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Renuncia de derechos, los personajes que salgan aquí son de sus respectivos autores.

Nunca tuvo una gran vida realmente.

No conoció a sus padres, por eso fue criado por su abuelo a las afueras de una ciudad hasta que el anciano falleció cuando él tenía quince años.

Fue muy duro perder a su única familia, pero juró ante la tumba de su abuelo y que saldría adelante, enfrentándose a todas las adversidades que la vida le pusiera enfrente.

Y vaya adversidades le puso: tuvo que buscar un trabajo para pagar el pequeño apartamento donde comenzó a vivir y al final se le hizo muy difícil continuar estudiando con regularidad.

La suerte llamó a su puerta cuando recibió una beca para cursar sus estudios en una secundaria debido a su gran talento en el kendō y el Kung-fu.

Su abuelo le enseñó artes marciales cuando todavía era más pequeño. Ese era su único don, nunca destacó como un excelente estudiante.

Gracias a ese don se convirtió en el capitán del club de kendō de su escuela, logrando clasificar a aquel equipo para una competición nacional.

Sí, por fin pudo tener algo de felicidad después de la muerte de su abuelo, era feliz con su nueva vida y la verdad no se quejaba con lo que tenía.

Pronto llegó el torneo y tuvieron que viajar a otra ciudad para participar. Sólo serían dos días pues no podían ausentarse tanto tiempo a la escuela.

Durante esos dos días se esforzaron bastante y consiguieron la victoria con un notable combate final suyo. Ganaron la copa del torneo de kendō.

Felices por su hazaña cogieron un vuelo de regreso a su ciudad para retomar las clases y emplazar el trofeo en la vitrina del museo.

Sin embargo, todo se complicó en un pequeño instante. Perdieron la comunicación con la torre de control y uno de los motores empezó a fallar.

Aquel fue el preludio de la desgracia, los pilotos no pudieron salvar dicha situación y tras ordenar que todos se pudieran la mascarilla, colapsaron.

El avión empezó a precipitar a una descomunal velocidad y todos comenzaron a soltar gritos de pánico debido a lo que estaba aconteciendo.

Muchos comenzaron a rezar, algunos a llorar presos del terror, otros cerraron sus ojos... y ahí estaba él, en medio de la desastrosa situación.

También él tenía miedo por lo que estaba sucediendo, no quería morir aún desde luego.

Pero se mantuvo sin decir nada y aferrado con bastante fuerza a su silla sabiendo que el avión estaba a unos escasos metros de chocar con el sueño y que muy pronto llegaría lo inevitable.

Miró el rostro de sus amigos y compañeros de equipo, sabía que esta sería la ultima vez que los vería. Vio mucha desesperación en sus rostros.

"No pude salvar a ninguno de ellos... ¿para qué he vivido si no he podido lograr nada?"- se preguntó Goku mostrando una sonrisa amarga.

Cerró sus ojos ónix para no ver el impacto que tendría lugar, pero nunca llegó a suceder... ahora sólo llegaba a mis oidos un silencio apacible.

"...."

"...."

"...."

Goku abrió sus ojos notando que se hallaba en un lugar totalmente blanco y que parecía infinito. Soltó un suspiro, al final sí que había muerto.

Re: Héroe transmigranteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora