OMEGA AL QUE TEMER

4.

Jodido.
Al día siguiente se dio cuenta que estaba jodido desde que al salir por la puerta de los dormitorios los mismos idiotas de antes lo seguían en su camino a la academia.

Todo el camino tuvo que soportar que lo siguieran y trataran de hablarle, y justo cuando pensó que podría descansar al llegar, no fue así.

"Buen día alumnos" la voz cansada de su profesor llamó su atención y cada uno se sentó en su lugar "Hoy tenemos entrenamiento, diríjanse a los vestidores y póngase cómodos. Hoy van a terminar muertos" una ligera sonrisa del pelinegro tenso al salón completo.

Así se dirigieron a cambiarse, los vestidores estaban divididos en dos, uno para hombres y otro para mujeres. El subgénero no importaba mucho aquí ya que la mayoría de alfas eran hombres y las omegas mujeres, además se encontraban vigilados por una mujer beta y un hombre beta respectivamente.

Pero en este caso era un problema para cierto rubio explosivo.
Si entraba al vestidor de chicas estas lo echarían sin importar que fuera omega y si entraba al de chicos lo más probable acabaría en problemas.

Gruñó mientras se dirigía ahí y al estar frente a ambas puertas lo meditó un poco antes de entrar al de chicos.
No le agradaba a varias de esas omegas estúpidas y eso significaba problemas, en cambio a los alfas podía patearles el trasero y justificarse.

Justo cuando entró todas las miradas se dirigieron hacia él.
Algunos de los chicos ya se encontraban a medio vestir, mientras él caminó tranquilo hasta el que sería su lugar a partir de ese momento.

"¿Qué ven idiotas? ¿Se les perdió algo?" abrió con fuerza el casillero donde acomodó sus pertenencias y ropa "Más les vale seguir en sus malditos asuntos o terminarán con la cara hecha mierda"

El omega eligió el último casillero casi en la esquina del lugar, mientras más lejos mejor.

Pero no esperaba que justo a dos casilleros del suyo, se instalaron uno tras otro, los tres idiotas que lo seguían camino a la academia.

"¡Hey amigo, ¿qué tal todo?!" el beta fue el primero en saludarlo mientras se quitaba la camiseta "¿No estás incómodo en este vestidor?"

"Hola Bakugou" el pelirrojo fue el más cercano a su lugar "Tiene razón, ¿Te sientes cómodo aquí? Puedes esperar a que todos se vayan y estar solo, el profesor Aizawa lo entenderá"

Por un momento se quedó sin palabras, ¿qué demonios? Acaso, ¿estos estúpidos estaban preocupados por él?

"Cierren sus jodidas bocas y alejense de mi" Katsuki se cambió de ropa lo más rápido que pudo "Métanse en sus propios asuntos, no necesito su estúpida preocupación, no soy un maldito omega indefenso"

Cerro de un portazo su casillero al terminar de cambiarse y miró a los tres chicos frente él.
También habían terminado y parecían mirarlo arrepentidos.

"No queríamos incomodarte Bakugou, solo nos interesa porque queremos ser tus amigos" el alfa pelinegro se encogió de hombros "Pero no te preocupes, te daremos tu espacio"

El rubio chasqueo la lengua mientras caminaba a la salida y dejaba atrás a los demás.
Y claro que nadie podía negar las ligeras miradas que todos le habían dado.

Pero él no lo notó, estaba molesto.
¿Qué se creían? ¿Qué por ser omega necesitaba de su asquerosa protección? Él podía partirle el trasero a cualquier persona que se enfrentara, no necesitaba de ningún 'amigo'.
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Se encontraban en el campo de entrenamiento, no era más que un terreno plano y solitario.
En el fondo de este, a varios metros de distancia, se encontraba la entrada al bosque que rodeaba la academia.