Atrévete a quererme [Terminada]

Capitulo 2

Daniela se despertó media hora antes de que sonara su alarma. Parpadeó confundida y miro alrededor de su habitación.

Hoy volveré a ver a Taylor.

Sonrió para si misma al recordarlo y se acurrucó dentro del edredón.

El brazo alrededor de su cintura la apretó. Poché la acercó más hacia ella en medio de su sueño profundo para acurrucarse más cerca. Daniela se giró hacia ella y vio la mirada pacífica en el rostro de su mejor amiga. Acercó su mano izquierda y arregló su flequillo, acariciando ligeramente la piel suave debajo de su oreja. Sus piernas desnudas se enredaban bajo las sabanas, con la mano derecha de Poché a mitad de su espalda. Daniela sabía que podía levantarse e irse cuando quisiera, pero unos minutos más no le harían daño a nadie. Solo tenía que tener cuidado de no despertarla.

Sin embargo, un cosquilleó empezó a formarse en su nariz, provocándole ganas de estornudar.

- No, no, no - susurró tapándose la cara con las dos manos. Contuvo la respiración y la sensación empezó a apaciguarse. Se relajo. Oh gracias

Y estornudó.

Poché se agitó a su lado poniendo muecas mientras su brazo se aflojaba a su alrededor. Daniela se encogió.

- No, shhh, por favor.

Los ojos de poché se abrieron y parpadeo. Daniela se olvidó momentáneamente de parecer culpable, cautivada como estaba por la suave inocencia que transmitía el rostro de la pelinegra.

- ¿Qué hora es? - gimió Poché cerrando los ojos de nuevo, girándose sobre su espalda.

- No lo quieres saber - susurró Daniela.

Poché volvió a abrir los ojos y la miro fijamente.

- Estás muy feliz para ser las horas que son.

- Oh, ¿enserio? - se quejo de nuevo la rubia. Al igual que su amiga se giro sobre su espalda con un gemido de derrota. Poché puso los ojos en blanco. Quería volverse a dormir más que nada en este mundo, pero molestar a su amiga era una oportunidad que no iba a dejar pasar.

- Seguro que es la chica esa la que te tiene tan feliz. Sabes, estoy empezando a pensar que tienes un prototipo.

- ¿Perdona? Taylor no se parece en nada a ninguna persona con la que haya salido - argumentó Daniela.

Poché levantó una ceja hacia ella.

- Un poco más alta que tú, alegre, abierta... suena muy parecido a Emma, ya sabes, tu antigua amiga de clase. Joder Calle, ¿qué te pasa con las chicas y chicos más mayores que tú? Emma, Joel eran al menos un año mayores. Sin mencionar a Ismael, que encaja en todo menos en lo de ser alegre. Pero oye, no te ralles, tu secreto está a salvo conmigo - se burló Poché.

Daniela se cubrió la cara con ambas manos, sin poder evitar la sonrisa en sus labios.

- ¡No puedes reducir todas mis parejas solo a esos aspectos! ¡Nunca conociste a ninguna! - le recriminó.

- Doy gracias a Dios por ello. Me habría cansado de ellas a la media hora - sonrió poché.

Daniela suspiró dramáticamente y se levantó de la cama buscando su móvil.

- Como si tu hubieras salido con alguien mejor-la acuso la rubia.

Poché se sentó en la cama y abrió los brazos sorprendida.