Capítulo 10

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Capítulo dedicado a:


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Elizabeth

- ¿Estás más tranquila? - me pregunta el tipo que tengo en frente.

- Solo un poco - no tengo ni idea de por qué siento tanta confianza hacia este chico si él mismo fue quien me ahorcó hasta dejarme inconsciente -Tú me ahorcaste.

- Lo sé, lo lamento - se le dibuja una sonrisa en la cara. No de burla - Yo sé que esto debe ser muy complicado de entender, y más con lo que te voy a decir.

No sabes ni cómo te llamas, yo creo que nada te puede sorprender.

Que no tenga memoria no me hace una persona creyente a todo.

Te hace una persona estúpida.

No le hago más caso a mi conciencia y me centro en el chico.

- ¿Qué es lo que me vas a decir? - inquirio tratando de que siga.

- Sabes lo que es una bruja, ¿Cierto?

- ¿Eso qué tiene que ver?

- Bueno, es que estás rodeada de ellas.

Lo miro con el entrecejo fruncido y haciéndome un poco hacia atrás, tratando de alejarme de él.

- No, yo no lo soy - trata de calmarme con un movimiento de su mano, haciendo el ademán de querer acercarse - Pero las chicas que están abajo, ellas si lo son.

Okay, eso solo hace que me haga más para atrás.

- No te harán daño, al contrario. A ti te hicieron daño y ellas tratarán de ayudarte, tal vez puedan devolverte la memoria.

- ¿Cómo sé que tú no me harás daño?

- Jamás, en mi cinco sentidos, te haría daño - me afirma él, regalándome una sonrisa tierna. Me proyecta tanta seguridad que el simple hecho de que me lo diga, me tranquiliza.

Yo solo asiento con la cabeza para darle a entender que entiendo lo que me dice, y a pesar de que el que existan brujas me es raro, le creo.

- Por cierto, mi nombre es Raúl - él toma mi mano con delicadeza y al momento de bajar para besarla no aparta la mirada de mis ojos - Es un placer conocerte, Elizabeth.

La puerta del cuarto se abre con fuerza y de ella entra una chica, la chica que me preguntó mi nombre. Ella se queda parada en la entrada, viéndonos a mí y al chico.

- Raúl, ¿Tienes hambre? - le pregunta después de ese momento de silencio.

- Si, eso de que te obliguen a dormir hace que el apetito se despierta - él ríe abiertamente, haciendo que una pequeña sonrisa se me dibuje en la cara.

Raúl voltea a verme rápidamente y me sonríe - Mira, sonreíste - me dice señalando mi boca - Linda sonrisa.

Siento el calor subir a mi cara lo que hace que me avergüence un poco.

- Vamos a ver que hay de comer Raúl - le pide la chica, que parece impaciente esperando.

- ¿Tienes pan y queso? - le pregunta él.

- Creo que sí, ¿Por qué?

Raúl voltea a verme nuevamente, sin perder esa sonrisa de lado - Te prepararé unos deliciosos sandwiches de queso, solo porque te acabas de despertar y no recuerdas nada.

Magia Letal (Segundo Libro ✔️) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora