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Renuncia de derechos, los personajes que salgan aquí son de sus respectivos autores.

Un mes.

Transcurrió un mes desde que Goku comenzó su entrenamiento con Jin y desde ese entonces progresó notablemente en muchos sentidos.

Primero, su control de maná.

Antes tenía dificultades para distribuir el maná por su cuerpo, con suerte pudo lograrlo durante la prueba del núcleo mágico pero le era difícil.

Pero ahora...

Podía distribuir el maná sin problema alguno a cualquier parte de su cuerpo y reforzar esa parte, además de aumentar su fuerza y su velocidad.

Segundo, su fuerza física.

Le costó bastante adaptarse a los sellos de gravedad pero según Jin no podía quitárselos bajo ningún pretexto, ni siquiera durmiendo.

Y por eso amanecía con dolores en el cuerpo y se le hacía difícil caminar, aunque con el paso de las semanas se fue habituando a dichos sellos.

Gracias a ello su musculatura aumentó, debido al hecho también de que Jin le hacía correr cada mañana media aldea y luego varios ejercicios.

-En resumen, un infierno -profirió Goku desplomándose sobre el césped mientras soltaba un suspiro de desfallecimiento.

Recién había terminado de entrenar.

-¿Y tú qué tal? -preguntó Goku mirando a su amiga Yuki, quien estaba recostada a su lado.

-Recibí lecciones de espada y aprendí algunos hechizos básicos -respondió Yuki con su habitual voz monótona y el rubio asintió con curiosidad.

Su madre le había dicho que en unos meses sabría cuál era su elemento afín y el que, por lo tanto, dominaría con bastante más facilidad.

Pero de momento ella estaba concentrada en mejorar con la espada, no quería depender de la magia como la mayoría de los conjuradores.

-¿Podrías mostrarme uno de esos hechizos? -preguntó Goku ansioso por ver los frutos del entrenamiento de su amiga, quien se levantó.

Yuki tomó una piedra gris y canalizando maná creó un círculo mágico bajo aquella piedra, que unos instantes después se convirtió en oro.

-Eso fue transmutación... ¡estuvo increíble Yuki-chan! -exclamó Goku con entusiasmo y ruborizó a su amiga con aquellos halagos.

-Te dije que no me llames así... -susurró Yuki volviendo a sentarse y el rubio la miró con una enorme sonrisa mientras se volvía a recostar.

-Nah, siempre te llamaré así -aseveró el chico mirando las nubes del cielo mientras indagaba- Oh, es raro que no haya venido Kurumi-chan...

Yuki se movió con recelo al oírle.

-Ella... está entrenando con mi madre, dice que no quiere perder -Yuki habló desviando sus ojos ante la mirada llena de curiosidad del rubio.

-¿Perder contra quién? -preguntó Goku sin entender a lo que se refería Yuki- Si tiene un combate puede llamarme y la ayudaré jeje.

Yuki hizo ademán de golpearse la cara por lo tonto que era su amigo, pero no podía juzgarle por ello pues esa ingenuidad le hacía más...

Especial.

-Pero en todo caso es bueno que ella entrene, supongo que Takashi estará haciendo lo mismo -profirió Goku pues no acababa de ver al chico.

"Pues claro, ¿por quién me tomas?"

Re: Héroe transmigranteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora