|| Uno ||

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Aviso.

Como está dicho en la descripción, esta historia tiene contenido chico x chico. Está bajo su responsabilidad leerlo.

Si no te gusta la temática, te invito a no leerlo. Si te gusta, bienvenida/o.

Historia basada en la saga de Harry Potter de J.K. Rowling.

♣ ♣ ♣ ♣

La primera vez que lo vio era solo un niño. Un pequeño niño que solía salir al jardín, sentándose en el borde para poder apreciar lo que la madre naturaleza le tenía de regalo.

El orfanato Wool era uno de los pocos de la región. Una región muy marginada, básicamente carecían de todo. No era algo que le gustará presumir, pero era parte de su realidad.

Era un pueblo que no tenía ni carretera propia, en el cual se debía viajar kilómetros para poder visualizarlo y, a causa de su escaso territorio, dejaba al orfanato en la orilla del pueblo, permitiendo a los árboles y demás plantas le adornaran con una expresión gastada y antigua.

Fue por justas razones que, cuando Tom miró un par de cabellos negros moviéndose por los arbustos, su curiosidad creció.

"Verás que será divertido" —murmuró con voz aguda, casi como si estuviera imitando de mal forma a una persona—, "estoy seguro que no podría ser tan malo" —bufó—. ¡Claro que sí podría ser! ¡Soy yo, por Merl...! Uh, hola.

El joven lo miró con precaución antes de acercarse a él. El niño dio un paso a atrás, refugiándose en la reja por si el desconocido le quería hacer daño.

—¿Podrías decirme dónde estoy? —preguntó sonriendo.

Parecía agradable, un simple joven como los que jugaban en la pequeña plaza a dos cuadras. No parecía malo hablarle.

—En el orfanato Wool —dijo el pequeño—. En Inglaterra.

—Pues vaya parte de Inglaterra —comentó al aire—. Tampoco pareciera que hubiera mucho.

—Es un pueblo.

—Oh, eso explica —dijo el ojiverde, encogiéndose de hombros—. Soy Harry, ¿y tú?

"No confíen en desconocido", sonó en su cabeza la voz de la señorita Cole, rebotando por las paredes de su mente. Aunque, bueno, él nunca le había hecho caso y, si le pasaba algo, tenía sus formas de protegerse.

—Tom —soltó suavemente, su voz escuchándose más frágil que de costumbre. Odiaba que algo con relación a él fuera débil.

—Bueno, Tom —ronroneó su nombre juguetón. No sabía porqué, pero le gustó mucho ese sonido—. Veo que el orfanato no es de los mejores por aquí.

—Es el único.

El chico, Harry, parpadeó un par de veces antes de reír.

—Bueno, entonces es espantoso para ser el único de por aquí —sentenció, recargando sus brazos en la reja que los separaba del bosque—. Debe ser aburrido quedarse aquí... ¡Oh, ya sé! —murmuró sacando una pequeña bolsa, casi como las que usaban sus compañeros para guardar sus canicas, y metió la mano— Lo tengo, lo tengo... Rayos, se resbaló. —Y metió su brazo.

Los ojos de Tom se abrieron sorprendidos, él hacia cosas raras, pero nunca algo de tal magnitud... ¿La bolsa se estaba comiendo su brazo? ¿Cómo es...?

—Listo, ten —susurró dándole un peluche, que anteriormente había agrandado. Un león de vista suave y lindo, con un pequeño hilo en la parte de arriba de su cabeza. Dudó un poco, pero cerró la distancia entre los dos y agarró lo ofrecido—. Mis padres me lo dieron cuando era niño, es lo único que me quedó de ellos.

—¿Tú también perdiste a tus padres?

Harry asintió.

—Un incendio hace cuatro años, yo estaba en mi internado cuando pasó... —Tom se maldijo cuando vio cómo el contrario hacia una mueca de tristeza— En fin, no quería llevarme nada de mis juguetes al internado, pero Gryfh me acompañó, estoy seguro que mi mamá me lo puso en mi baúl de contrabando. Cuídalo mucho, ¿va?

Tom miró a Harry y luego al peluche, Gryfh, comenzando a negar con la cabeza y extendiendo sus brazos para entregarlo de nuevo a su dueño.

—No, es mucho, no puedo...

—Tarde, ya me voy —interrumpió el joven sonriendo, dando pasos para atrás para que Tom no pudiera alcanzarlo—... ¡Nos vemos luego!

Dicho eso desapareció. Ahora fue turno de Tom de parpadear varias veces antes de mirar y apretar al peluche entre sus manos. Tras comprobar que ahí estaba Gryfh, su mente se negó a pensar que eso fue a causa de su imaginación.


♣ ♣ ♣ ♣

Les presento una historia que tenía guardad en mis archivos desde hace años, lo curioso es que la dejé en el último capítulo. Hasta hoy no me había puesto a escribirla, pero... bueno, solo era un capítulo, no perdía mucho.

Sí, ya está terminada.
No, no la voy a dejar abandonada.

Publicaré esta historia como si no tuviera otras seis sin actualizar, ignoremos ese detalle y solo disfrutemos de una historia corta que ni yo recuerdo cuándo comencé a escribir.

¡Hasta luego!

Primeras veces.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora