Fuiste inspiración

Almas Libres, Artistas Naturales

inspirado e ilustrado por: 

ig: alan_montes

Como un jocundo soneto, recuerdo el sonido del lápiz trazando sobre el papel eufóricamente, su cabello rebelde y su suave piel perfecta, un rostro que parecía haber sido moldeado con arcilla, y un alma artista que me cautivo en su máxima expresión. Solía observarle durante clase absorta en su talento natural para plasmar cosas que ni mi estrambótica imaginación lograba concebir. Parecía que él y los colores, lienzos y pinturas eran una sola voz que escupía sentimientos que esperaban ser contados.

Una persona sencilla y humilde en su trabajo, de talento magistral como todos en la clase, exceptuando mi persona, que con mi nula capacidad para bocetar mi imaginación que también deseaba ser escuchada, pues de las veinticuatro horas del día, diez y ocho las pasaba divagando y las otras seis, durante sueños, volvía mas reales aquellas ilustres ideas de mi extravagante mente.

Durante meses forjando una amistad que, sin siquiera pensarlo, se convertiría de años, en los mismos en los que vi sus diseños madurar. Un alma libre que se robó un pedacito de mi corazón, pues todo su existir era vibrante de energía ingeniosa y genuina. Encantando mi alma con su ígneo resplandor, y sin salir de mí embeleso congregue mis sentimientos para guardarles en un cajón cuestionándome si pudiese yo considerarme artista de verdad. ¿Correrá la tiza por mis venas?, ¿Serán mis venas pinceles?, ¿Mi corazón expuesto estará disponible como lienzo para una nueva expresión de lo más bello?

Y sin embargo, caí en cuenta de que mis propias grietas absorbían el color que en mi alma surgía frente a una persona que mostraba panoramas llenos de beldad que, a mi corazón renegado y quebrantado por la experiencia, le deslumbraban sacando apocamiento en mi intento de resaltar para llamar su atención. En mi sempiterna indecisión alguien más completo su melodía, otra alma libre que flirteando audaz le logro conseguir.

Han pasado 5 años y le sigo admirando. Aún me parecen poesía tus obras, aún eres dueño de un pedacito de mi corazón. Y aunque la distancia implacable nos separa, tendrás por seguro siempre que mi admiración continuara hacia ti. Prometiendo que en otra vida haré que te quedes y así no tendré que decir que fuiste tú el único que se fue. Pues no te puedo remplazar ni con un millón de escritos, debí decirte lo que significabas para mí.