Capítulo cinco

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Cinco: Amigo de Infancia


MATT.

Ya tenía un problema, no podía estar cinco minutos sin que mirara a mi espalda o a los lados, habían pasado cuatro días y aún no podía estar con la pistola en la calle, sentía que alguien me estaba persiguiendo asique me encerraba en mi cuarto con las luces apagadas.

Tenía bastante tiempo libre, asique en las madrugadas, contaba el dinero de esa maleta, cien mil dólares es la cantidad que hay.

—Mathew, camina más rápido

Me exigió Yuri mientras compraba algunas cosas para la casa, yo tenía los diez mil que me había dado el sujeto que asesinaron. Estaba asustado de solo tener ese dinero, ¿sabrán quién soy? En la nota no decía que me conocían, solo que querían muerto a quien fue.

Suspiré agobiado—. Yuri —Ella se volteó ganándome su atención—, me compraré un reloj —ella me asintió y miró por unos segundos hacía el otro lado.

—Estaré por aquí —me dijo y solo empecé a caminar mirando a mis lados hasta llegar a donde estaban los relojes.

Miraba algunos de los que estaban en las vidrieras, se veían buenos, algunos no eran tan llamativos, mientras que otros parecían ser bastante caros.

—¿Te gusta alguno?

Me preguntó la vendedora y yo la observe por unos segundos. Pelirroja y con el cabello rizado, era bastante linda.

—Si, este —Apunté el reloj que me gustaba, uno que era de un negro bastante puro, con la correa de un azul oscuro—. ¿Cuánto cuesta?

—Oh, tienes buen ojo, es un Festina y es muy resistente, aparte de que luce muy bien con todo. ¿Quieres probártelo?

Le asentí y ella me lo puso y me gustaba como me quedaba.

—Puedes llevártelo por ciento cincuenta y nueve dólares, pero podemos hacerle una rebaja

Me lo pensé, aunque tenía dinero de sobra para comprármelo, no sabía si era buena idea comprar algo con ese dinero.

La miré y ella estaba ahí esperando mi respuesta y yo lamí mis labios y saqué mi cartera decidido a comprarlo—. Ciento cincuenta y nueve ¿verdad?

—Correcto, joven

Empecé a contar y saqué ocho billetes de veinte pagando por el reloj y con algo de nerviosismo que apenas era evidente.

—Gracias por su compra —Me dijo con una sonrisa y yo solo quite la mirada empezando a caminar buscando a mi hermana, pero me encuentro a Harry a unos pasos de mí, como si buscara algo o a alguien.

Caminé hacia él y estando a un centímetro de él, se voltea y me ve.

—Siempre eres bastante arisco —le dije sonriendo y él luego de unos segundos sonríe.

—No puedo decir lo mismo de ti

Me dijo y después de unos segundos miró mi suéter y su sonrisa desvaneció como si algo malo acababa de ver, me miré y no vi nada que pudiera decir que estaba mal. Buscaba que era lo que le había cambiado el rostro, pero antes de que yo dijera algo, me agarra del suéter y me empieza a empujar hasta llegar a los vestidores metiéndose conmigo haciéndome chocarme con la pared detrás de nosotros y cerrando la puerta.

—¡Oye! ¿Que te pasa? —Pregunté desconcertado y haciendo que me soltara bruscamente. Su rostro de enojado me hizo tomar la situación enserio, preguntando ¿por qué mierda me a metido aquí?

Entre Lineas y SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora