Buenos días.- Le sonreí.
Beto tenía un suéter de lana y se veía más rojo de lo normal.
¿Vuelves a venir? Ya son tres días seguidos.- Caminó a la sala, dejándome entrar.
Quiero cuidarte correctamente.- Sonreí.
Cerré la puerta detrás mío, para después seguirlo hasta la sala.
¿Qué trajiste hoy?.- Me miró de arriba a abajo, con las manos en su cintura.
Dulces, ayer dijiste que tenías ganas de chocolates.- Le di la caja de chocolates.
¡Oh! Esos se ven muy caros.- Abrió los ojos, sentándose en el sofá.
Abrió la caja, probando uno de los chocolates.
¡Wow!.- Parece un niño pequeño, probando sabores que jamás había sentido.
¿Te gustaron?.- Me senté a su lado.
Asintió rápidamente.
Le coloqué un pequeño ramo de paniculatas y lavanda en el regazo.
Vas a llenar mi casa de flores.- Soltó una risita, acariciando el papel con el que estaban envueltas.
Traje uno pequeño para no volver tu casa una floristería.-
Gracias.- Sonrió, viéndome a los ojos.
¿Cómo te sientes hoy?.-
Aún es difícil, a veces me da calentura, pero... Hasta ahora me siento bien.-
Toqué su frente, para ver su temperatura corporal.
Está caliente.
Dios, estás hirviendo.- Tomé la caja de chocolates quitándoselas de las manos y ponerla en la mesita de la sala.
Lo tomé de la cintura, para cargarlo.
Hey... Puedo caminar.- Hizo un puchero, moviendo los pies como loco.
Déjese querer.- Le di una nalgada, provocándole un sonrojo de su parte.
Finalmente dejó de forcejear abrazándome con fuerza.
Eres malo.- Susurró, apretándose en mi cuello.
Solté una risita, besando su mejilla.
Lo dejé caer en su cama. Para después quitarle su suéter.
Me miró algo avergonzado.
¿Vas a tomar ventaja sobre un hombre enfermo?.- Cubría su pecho con sus brazos, avergonzado.
¡Claro que no!, ¿Por quien me tomas?.- Volteé los ojos, sobre exagerando mi reacción.
Abrí su closet para sacar alguna playera más fresca y holgada, para colocársela cuidadosamente.
Recuéstate, voy a traer agua fresca para ponerte un paño en la frente.- Lo ayudé a acostarse, poniéndole un sabana encima, besé su mejilla.
Me tratas como un enfermo terminal.- Trató de quitarse la sabana pero lo detuve.
No quiero que te sientas mal por mi culpa, déjate cuidar ¿Si?.- Sonreí tristemente.
Acarició mi mejilla.
Está bien.-
Besé sus labios, para después salir de la habitación.
Busqué un trapo para ponerle agua fresca y un plato hondo para dejar algo de agua allí.
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Solamente tú ; Omegaverse ; Robarca
FanfictionDiego aún no conoce su género secundario. Ya ha hecho tres veces la prueba del género, y en los tres sale un resultado distinto. Pero, últimamente, Diego ha visto mucho a un chico de cabellos largos... ---------------------------------- Portada hech...