Bell Cranel: El Último Héroe de la Nueva Era

Arco I: Capítulo 7 - Nueva Soporte

Pasaron unos días desde que Bell y sus servants fueron a comprar algunos conjuntos de ropa para ellas, después de eso, Bell y Ushiwakamaru fueron al Gremio para inscribirla y que sea una aventurera oficialmente.

Cabe decir que la asesora de Bell, Eina Tulle se sorprendió mucho de que la recien formada <Familia Vesta> ya incorporará nuevos miembros, a pesar de solo ser "Nivel 1" todos y cada uno de los nuevos integrantes poseían habilidades de combate sorprendentes cosa que sorprendió mucho a los asesores del Gremio, ya se andaban preguntando que clase de prodigios eran y ya andaban apostando las hazañas que harían en un futuro.

Ushiwakamaru se registró correctamente junto con Bell que le ayudó con todas sus dudas, ella le preguntó a Bell que edad le quedaba bien y él respondió que ella se veía de unos 17 años, cosa que alegro a la leyenda del sol naciente y así terminó dando todos sus datos para ser oficialmente una Aventurera junto con su Master.

Después de terminar con todo eso, Bell y Ushiwakamaru tuvieron unas buenas lecciones con su nueva asesora, les obligó a aprenderse todas las rutas, atajos y zonas peligrosas que tenia el Calabozo hasta el anochecer.

Se podía ver a un Bell con los ojos muertos, tendido en el suelo sin poder moverse después de tantas lecciones y regaños de su asesora.

Ushiwakamaru estaba tendida en el sillón del gremio con un fantasmita saliendo de su boca producto del infierno que sufrió.

La asesora Eina Tulle estaba con una sonrisa orgullosa y sádica, ya que les obligó a aprenderse todo sobre el Calabozo hasta el Piso 40.

El dúo después de despedirse volvieron a su hogar exhaustos.

Bell procedió a dormir junto a su diosa en su sofá y las 3 Servants a dormir de nuevo en la cama de Vesta, tenían la opción de usar su forma espiritual pero prefieren hacerlo como lo hacían antes de convertirse en Espiritus Heroicos.

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EN EL DÍA DESPUÉS

Sueño de Bell - Pov Ruler

Nací en Domrémy, Francia. Me conocen como la heroína que liberó a Orleans en la Guerra de los Cien Años.

Fui hija de un granjero común. Recibí ordenes de Dios para luchar, habiendo escuchado el lamento del señor de que el mundo estaba condenado a ir directamente al infierno. El señor lloró de mucho dolor ya que nadie era capaz de detenerlo, la gente ni siquiera lograba vivir con simpleza, viéndose obligados a convertirse en bestias o alimentos.

El conflicto nunca terminó, y la sangre continuo lloviendo continuamente manchando la tierra. Recibí una revelacion del señor, recuerdo que la voz no tenía gloria ni vida, ninguna obligación sentido o propósito. Solo el señor lamentándose. Capté sus pequeños y débiles murmullos, los cuales no pudieron ser captados por nadie más.

Dejé atrás mi vida como una simple aldeana. No tendría compensación alguna.

Sabía que sería despreciada por mis enemigos tanto por mis aliados, teniendo en cuenta sus creencias por las directrices de la iglesia sobre el comportamiento adecuado que debe de tener una mujer.

Fue algo muy terrorífico de contemplar. Era una locura que una simple campesina saltara al campo de batalla donde el instinto asesino de la gente se arremolinaba, sin embargo yo no le daría la espalda a los gritos del señor.