Bell y Ereshkigal tomaron rumbo en las transitadas calles de Orario mientras miraban a todos los alrededores.
Mientras caminaban podían ver como algunos locales empezaban a abrir sus negocios mientras Aventureros con sus respectivas fiestas iban con dirección al Dungeon.
Bell dirigió su mirada hacía su acompañante que veía todo fascinada, como una niña que exploraba todo su entorno con curiosidad.
Ereshkigal: Wow... Todo aquí parece como un cuento de hadas, hay distintos tipos de razas, los Dioses caminan junto a los mortales como si ellos también lo fueran, es como vivir en la Era de los Dioses de mi mundo, ¡Todo esto parece un sueño!
Bell: ¿Los Dioses también convivían con los mortales en tu mundo?
Ereshkigal: Más o menos, originalmente en ese entonces nosotros los Dioses existiamos en forma física como manifestaciones de la naturaleza misma, gobernabamos la tierra y civilizaciones. Fueron varios miles de años de paz hasta que llegó un momento catastrófico.
Bell: ¿Qué sucedió?
Ereshkigal: Velber 02 o simplemente llamado originalmente Sefar, junto a Velber 01 y 03, unos titanes blancos del espacio exterior, terminaron por invadir el Moon Cell y la tierra de mi mundo. Después de que destruyeran todo a su paso y una gran mayoría de Dioses, finalmente fueron derrotados utilizando una Espada Sagrada forjada en el núcleo del planeta y esa espada es llamada famosamente como Excalibur, el principal problema fue Velber 02 que resultó ser muy poderosa, dado por eso cuando fue derrotada su influencia y su poder influyeron negativamente en el poder de los Dioses, eso provocó que los Dioses se debilitaran y que la humanidad crezca, y avancen independientemente.
Bell: ¿Qué ocurrió después?
Ereshkigal: La mayoría de Dioses lentamente comenzaron a perder sus formas físicas, incluyéndome. Hasta que llegaron a necesitar un cuerpo humano compatible que poseer para poder caminar sobre la tierra o ser un Servant.
Bell: ¿Tú estuviste involucrada en la batalla?
Ereshkigal: No. No estuve involucrada en la batalla, pero si lo hubiera estado llegaría a ser derrotada, incluso con la influencia del Inframundo creo no le hubiera hecho mucho daño. ¡No pude hacer nada mientras aquellos titanes hacían de las suyas porque yo estaba en el Inframundo! - expresó molesta mientras hacía un puchero.
Bell: Vamos, vamos. No te preocupes por eso, eso ocurrió hace bastante tiempo, hay veces que simplemente no podemos hacer mucho.
Ereshkigal: -suspirando- Tienes razón, mejor solo guardo la calma.
Bell: Entonces, ¿Hubo alguien más que pudo vencer la influencia del Inframundo?
Ereshkigal: Ahora que lo dices, si hubo alguien más, fue en un cierto curso en la historia, en un suceso que lo llamaban Singularidad. Su nombre es Tiamat, una de las deidades primordiales de mi mitología, es también la Diosa madre de todos los Dioses mesopotamicos, los primeros Dioses nacieron del emparejamiento de ella que es el agua salada, y Abzu, quien es el agua dulce.
Bell: ¿Y qué pasó con ella después?Ereshkigal puso una cara algo complicada, pero luego suspiró y volvió a hablar.
Ereshkigal: Anteriormente los demás Dioses decidieron ir a matarla, luego de que ella se diera cuenta de eso, dio a luz a once bestias magicas para que los enfrenten. Al final los Dioses y las bestias fueron derrotadas, el Dios Marduk la derrotó con su hacha dándole el golpe final.
Bell: ¿Por qué fueron a matarla? ¿No se supone que ella es la razón de que todos ustedes existieran?
Ereshkigal: Realmente no lo sé, yo no estuve en aquella batalla porqué estaba en el Inframundo administrando las almas. Además no estaba de acuerdo con lo que hicieron los demás, pero si sé de que ella era una existencia peligrosa.
