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Nuestro amigo autraliano salió rápidamente del local encontrándose con el enano musculoso apoyado en una moto y volvió a mirarlo intensamente, sus ojos solo se enfocaban en él.

-Si miras tanto espero que compres- dijo el hombre sonriendo de lado. Felix no entendió nada por lo rápido que habló el azabache pero igualmente se acercó y preguntó a dónde iban a ir. La respuesta del otro fue una sonrisa más grande y el ofrecimiento de su casco.

-Pontelo, solo tengo uno pero eso podría cambiar- mientras se lo colocaba, el rubio pensó que él quería usar el casco del desconocido y no otro. Su escena de celos contra un casco terminó cuando arrancaron a toda velocidad haciendo que Felix agarre, y un poco manosee, el pecho ajeno.

Llegaron rápidamente a la zona residencial, que afortunadamente, o no, quedaba cerca del departamento de los australianos. Ingresaron a un amplio loft, muy ordenado y lindo.

-Toma asiento, ¿quieres algo para tomar?- preguntó el dueño de casa pero Felix no respondió ni se sentó, lentamente se acercó y tomó el rostro ajeno para besarlo sin meditarlo mucho, no había ido a charlar, no se detuvo a pensar, no era el de siempre.

El beso sorprendió al mayor pero luego de moverse un poco acomodó sus brazos alrededor de la cintura del rubio mientras este sostenía su cabeza con fuerza. Así llegaron al sillón donde empezó un beso más profundo, el sonido era obsceno. Sus lenguas se movían por todos lados al igual que las manos de Changbin sobre el cuerpo recostado de Felix.

El más bajo se separó un poco y lo pudo contemplar mejor mientras lo acariciaba; el pecoso era hermoso, nunca había visto nada igual. Su rostro, ante sus ojos, había sido pintado por los dioses, ahora creía en ellos porque no había otra forma para que un ser tan hermoso existiera. Adoraba haber descubierto esa belleza y tenerla para él. También se sentía estúpido por sentirse enamorado de alguien al que no le conocía ni el nombre.

-¿Cómo te llamas?- preguntó ansioso mientras besaba su cuello y el contrario lo forzaba a desprenderse de su remera.

-Felix, soy de Australia.

-Hermoso nombre Felix de Australia yo soy Seo Changbin- sonrió el azabache y en un movimiento lo levantó para ir a la cama que estaba a pocos metros detrás de una biblioteca.

-Nunca hice algo así-

-¿Eres virgen?- Changbin se estaba empezando a arrepentir.

-¡No!.. digo... nunca estuve con un desconocido- pronunció bajito mientras acariciaba el rostro ajeno como si fuese algo que hacían siempre, charlar y tocarse con suavidad.

El mayor más tranquilo solo contestó que hay una primera vez para todo y le quitó su ropa lentamente. Felix solo dejó que el otro manejara la situación.

Así empezó otra ronda de besos mientras sus cuerpos desnudos se rozaban y excitaban cada vez más, el musculoso preparaba a Felix y éste soltaba cada vez más sonidos, altos y roncos, su voz grave y gemidos agudos le fascinaban.

Por apurarse Changbin entró con dificultad en el rubio pero la sensación casi lo hace acabar en un segundo, lo apretado y caliente del menor lo tenían mareado y respirando muy agitado. Comenzó a moverse lento pero profundo sosteniendo y rasguñando las caderas del otro al tiempo que iba aumentando la velocidad al punto de pensar en lastimarlo, quería que llorara y pidiera por más, quería quedarse ahí para siempre.

-Ah...my god...Changbin, si-sigue así..ahh- susurró el rubio y luego pidió un beso, otro más que esos labios de corazón le entregaban gustosamente mientras le jalaba el pelo. El hombre que lo sostenía con firmeza era increíble, todo de él le gustaba, su piel transpirada y la delgada línea de vellos que iba de su ombligo a su miembro formaba un camino que él quería recorrer.

Se besaron y tocaron mucho hasta que un gemido los separó, Felix acabó mojando al mayor y esparciéndose en su pecho mientras Changbin siguió con estocadas firmes mientras besaba y mordisqueaba su cuello.

-No me marques..ah... tengo pareja...

-Uy bebé, que tarde te acuerdas- dijo y comenzó a succionar su piel con más fuerza mientras daba unas estocadas muy profundas. Que el menor tuviera novio lo enojó pero sonrió al darse cuenta donde tenía el pene, ese novio no era competencia.

-Ahh dios...maldito infeliz...hazlo más fuerte-

-Lo que quiera el hermoso Felix- Changbin volvió a agarrarlo del pelo y terminó derramando todo su semen dentro. Se recostó un poco sobre Felix mientras daba dulces besos cortos todavía con su miembro dentro.

El australiano respiraba con dificultad en medio de esos besos y seguía con la mente en blanco.

-¿Quieres comer algo?

-¿Comer?¿Qué hora es?- dijo el pecoso enderezando su espalda en la almohada y sacando al intruso en el proceso.

-Una y cuarto.

-¡¿Es la hora del almuerzo?! ¡Me tengo que ir! Dios, tenía que almorzar con Chan.

-¿Ese Chan es tu novio?...mandale saludos- dijo Changbin mientras se reía y se acomodaba mejor en la cama.

-Callate estúpido- Felix se vistió con rapidez, tomó sus bolsas y corrió a la puerta con Changbin desnudo corriendo detrás de él.

-¿Qué haces?

-Dame tu numero.

-No.

Changbin agarró con firmeza sus manos y las colocó en su pecho -Dame tu número Felix- el australiano dejó de pensar cuando tocó su pecho, Changbin sintió que no podía dejar de sonreír con cada cosa que hacía el menor y le extendió su celular, Felix anotó rápidamente y se fue.

-¡Espera mi llamada bebé!.

El rubio lo miró y siguió avanzando, estaba enojado y preocupado por la situación, y esperanzado por volver a verlo. Estaba confundido pero alegre ¿El no era así o él había cambiado?

Felix llegó al restaurant donde se iba a juntar con su novio y lo vió sentado en el lugar de siempre, bien vestido y tranquilo mientras él tenía la ropa arrugada y solo pudo arreglarse un poco el pelo.

-Lo siento, perdí el bus.

-¡Hola amor! está bien, no te preocupes... amor creo que el otro día me pasé.

-¿Qué?

-Te dejé marca en el cuello, lo siento sé que no te gusta- Chan siguió mirando la carta mientras Felix tenía la presión por el piso y estaba pálido pero al ver la tranquilidad del otro respiró, midió su pulso y habló un poco tembloroso.

-No pasa nada a-amor- Felix casi no habló en el almuerzo. Se acababa de cagar en su noviazgo por un desconocido, no lo descubrieron por suerte y le dolía el culo.

El australiano estaba sorprendido de sí mismo; tardó siete meses en estar sexualmente con Chan por su falta de interés y ganas de prepararse mentalmente, con Changbin fueron 20 minutos.

VITA - ChanglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora