La vista de Keisha pareció teñirse de negro, cuando las imágenes se aclararon frente a sus ojos veía miles de escenas a su alrededor.
Una chica era atropellada por un chico que parecía de huir de algo, la imagen volvió a cambiar los mismos chicos estaban en enfrente de una cascada sentados en el pasto, el chico parecía decirle algo a lo que ella sonreía, la escena volvía a cambiar ambos chicos caminaban de la mano por un camino con grandes árboles a sus costados, el chico se paraba y se arrodillaba mostrándole un anillo a la joven, la escena se borró y fue reemplazada por una última, ambos jóvenes estaban frente a un altar, la chica llevaba un hermoso vestido blanco y una corona de flores, cuando terminaba la ceremonia pequeñas personitas con alas y llenas de brillo, que parecían hadas, le lanzaban pétalos de flores mientras los chico caminaban, al girarse, Keisha pudo verlos con claridad, eran sus padres. Todas las imágenes se desvanecieron en el aire y Keisha volvió a ver las paredes del ático y su madre que aún tenía el jugo en su mano y apretaba los labios.
— ¿Qué ha sido eso? —Keisha se alejó de la tijera mágica y se sentó nuevamente en el sillón de su padre.
—Esperaba que habláramos de esto más adelante, la verdad con la pérdida de tu padre no me hace muy bien recordar esos momentos de suma felicidad.
— ¿Cómo? ¿Hay una película dentro de eso? ¿Qué era ese lugar? ¿Qué criaturas eran? —preguntaba Keisha con algo de desesperación en su mirada.
—Para empezar todas las historias que contaba tu padre eran cosas que habíamos vivido, Hoja Dorada es real, yo vengo de allí.
—No estoy para bromas —dijo Keisha.
— ¿Lo viste, no es así?
—Existe mucha tecnología, pudo haber sido un cortometraje.
—Éramos nosotros de jóvenes, son las memorias de tu padre —dijo la señora Chamilett casi suplicando con la mirada que su hija le creyera.
—No entiendo, ¿ambos son de un mundo de fantasía?
—No, tu padre es de aquí, pero viajo por error a Hoja Dorada gracias a unos de los inventos de Freddy el inventor loco del pueblo —le explicó su madre como si fuera obvio que el tal Freddy siempre andaba inventando cosas.
—Y ¿qué haces aquí?
—Pues me costó dejar Hoja Dorada, quería seguir trabajando así que tu padre dijo que podía conseguir un empleo, tu abuela había enfermado y dejaría su taller solo, así que me ofreció un empleo, claro no sabía que literalmente era de otro mundo, nos casamos y como regalo de bodas le pidió a Freddy que fabricará otra tijera mágica para poder regresar, y vivir nuestras vidas aquí —dijo su madre.
—Entonces puedes usarla para volver.
—No, dudo que tenga magia, para ir de un mundo a otro es necesario un polvo especial de hadas, supongo que lo gastamos todo cuando vinimos aquí, para lo único que tiene energía es para utilizarla como una memoria.
— ¿El polvo va en la gema rosa? –-preguntó Keisha mirando a lo lejos la tijera, no había notado esa otra gema, estaba cubierta de suciedad.
—Así es.
— ¿Te enamoraste de él al instante? —preguntó Keisha un poco más interesada y tranquila.
—Pues cuando llego a mi mundo chocó conmigo y me hizo tirar unas telas delicadas que llevaba al palacio, claro estaba enfurecida, pero luego nos fuimos conociendo. Freddy tardó varios días que se convirtió en un año así que tuvimos tiempo y el amor surgió, yo era la modista de Liria Mildbreath, en ese entonces era la princesa y futura reina.
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Un Corte a otro Mundo
FantasyEXISTEN MUCHAS FORMAS DE VIAJAR Keisha se encuentra en pleno duelo por la perdida de su padre, y sin ánimos de continuar con su vida y proyectos. Todo cambiara cuando encuentre una tijera mágica que había sido un regalo de bodas de su padre hacia...