Una Joya Viviente (BakuDeku) [PAUSADA]

Capitulo I

Las luces del lugar eran tenues, Izuku apenas podía respirar al sentir todo aquel aroma a feromonas y sexo, solo agradecía no estar participando en aquella orgia privada. Pero debía permanecer en el lugar, su lugar era estar exhibido y en silencio. Ese era su destino al parecer.

Izuku Midoriya era un omega de apenas 18 años, creció en un orfanato a las afueras de la ciudad de Tokio, no era un lugar muy acogedor y amigable, pero por lo menos tenia un techo y una cama en donde dormir. Nunca supo mucho sobre su vida antes de llegar ahí, al parecer fue encontrado. Pero el estaba seguro que fue abandonado.

Al cumplir 15 su celo se hizo presente, revelando que su segundo genero era el de omega, aquello no le mejoro para nada la vida. Izuku vivía siempre tratando de llamar poco la atención, cuidando a los niños mas pequeños o limpiando en el lugar. Pero era imposible no destacar para el muchacho, era la representacion de la belleza en persona, su piel lechosa estaba cubierta de suaves y delicadas pecas que se veían tan hermosas con la luz del día, su cabello era de un color tan verde como un fresco campo, parecía que incluso tenia el aroma de un bosque encantado. Y sus ojos, los ojos del omega eran dos joyas verdes y brillantes. El era una joya y al serlo, varias personas deseaban poseerlo.

Izuku termino siendo vendido por aquellas personas que el creía que debían ser sus cuidadores, al parecer, el orfanato donde estaba era el peor lugar para ser un omega.

Al parecer Izuku era un omega "único", su "amo" se trataba de un hombre llamado Victor, un extranjero multimillonario obsesionado con poseer omegas como si fueran trofeos, su harem era enorme pero la joya de la corona en aquel lugar era el pequeño Izuku.

El cuerpo de Izuku era decorado por unas sedas tan suaves y brillantes que hacían destacar su piel gracias a la transparencia, y no hablar por aquellas hermosas joyas que colgaban por su cuerpo, cuello y rostro, siempre debía estar al lado de su amo, el se obsesionaba por presumir a su preciado tesoro, y lo mantenía completamente puro para el. Ya que, Victor no solía tomar a Izuku, siempre lo acariciaba y lo obligaba a saciar su celo frente al asqueroso alfa, pero este nunca lo tomaba o iba mas allá, Izuku simplemente era un adorno, nadie tenia el derecho a tocar un cabello de el y eso provocaba dolor en el pequeño corazon del muchacho. ¿Alguna vez alguien lo amaría de verdad? ¿Alguien le mostraría el cielo y lo vería como una persona y no como un objeto?.

Aquella noche Izuku mantenía su mirada en sus manos, estaba muy incomodo como siempre, pero debía permanecer de pie mientras Victor se embriagaba de placer al follar a varios omegas junto a sus asquerosos amigos, personas que tenían un aroma tan asqueroso para Izuku.
El ya no aguantaba mas, sus delgadas piernas temblaban por el frio y las cadenas llenas de joyas y perlas provocaban enrojecimiento en su lechosa piel.

Aunque había algo que llamaba la atención del muchacho, y esa era la presencia detrás de el, aquella presencia que permanecia su lado pero siempre a una distancia prudencial.
Un hombre tan alto que lograba intimidar hasta a el propio Victor.

Izuku lo conoció solo hace una semana, al parecer un nuevo guardaespaldas había entrado bajo el mando de Victor, Katsuki Bakugo era su nombre. Un alfa joven y bastante fornido, con una mirada fría y seria, perfecto para el trabajo.

Izuku solo pudo ver su rostro por momentos , pero siempre lo sentía cerca de el, al parecer el trabajo del alfa era cuidar a la joya del jefe. Era la primera vez que Izuku sentía a alguien junto a el en todo momento, solo que solía entristecer al no poder hablarle como deseaba. El no podía dirigirle la palabra a nadie y eso lo volvía un chico tímido y muy nervioso.

La noche continuaba su curso y en aquella sala los gemidos y las risas continuaban. Izuku por momentos comenzó a sentirse mareado. Odiaba que pronto su celo llegaría, en aquellas semanas lo pasaba demasiado mal, aveces bajo la mirada de Victor que lo observaba desde atrás de un vidrio junto a otros asquerosos ancianos, o aveces solo, sin tener forma de calmar ese dolor ,solo rogando al aire ser abrazado o mimado por otro cuerpo.