Bell: ¿Por qué lo crees?
Ereshkigal: Ella es un existencia más allá de la comprensión, ella si quisiera podría hacer un gran daño al planeta tierra, además los otros Dioses estaban sedientos de poder para gobernar. Después de derrotarla a ella y sus bestias magicas, partieron en dos el cuerpo de Tiamat, gracias a su cuerpo se pudo formar el cielo y la tierra, gracias a ese medio les dio la posibilidad a los Dioses de hacer realidad la creación del Mundo del Hombre, a partir de allí en adelante nació la Era del Hombre. Además ella es mal de la humanidad y una clase Beast. En simples palabras es una amenaza para la humanidad.
Bell: Comprendo. Pero aún sigo pensando de que no era necesario hacerle eso.
Ereshkigal: Para los Dioses, una vez que el planeta tierra se estabilizó y los ecosistemas fueron establecidos, Tiamat ya no era necesaria y su alma fue desterrada al Mundo de los Números Imaginarios, un espacio sin vida que ni siquiera es un mundo paralelo. En resumen, al ver que los ecosistemas fueron establecidos, no había necesidad de que Tiamat creara vida aleatoriamente, debido al curso al que se ajustaban las formas de vida con inteligencia, ella ya no era más que un impedimento.
Bell: -apretando los puños- Aun así me parece innecesario lo que hicieron, por eso odio a los Dioses, los respeto y mucho. Pero... Con tal de entretenerse y que se cumplan sus caprichos a cualquier costo, no les importa que ocurra a su alrededor.
Ereshkigal: Entonces, ¿Tú me odias? - preguntó bajando la cabeza con tristeza.
Bell: -negando con las manos- ¡NO, NO, NO! ¡Nunca lo haría! Es solo que odio ese tipo de Dioses, tú eres diferente Ereshkigal-sama.
Ereshkigal: ¿Tú que sabes de mi? Soy la Diosa del Inframundo, soy una existencia solitaria y que no muestra piedad ante nadie, soy alguien terrorífica.
Bell: Eso es lo que aparentas. Pero en el fondo eres una Diosa gentil que está dispuesta a ayudar a todos, eso es lo que creo. Veo más una Diosa que se preocupa por todos, más que una Diosa brutal que no muestra piedad ante nadie - dijo dando una sonrisa sincera.
Ereshkigal: -sorprendida- ¿T-Tú lo crees así?
Bell: Por supuesto. Estoy más que seguro de lo que estoy diciendo. Además eres realmente hermosa si me lo preguntas.
Ereshkigal: -sonrojandose- ¡N-NO DIGAS ESAS COSAS TAN A LA LIGERA! ¡IDIOTA!
Bell: ¿Qué tiene de malo? Yo reconozco la belleza que tengo ante mis ojos, ¿Hay algo malo con eso? - preguntó él con una cara confundida.
Ereshkigal: -cubriendose el rostro con vergüenza- Como sea, no digas esas cosas tan de repente, no soy muy buena con esas cosas.
Bell: Está bien.
Ereshkigal: Entonces, ¿Hay algo más que quieras preguntarme?
Bell: Hmm... ¿Cómo llegaste a gobernar aquel lugar? ¿Cómo era tu vida en el Inframundo?
Ereshkigal: Apenas después de nacer y dividirme de Ishtar, mi otra mitad, pues antes eramos una sola existencia. Fui tirada a aquel lugar inmediatamente para convertirme en gobernante, alguien tenía que asumir la responsabilidad y yo tuve la mala fortuna de asumir aquel cargo, fui tirada allí por los demás Dioses. Desde ese entonces fui la Diosa que manejo las almas de los muertos durante miles de años. A cambio, soy invensible dentro del Inframundo, a excepción de Sefar y Tiamat que tienen el poder de anularlo.
Bell: ¿Te arrepientes de gobernar aquel lugar?
Ereshkigal: No me arrepiento de dedicar todo lo que tuve a esa tarea. Administrar el alma de las personas y convivir con ellos fue agradable. Pero lo que me arrepiento es no haber visto el cielo y poder ser libre, como mi otra mitad Ishtar que lo tuvo todo desde un comienzo, la vi volar libremente por los cielos mientras yo me quedaba en el Inframundo siendo marginada por los demás Dioses. Lo peor de todo es que nunca pude ver la superficie ni conocer gente nueva.
Bell: -bajando la mirada- Vaya... Eso es realmente triste...
Ereshkigal: Sí... Entretenimiento, Alegría, Tristeza, ver el mar, el cielo y tener amigos... Nunca tuve nada como eso.
Bell: ¿Pero llegaste a ver la superficie y tener amigos alguna vez, no?
Ereshkigal: -asintiendo- Sí, durante mi convocatoria como Servant de una organización llamada Chaldea tuve la posibilidad de disfrutar junto a otros Servants y poder disfrutar de la vida en la superficie, pero eso fue hace muchos años.
Bell: Me alegro de saber eso. Ahora que lo pienso, ¿Qué piensas de los humanos? ¿Qué tipo de aspectos has visto sobre la raza humana durante toda tu existencia?
Ereshkigal: -mirando al cielo- Para mi los humanos son tontos...
Bell: ¿Por qué piensas eso?
Ereshkigal: ¿Por qué pienso que son tontos? Porque no pueden escapar del sufrimiento de la vida o el terror de la muerte. Hay cosas que ellos no pueden entender. Los humanos decidieron vivir sus vidas independientes sin tener en cuenta a los Dioses. La existencia de los Dioses es necesaria, si algo les sale mal, solo pueden culparnos de sus desgracias a nosotros. Un ejemplo eres tú, que consideras a la mayoria de los Dioses como existencias de respeto pero que solo buscan entretenimiento, aunque no dudo de que tienes razón.
Bell: ¿Sabe algo, Ereshkigal-sama?
Ereshkigal: ¿Qué cosa, Bell?
Bell: Ese es el mejor aspecto de los humanos y el resto de los mortales. ¿A qué me refiero? Es que ellos pueden decidir si depender o no de los Dioses, ellos prefieren vivir sus vidas sin que nadie los tenga que controlar, sin nadie que les diga que hacer. Es gracias a eso que avanzaron de forma estupenda, ellos encontraron su existencia muy corta, pero eso les ayudó a fortalecerse y evolucionar con los años. La vida humana es fascinante, vivimos tan poco pero logramos muchas cosas, somos seres imperfectos, seres que nos dañamos a nosotros mismos, pero aun así encontramos un equilibrio. A excepción de los Dioses que son seres perfectos de nacimiento, nosotros debemos esforzarnos al máximo desde del comienzo para llevar una buena calidad de vida y dejar huella en el mundo. Ese es el aspecto más hermoso de nosotros los humanos, eso es lo que destacamos del resto, los Elfos son existencias hermosas, poseen magia y múltiples riquezas, las Personas Bestias tienen varios aspectos que los hace superiores, los Enanos nacen con un cuerpo robusto y con gran fuerza, las Amazonas son mujeres valientes desde su nacimiento, los Dioses son existencias perfectas que no pueden morir, en cambio los humanos y también los Pallums debemos trabajar desde el comienzo, esforzarnos al máximo para destacar, sin dudas eso es lo más hermoso de ser un humano común y corriente.
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Bell Cranel: El Último Héroe de la Nueva Era
De TodoBell Cranel criado por sus abuelos adoptivos Zeus y Hera, su tía Alfia, su tío Zald y su madre Meteria. A la edad de 14 años emprende un viaje a Orario para vivir aventuras y marcar su nombre en la historia. Siendo guiado por la Diosa Vesta (Hestia)...