Re: Héroe transmigrante

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Renuncia de derechos, los personajes que salgan aquí son de sus respectivos autores.

Yuki jadeó intensamente por el cansancio que inundaba su ser y se tiró al césped extendiendo sus brazos para recuperar todo el aire perdido.

-U-ustedes son *jadeo* bastante lentas -pronunció Goku con la voz entrecortada, él también se encontraba bastante cansado.

Entre otras cosas porque Kurumi estaba en su espalda, llevaba media hora cargándola debido a que la pelivioleta se agotó después de correr.

Sus cuerpos estaban manchados de barro ya que Yuki y Kurumi se cayeron sobre un charco y Goku no pudo frenar su velocidad... y se cayó.

Pero pese a todo siguieron jugando durante varias horas, hasta que finalmente anocheció y supieron que debían regresar a sus casas.

-Tonto -masculló fríamente Yuki al oír que su amigo le llamaba lenta, aunque tenía que admitir que Goku era bastante más rápido que ellas.

-Bien, llamaré a la puerta -habló Goku dejando a Kurumi al lado de su hermana en en césped y caminó hacia la puerta de la casa frente a él.

Era la residencia de la familia Nonaka, tenía una pequeña muralla de piedra a su alrededor. La casa tenía un solo piso pero era de tamaño mediano, aunque el interior era sorprendente.

Goku tocó el timbre y esperó a que abrieran la puerta. Segundos transcurrieron hasta que finalmente sucedió lo que esperaba el niño.

Quien abrió fue una mujer bastante hermosa, cabello azul recogido en una cola, amplio busto oculto bajo un delantal de cocina y un vestido.

-Buenas noches Kaoru-san -habló Goku con una sonrisa reconociendo a la madre de sus amigas.

Kaoru era lo más cercano a una madre que tuvo él en sus dos vidas. Siempre que venia a visitar a Yuki le trataba con amabilidad y generosidad.

-Buenas noches Goku-kun -dijo Kaoru con una sonrisa gentil, pero pronto sus ojos se posaron en sus dos hijas embadurnadas- Oh... cielos.

-Es que nos caímos a un charco, ¡lo siento! -habló Goku sonriendo nerviosamente y juntó ambas manos como señal de disculpa.

-No pasa nada Goku-kun, enseguida se irán a bañar -respondió Kaoru sonriendo y al ver que Goku se giraba arqueó una ceja- ¿Adónde vas?

-A bañarme en mi casa -contestó Goku.

-Ah no, te bañarás aquí Goku-kun... no puedo dejar que te marches así -habló Kaoru mientras cargaba a sus dos hijas en ambos brazos.

-P-pero Kaoru-san -tartamudeó Goku pero la sonrisa de Kaoru le convenció de que si no lo hacía le esperaría algo muchísimo peor.

-No quiero oír excusas Goku-kun, así que entra a casa -agregó Kaoru con una suave sonrisa sobre su hermoso rostro- Irás a bañarte con ellas, ¿sí?

No era la primera vez que los tres se bañaban juntos, lo habían hecho en anteriores ocasiones en el río de la aldea. Eran niños después de todo.

Aunque bueno, uno de esos tres niños era un transmigrante. Pero Goku no tenía problemas, su cuerpo era el de un niño... claro, hasta ahora.

-De acuerdo Kaoru-san, ya voy -se resignó Goku bajando con derrota sus hombros y soltando un suspiro se adentró en la casa de su mejor amiga.

"Oh, los zapatos"- habló en su mente el niño retirando sus zapatos llenos de barro, había que mantener las buenas costumbres, ¿verdad?