Capítulo 24: Regalos

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Cuando bajé a acompañar a Toto y su familia, noté cómo me observaba, no pude evitar controlar mis nervios y sentí el calor en mis mejillas

Me siento feliz, verdaderamente feliz, y me duele el estómago, las mariposas están revoloteando

- Te ves preciosa cariño - me dice la madre de Toto - ¿No es así? - le pregunta a su hijo pero este sólo estas congelado y boquiabierto

- ¿Eh? Si... te ves her... bien - Se comporta un tanto tímido, como si fuera un niño pequeño pero trata de guardar la compostura, tratando de no olvidar que somos amigos del trabajo

- Gracias - le respondo también tímida - Tu también, con tu peinado pareces un niño bien portado - los dos reímos

- Bueno no siempre lo soy - dice guiñando el ojo y riendo sin apartar la mirada de mi, la tensión aumenta

Voy a morir con este hombre si sigue coqueteando de esta manera

- Bien, voy a servir la cena, por favor vayan sentándose - dice su mamá para cortar esa tensión

Los dos avanzamos hacia el comedor principal, me dice que pase primero y a través del reflejo del vidrio de un mueble noto cómo me observa de arriba a abajo y de abajo hacia arriba, no puedo decir que me come con la mirada pero si que disfruta de la vista

Abre mi silla para que me siente y la cierra. En la mesa habían algunas decoraciones navideñas, los platos y cubiertos ordenados

Toto estaba sentado al lado mío, pese a que la tensión entre nosotros se alivió, solo fue muy poco porque por cualquier cosa volvía. Su colonia de fuerte aroma varonil me encantaba, queríamos sentirnos uno al otro, y con pequeños roces lo lográbamos. Yo acomodando mi vestido de la parte de las piernas inconscientemente llegaba a rozar su pantalón, hasta que bajó su mano, pensé que no quería que hiciera eso así que paré y puse mi mano sobre mi pierna, pero él con su dedo meñique empezó a juguetear para alcanzar mi mano. Nos estábamos divirtiendo, claramente los dos teníamos sonrisas gigantes. Pero debíamos calmarnos, nos espantamos justamente cuando su madre puso en medio la ensalada, y paramos

Del otro lado de la mesa, frente a mi estaba Jack, estaba jugando con el mantel de su plato. Lo vi y me uní a él, le enseñé a hacer figuritas con el mantel

- Mira, este es un pato, cuac cuac - Jack ríe de las caras y sonidos que hago, miro levemente de reojo a Toto y lo veo sonreír, con la mirada perdida, disfrutando del momento

- ¿En dónde aprendiste eso?

- ¿Lo de los manteles? - él acierta con la cabeza - En mis tiempos libres me dedico a ser mesera - bromeo

- Ajá - levanta una ceja él

Después de ver su reacción le cuento - Mi mamá me enseñó, ella fue mesera cuando tenía 15

Se sorprende y saca una risa leve - No mentiste del todo

- ¡La cena está lista! - su madre grita, y nosotros empezamos a servirnos

___

Durante la cena nuestro jugueteo no paró, nuestras miradas de reojo chocaban constantemente. En un punto se le olvidó que su madre estaba ahí y era obvio que nos estaba observando porque nos mandó una indirecta muy directa cuando Toto le pidió otro plato de postre

- Se que la cena no ha sido lo único que te ha gustado cariño, pero deberías controlarte, a lo que él se avergonzó un poco, y yo reí levemente

Llegada la media noche los cuatro nos sentamos en la sala, frente al pino de navidad y le empezaron a entregar varios regalos a Jack

Yo sólo observaba felizmente todo lo que hacían y cómo Jack jugaba con todos sus regalos y juguetes nuevos. Toto le regaló a su madre un conjunto de collar y aretes de oro con unos zafiros pequeños, y su madre le dió unos bolígrafos de plata

- Linda no sabía que vendrías, así que no tengo nada para ti

- No se preocupe, no es necesario, me la he pasado muy bien esta noche y ese es el regalo más preciado, le agradezco mucho- Ella sólo me responde con un abrazo

- Eres muy linda, veo más cualidades de lo que crees que tienes- me dice al oído mientras termina el abrazo

- ¿Tienes sueño? - pregunta Toto a su hijo

- No, aún no- dice bostezando

- Ven, vamos a tu cama - lo carga y su niño se empieza a quedar dormido - Despídete de tu abuela y de (t/n)

- Descansa abuela - Jack le da un abrazo pequeño y su Aviña le besa la frente

- Descansa mi niño- le dice

- Cuac cuac (t/n) - me sorprende de lo que me dice, me derrito de ternura y le doy un pequeño abrazo

- Descansa - Le digo, Toto sube a su hijo a la recámara

Después también se despidió su madre y se fue a dormir. Yo me quedé recargada en un muro, con la vista al árbol y por detrás las escaleras

Tomo mi celular y le texteo a mi mamá para desearle feliz navidad

- ¡No creas que te me olvidaste! - dice Toto en mi odio mientras está detrás mi espalda

- No lo creo, durante la cena estuviste muy presente- le digo, quiero voltear a verlo pero con su mano me detiene y regreso a ver el árbol

- Si te dejo verme, se arruinará la sorpresa- yo sólo siento su respiración

- Está bien - acto seguido veo cómo baja poco a poco un collar, no es llamativo, tiene un dije en forma de un monoplaza clásico de los 50

- ¿Puedes sostener tu cabello? - me pide y lo hago

Abrocha el collar pero a través  de esa respiración que lentamente me mata siento que se acerca a mi cuello, deja un pequeño beso. Bajo mis manos y volteo a verlo

Sin decir nada, él me toma por mi cintura y acorta aún más el espacio entre los dos y como acto reflejo yo intento poner mis brazos en su cuello pero como es tan alto sólo alcanzo hasta cierta parte de su espalda

- Se lo qué quieres pero no sé si debemos - por fin le digo, estoy asustada- Tengo miedo de que no funcione, o de que termine mal, tú eres jefe, yo piloto y nuestras edades son..

Cuando quería terminar la oración, sentí que sus labios se unían a los míos, me estaba besando de forma tan sutil, lentamente, relajado. No corría deprisa, era un beso lento, los dos lo estábamos disfrutando, era exactamente lo que necesitábamos. Era como si el tiempo se hubiera detenido

- También me asusta esto, pero estoy seguro de lo que siento por ti y de lo que quiero contigo

Riesgo en la PistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora