siguiente buscar a Yoohyeon.

Su habitación era muy acogedora y la vista al mar le hacía pensar en por qué no aceptó la oferta de su exnovia. Pero ya no debía quedarse en el pasado, ahora tenía que encontrar a su futuro.

Despertó temprano y se fue a caminar por el mercado del pueblo. Habían tantos aromas que hacían que su estómago rugiera. Frutas y verduras, carnes, pescados y especias, todo se veía delicioso a la vista de Minji.

Ya luego de recorrer gran parte de Manarola fue a descansar a la plaza central, donde había música y parejas bailando. Todo era felicidad allí, era como estar en una película. Lastimosamente la suya no era una romántica, al menos no en ese momento en el cual vio a Yoohyeon abrazada a otra mujer. No supo como reaccionar y lo primero que hizo fue irse antes de que la viera. Era una idiota, había gastado todo su trabajo de años en un viaje para ver a una mujer que no la ama. Perdió a sus padres y ni siquiera pudo despedirse por estar trabajando. Ya no podía hacer nada, debía quedarse ahí por los días que alquiló su habitación y luego irse.

Esa tarde Yooh fue al centro con su hermana y Solar. Las tres fueron a tomar un helado para festejar el nuevo ascenso de Moonbyul. Yongsun tenía un poco de frio por el viento que corría así que Yoohyeon le prestó su saco y la envolvió con ella.
No sabía si fue su helado con licor o su imaginación porque vio a Jiu sentada en el banco de la plaza. Cuando estaba por acercarse a ella desapareció. Tal vez se estaba volviendo loca o tal vez se moría de ganas de ver a su único amor.

Al regresar a su casa continuó pensando en Minji, quería contactarla pero le daba miedo hacerlo. Incluso si ya tenía la edad suficiente como para actuar con madurez, seguía asustada porque nunca pudo ponerle fin a esa etapa de su vida. Tenía una sensación extraña cada vez que recordaba su última relación. A lo mejor nunca quiso que terminara, por lo menos no de esa forma.

Afterlife |Suayeon|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora