La Señora Guan lo regresó tres días antes de lo que esperaba. No le molestó demasiado que lo devolviera, lo que no le agrado fue que lo hiciera durante el tiempo en el que solía ir a la biblioteca para reunirse con Yue Qingyuan.
No podía entender el dolor en su pecho cuando volvió a ocupar su habitación en el orfanato. Estaba acostumbrado. No le molestaba en absoluto que los trabajadores del orfanato no le pusieran atención. Ninguno de los otros niños subió a animarlo como lo hacían normalmente cuando las casas no resultaron ser las adecuadas para ellos. No necesitaba la compasión de nadie.
Así que, cuando llegó tarde, Yue Qingyuan lo llenó de preguntas para saber si estaba bien o si le sucedió algo... de alguna manera, logro que la presión en su pecho aumentara.
No ayudo que los otros también lo estuvieran esperando. No volvería a llorar frente a los demás por algo tan insignificante.
Aparto su mirada de Yue Qingyuan. Sus ojos se agrandaron al encontrarse con Liu Qingge.
La última vez que lo vio fue cuando intentó salvarlo de una desviación de Qi. Su muerte arruino lo último que le quedaba de reputación. Podía ver que era, probablemente, de su misma edad. No parecía ser más joven que eso.
Trato de detenerlo mirando a los demás, pero sus ojos ya se habían llenado de lagrimas. Yue Qingyuan seguía preguntando, en busca de una explicación de lo que le pasaba.
—No es nada —dijo, su voz ahogada. Empujo a Yue Qingyuan para poder limpiar su cara—. No pasa nada.
—A-Jiu, ¿qué sucede? No llores —dijo Mu Qingfang, levantándose para ir a consolarlo.
—¿Alguien te intimido? —preguntó Ye Qingjiu, su rostro torcido de enojo.
—No. Nadie me intimidó hoy.
¿Por qué les importa de todas formas?
—¿Alguien te intimido después de que te lleváramos a casa ayer? —Esta vez fue Wu Qingtai quien preguntó.
—No. Estoy bien. Sólo un poco estresado.
Dejen de actuar como si les importara una mierda.
—¿De qué podría estar estresado un niño? —Liu Qingge preguntó. Su voz seguía siendo tan aspera y franca como recordaba.
Por ti. Te maté. Estás vivo y probablemente me odias por eso.
Se alejó de Yue Qingyuan y fue al asiento en el que normalmente se sentaba, ignorando la pregunta de Liu Qingge y su mirada inquisitiva. Mantuvo la cabeza baja para evitar mirar a Liu Qingge y a los demás mientras sacaba lentamente su libro sobre la historia de China y algunos artículos más pequeños relacionados con el libro. Quería conocer mejor el nuevo mundo. Pero fue consciente de los ojos puestos en él cuando se sentó y abrió su libro, mirando a medias las palabras en la última página en la que se detuvo.
—¿A-Jiu?
Respiró hondo antes de mirar a Wei Qingwei. —Si, ¿Wei ge?
Le dio una sonrisa forzada antes de colocar una taza de pudín frente a él. —Cuando estés listo para hablar, te escucharemos, ¿de acuerdo?
Shen Qingqiu parpadeó sorprendido y miró la taza de pudín. Yue Qingyuan siempre le daba bocadillos y dulces, especialmente frente a los demás desde que comenzaron a rondarlos en la biblioteca. Esta fue la primera vez que alguien que no sea Yue Qingyuan le dio algo.
—... esta bien... gracias, Wei ge... —bajo su libro lentamente y tomó la taza.
Se dio cuenta de que todos lo estaban mirando mientras tomaba la cuchara de plástico y la abría, tomando pequeños bocados para saborear el dulce. Sintió que sus mejillas se sonrojaban de placer por el sabor.
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Segunda Oportunidad del Villano Escoria
FanfictionShen Qingqiu siempre había sentido que estaba destinado a estar solo. Dejado a su suerte cuando era un bebé, uno no deseado. Abandonado por la única persona a la que se dedicó y consideró familia, solo para que dicha familia muriera tratando de salv...